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investigan "mejicaneada" policial

La trama oculta detrás del millonario robo a los contadores

Las dudas de la Fiscalía. Una mochila que desapareció y una noteboook con información confidencial. Y los nombres de los agentes implicados.

La explosiva causa que investiga si un grupo de policías quedó implicado en una “mejicaneada” durante el millonario robo a una familia de contadores arroja una serie de datos que ya constan en el expediente y que buscan desentrañar la compleja trama que puede derivar en un verdadero escándalo, después de los múltiples allanamientos que se realizaron ayer en el Comando de Patrulla y domicilios particulares de los uniformados implicados.

Para entender hacia dónde apunta la pesquisa hay que remontarse al 11 de agosto hubo un asalto muy importante en un estudio contable, se llevaron muchísimo dinero (más de medio millón de dólares), cortando la caja de seguridad y reduciendo a uno de los miembros de la familia. Huyeron en un Volkswagen Bora con distintos elementos además del dinero. Se hizo la denuncia tras el asalto en Maldonado al 300.

En los primeros minutos del 12 de agosto se recibió un llamado al 911 reportando que en Villa Talleres había disparos. Un móvil policial con dos oficiales –Nicolás Alonso y Manuel Durán– acudió al lugar e interceptó a los delincuentes. Encontraron mochilas repletas de euros, dólares y pesos. Bajan a los delincuentes y quedan detenidos, mientras piden refuerzos.

Primero arribaron dos mujeres policías (la sargenta Tania Araque y la oficial Liza Garcés Almonacid), junto a un testigo. Minutos después, en otro patrullero llegó el teniente Benjamín Cabrera y el comisario Nicolás Juárez. Que aparezca un uniformado de tan alto rango sorprendió a los investigadores por el horario en el que se produjo el arresto.

En las actas que se labraron no se deja constancia de la presencia del comisario. Juárez mencionó que se llevaba las tres mochilas a la comisaría Segunda, junto a Cabrera y un testigo que llamativamente habría oficiado como tal en otros hechos. Se contó el dinero, monto muy diferente al denunciado como robado. Cuando la Policía, al otro día, llevó lo recuperado a la Justicia solo se entregaron dos mochilas. En ese traslado de las pruebas está puesta una de las lupas de la Fiscalía porque la situación no cierra y falta mucha plata (unos 300 mil dólares que estaban guardados en fajos de USD 10 mil).

Ayer, cuando se secuestraron los teléfonos a las uniformadas, a una de ellas se les habría escapado “por qué no van a buscar el celular del comisario”, sin saber que también estaban cumpliendo con dicho trámite simultáneamente. Álvarez, uno de los detenidos por el hecho se fugó días después de la comisaría Sexta, siendo uno de los que no se pudo recapturar. La Justicia no descarta que se trate de una devolución de favores para que “no cante”.

Hay una notebook que tampoco aparece. Se cree que está en manos de alguien que está extorsionando, pidiendo algo a cambio para devolverla porque en el interior de la PC hay información muy valiosa, confidencial, de clientes de los contadores que son personas muy conocidas. Cabe recordar que el 14 de agosto hubo un encuentro donde los damnificados se reunieron con el máximo jefe de la Policía de Bahía y la región (Aldo Caminada) para manifestarle que tenían sospechas de que los efectivos se quedaron con parte de lo robado y mencionando que si le devolvían todo retiraban la denuncia.

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