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Un investigador del Conicet explicó para qué sirve el hidrógeno verde

Daniel Borio, doctor en Ingeniería Química, analizó los alcances del anuncio realizado en las últimas horas. “El viento que tenemos en el sur de Buenos Aires y la Patagonia bajaría el costo de generación”.

Daniel Borio, doctor en Ingeniería Química e investigador del Conicet, habló esta mañana con el periodista Germán Sasso, en el aire de LA BRÚJULA 24, sobre la producción de hidrógeno verde.

Cabe recordar que en las últimas horas, en el marco de la cumbre mundial COP26 desarrollada en la ciudad escocesa de Glasgow, autoridades de la firma australiana Fortescue anunciaron una millonaria inversión en la Argentina destinada a producir dicho elemento, durante un encuentro que mantuvieron con el presidente Alberto Fernández y parte de la comitiva que lo acompañó.

Al respecto, el profesional detalló que el hidrógeno verde se obtiene “a partir de electrolisis, es decir un proceso en el que a una masa de agua se le colocan electrodos, para lo cual se utiliza energía eléctrica generada por ejemplo por molinos, o paneles solares”.

“Se hace para descomponer agua y generar oxígeno e hidrógeno, al que se llama hidrógeno verde. En la industria viene siendo producido desde hace décadas y en grandes cantidades, pero a partir de gas natural puesto en contacto con agua, sobre un catalizador. Eso se viene usando para varias cosas, refinería de petróleo, para producir amoníaco y fertilizantes, y también para generar metanol”, apuntó Borio.

Y puso como ejemplo lo que pasa en la ciudad. “En Bahía podríamos decir que está la planta productora de hidrógeno más grande del país, pero no es un producto, es un intermediario que la misma compañía produce y usa”.

Consultado respecto del destino del producto, dijo que “lo que conozco por el momento es a partir de los anuncios periodísticos, no tengo los detalles. Se ha dicho que se producirá para ser exportado. La forma en que la exportación se haría no la conozco, pero podría ser bajo la forma de amoníaco, para lo cual hay que sintetizarlo poniendo una planta al estilo de la de Profertil de Bahía y con eso cargarlo en barco y exportarlo, pero es una especulación mía”.

¿Argentina tiene la capacidad para llevar adelante el proyecto?

“En base a lo que he leído al respecto, veo que para los europeos que tienen mucha generación por vías renovables, uno de los problemas que tienen es la intermitencia y no tienen la calidad de viento que tenemos nosotros en el sur de Buenos Aires y la Patagonia”.

“Eso llevaría a bajar el costo de generación. Si uno tiene los molinos inactivos una buena parte del año porque los vientos son demasiado pobres, eso se cae y la inversión se hizo igual y se general menos kilovatios. Cuánto va a resultar el costo de la energía de los molinos que se instalarán aquí no lo se, pero es un punto clave”, comentó.

Valente pide “subirse a la ola de la prudencia”

El docente universitario y creador de emprendimientos en innovación, Leonardo Valente, también dejó su opinión en este medio, respecto a la anunciada inversión, poniendo reparos y una moderada expectativa en tal sentido.

“La verdad es que ayer los anuncios parecía un decomiso de droga porque cambiaban los números cada minuto. La explicación técnica del doctor fue impecable. El hidrógeno verde es energéticamente negativo. Es ineficiente, a diferencia del petróleo. No es una energía en sí, sino un medio de transporte que se está volviendo muy popular”, destacó Valente.

Y agregó: “En la ciudad el viento sigue soplando, pero no hay más electroductos que vayan al AMBA. La única manera es consumir lo producido acá y eso es lo que Bahía tiene como principal ventaja. Algo parecido ocurre con Amazon, un proyecto que aún no está caído. Lo importante con estos proyectos es subirse a la ola de la prudencia. Creo que hay que ir paso a paso”. 

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