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informe especial

Vandalismo: un problema persistente en Bahía

El 2021 evidenció una considerable cantidad de hechos lamentables en varios puntos de la ciudad. Los paseos públicos fueron los más elegidos por los delincuentes. “El costo económico no muestra lo grave del hecho”, reconocen en la comuna.

Por Juan Tucat, redacción La Brújula 24
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En el último tiempo, los bahienses fueron testigos de una triste tendencia, la cual marca un incremento constante de hechos vandálicos. Situaciones lamentables que dan cuenta de una falta de interés por lo público, principalmente, aunque también en muchos casos se atenta contra la propiedad privada.

De hecho, si se buscara una definición específica de vandalismo, cualquier diccionario devolvería lo siguiente: destrucción voluntaria, total o parcial, de la propiedad pública o privada. Incluye conceptos como el daño al patrimonio, el grafiti o actos provocación o de activismo… Y también puede considerarse una forma de protesta social.

Esta problemática trae aparejada diversos interrogantes. Aunque sin dudas, el primero sería un simple ¿por qué?. Es por eso que en este informe especial de domingo quisimos realizar un simple muestreo de casos, adjuntando en el mismo la palabra de los actores abocados a resolver lo que otros optan por romper.

“Hemos intervenido en numerosos episodios, sobre todo en plazas, parques y paseos públicos. También en instituciones en las que aparecieron pintadas, por ejemplo. Pero evidentemente lo más sostenido fue sobre todo en los paseos”, le señaló a La Brújula 24 el comisario Gonzalo Bezos, Jefe de la Departamental de la Policía de Bahía Blanca.

“Hubo en varios hechos aprehendidos que normalmente han sido menores de edad. En el caso específico de alguna situación que pueda encuadrar dentro del Código Penal, son puestos a disposición de la Fiscalía de Menores, y por la tipificación legal son restituidos a sus progenitores”, refirió el uniformado.

A modo de ejemplo, tristes recuerdos sin alejarnos mucho en el tiempo:

El pasado 6 de marzo, la policía capturó a un chico de 13 años robando en la cancha de softbol del Parque de Mayo. Según se informó de manera oficial, efectivos del Comando de Patrulla y de la Comisaría Séptima que recorrían el lugar vieron luces encendidas en el predio, por lo que supusieron que se estaba cometiendo un delito.

Rompieron una pared para entrar a los quinchos.

Al ingresar lograron observar a dos personas en el interior de la edificación. A pesar de que uno logró darse a la fuga por el techo, el otro pudo ser arrestado en Alem y Florida.

Días antes, el mencionado paseo público había sido noticia en varias oportunidades por hechos de la misma índole, incluyendo serios destrozos. Incluso cortaron con un cutter los puestos de la feria que se armó en la arcada y realizaron grafitis en un puente recién pintado sobre calle Cuyo. Y también se apresó a dos niños, de 11 y 12 años, por arrojar piedras contra la edificación de La Isla, rompiendo varios de los vidrios. Se los llevaron a sus padres, obviamente.

Así habían dejado la edificación.

“Cuando se rompe algún espacio que en definitiva usamos todos, nos da que pensar cómo estamos a nivel social. Dañar una pista de bicicletas, una luz en una plaza de barrio o en un colegio, que son lugares que el vecino usa a diario. Los chicos van al colegio a instruirse, con una contención social importante”.

“Hay muchísima gente que hace un esfuerzo grande para mantener esos lugares, por eso la pregunta que nos hacemos es por qué dañar por el simple hecho de dañar. Es un trabajo para hacer, mirando hacia adelante, instalar la idea de que esos lugares son de todos y como vecinos los tenemos que cuidar”, refirió Gonzalo Bezos.

“El costo económico no muestra lo grave del hecho”

El Director de Espacios Públicos de la Municipalidad, Pablo Bianco, se expresó en el mismo sentido. “Los lugares más afectados fueron el Parque de Mayo, por ejemplo con lo de los baños, la pista de bicicross dos veces, la calesita y después un montón de otros elementos”.

“Es muy difícil la cuestión de los costos, porque no es real lo que se gasta en los arreglos, muchas cosas los hace la misma cooperativa dentro del contrato de mantenimiento. Eso genera un gasto indirecto que tiene que ver con desatender otra cosa para realizar esos arreglos”, refirió.

En su descargo, el funcionario hizo alusión a dos cuestiones puntuales: los baños del parque y la pista, blanco de los vándalos, que evidentemente no tienen nada mejor que hacer. A mediados de octubre, desconocidos ingresaron al lugar donde se encuentran los sanitarios y ocasionaron destrozos por doquier.

Los baños habían sido recientemente reformados por la comuna.

“Generalmente lo que se daña es algo que no tiene un valor económico grande, como puede ser un mural. De todos modos, el costo no representa la gravedad del hecho. Creo que describe una idiosincrasia, que no es representativa de todo el mundo que usa el espacio público, es propia de Bahía. Capital Federal tiene plazas que son hermosas pero están enrejadas y tienen un horario de uso. Hay alguien destinado a explicar cómo usar los espacios. No es lógico”, dijo Bianco.

Y habló también de una circunstancia ligada a la época del año que tiene a maltraer a más de uno. Las recibidas. “Es imposible que se acepte esta cuestión de ensuciar toda la entrada del parque cada vez que alguien se recibe, porque luego eso hay que limpiarlo y hay otra gente que disfruta el lugar y eventos programados que se tienen que hacer en el marco de esa suciedad. Ya hicimos actas y vamos a dialogar con la Universidad para ver si pueden hablar con los alumnos para que no lo hagan”.

Así había quedado el sector luego de varios “festejos” por recibidas.

Las pista de BMX, de punto

Si hay un lugar que se ha convertido tristemente en una suerte de “blanco” para los vándalos ha sido la pista de BMX que se encuentra en el principal paseo público de la ciudad. Lugar que alberga, ni más ni menos que a una campeona olímpica –Agustina Roth– y que aspira a convertirse en ícono regional de la actividad.

Pero eso no los detiene. El último episodio se registró hace dos semanas, cuando ante la atenta mirada de jóvenes que habían salido a disfrutar la noche, las llamas envolvieron la estructura de madera en la que se guardaban elementos de protección.

Y así podríamos seguir mostrando hechos registrados a lo largo del año que dan cuenta de una tendencia lamentable, que crece como se dijo al principio. En lugares céntricos y también en los barrios. El vandalismo no distingue sectores, es a esta altura un flagelo. El problema central está, a criterio de este cronista, en la –falta de– educación.

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