“La puesta en escena de Herrero es de una gravedad que cuesta dimensionar”

Para el fiscal de Homicidios de Mendoza, Gustavo Pirrello, es un hecho probado que Marcos Herrero -en las últimas horas condenado a 8 meses de prisión– llegó a esa provincia el 27 de septiembre de 2021 en virtud de haber sido contratado por los familiares de Viviana Luna, quienes le abonaron la suma de $95.000 para realizar tareas de búsqueda con sus perros a fin de obtener pruebas, rastros o indicios que pudieran dar respuesta del paradero de la misma.

Según pudo saber la redacción de La Brújula 24, el Ministerio Público centró su acusación en que Herrero, quien manifestó ser policía en actividad cuando en realidad no ostentaba esa condición, anunció falsamente que sus perros hallaron en base a la técnica por él utilizada evidencias, restos óseos y escritos donde figuraban nombres personalidades del ámbito político, policial y judicial y frases de la cual se infería que estaban involucradas en la trata de personas, lo que implicaba un redireccionamiento de la investigación respecto de la desaparición de Viviana Luna.

“Marcos Herrero faltó a la verdad al momento de prestar declaración testimonial al decir que fueron sus perros los que realizaron el hallazgo de la evidencia mencionada, porque fue el propio acusado el que plantó en forma previa e intencional los mencionados elementos, faltó a la verdad al presentarse ante las autoridades policiales y judiciales como policía en actividad cuando, conforme a lo informado por el jefe del departamento de personal de la Policía de Río Negro, él mismo había hecho abandono de servicio y se encontraba con retención de haberes desde el 14 de enero de 2021”, aclaró Pirrello.

El modus operandi descripto por el fiscal mendocino, Herrero lo repitió en la provincia de Santa Cruz, donde se desarrollaba la investigación por la desaparición de Marcela López. Allí también realizó rastrillajes sin contar con la anuencia de las autoridades judiciales y encontró un maxilar humano y una caja con dólares termosellados, dólares que nunca fueron vistos ni secuestrados por la autoridad policial ni judicial, y que la propiedad donde se realizó ese hallazgo pertenecía a Mario Balado, quien sería administrador de las propiedades de la familia Kirchner, estableciéndose la vinculación política con el hallazgo que nunca pueden faltar cuando interviene Herrero. Esto último es lo que le da al hallazgo trascendencia pública y prensa, permitiendo al condenado publicitar sus servicios para futuros rastrillajes.

“Al haber tomado conocimiento desde la fiscalía de la existencia de esa causa donde se investiga la desaparición de Marcela López y a cuya disposición se encontraba el maxilar encontrado por Herrero, solicitamos la remisión de esa pieza a fin de practicar cotejo de ADN con las halladas por el supuesto perito en la provincia de Mendoza. Y es con el resultado de esa pericia de ADN que el ídolo con pies de barro y su castillo de naipes comienza a desmoronarse, porque el Doctor Marino aportó como dato central la coincidencia de los perfiles genéticos de ambas huesos, maxilar que venía de Santa Cruz y calota hallada en Potrerillos, concluyendo con un grado de certeza absoluta que ambos pertenecieron al mismo individuo y que el maxilar estaba fuertemente contaminado con el perfil genético de Marcos Herrero que no se corresponde con un contacto esporádico o eventual, como habría sido el hecho de haberlo tomando cuando lo halló, si no con una manipulación de tal magnitud que le costaba al genetista explicar la misma. Podemos concluir que Herrero, también plantó el maxilar en la provincia del sur”, indicó Pirrello.

“Y avala todo este razonamiento –agregó el funcionario- el acta de procedimiento practicada por la Policía de Río Negro en la vivienda de la ciudad de Viedma, ofrecido como prueba instrumental, donde el vecino colindante de Herrero, informó que el mismo día en que le estaban haciendo el allanamiento en el domicilio, Herrero arrojó a su patio restos óseos que fueron secuestrados y puestos a disposición de la fiscalía a mi cargo. Es decir que Herrero tenía en su poder restos óseos, con los que seguramente entrenaba a sus perros y esto es lo que puede explicar la abundante concentración de ADN de Herrero en el maxilar hallado en Santa Cruz, pero también es lo que explica que podía desparramar esos huesos como lo hizo por todo el país”.

En su sólida argumentación, el fiscal de la provincia cuyana afirmó que “ni Marcos Herrero ni su defensa ni los testigos ofrecidos por ellos, pueden explicar de qué manera los huesos que Herrero encontró a 2000 kilómetros de distancia de nuestra provincia, pertenecen al mismo cuerpo de los huesos que encontró aquí”.

“La realidad es que Herrero vino a vender espejitos de colores a los familiares de Viviana Luna, quienes realizaron un enorme esfuerzo para juntar los honorarios que requería el condenado. La puesta en escena de Herrero es de una gravedad que cuesta dimensionar, ya que en un primer momento y ante los hallazgos, se puso en tela de juicio la labor de la Justicia que en más de 5 años no había podido dar respuesta del destino de Viviana Luna, y Herrero en escasos minutos desde que comenzaba con el rastreo con sus perros encontraba pruebas que vinculaban la suerte de Luna a la trata de personas. Si la justicia de Mendoza hubiera comprado el buzón que vendía Herrero, un inocente se encontraría afrontando un proceso judicial privado de libertad y sus hijos habrían perdido, además de su madre, ahora a su padre”, señaló.

Finalmente el fiscal indicó que “el dictado de una sentencia condenatoria es lo que va a impedir que Marcos Darío Herrero siga jugando, ilusionando y estafando a familias desesperadas”.