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nueva denuncia contra el odontólogo

“Me bloqueó la puerta del consultorio y me ofrecía sexo”

Luego de la publicación de La Brújula 24, otra joven se animó a contar cómo fue su experiencia cuando fue a atenderse con Jorge Raúl Alderete. “Tuve suerte porque pude salir corriendo”, señaló.

Foto Archivo (Pablo Noir - La Brújula 24)

Ana es una joven de 26 años que, tras la publicación de LA BRÚJULA 24 en la que se plasmó una grave denuncia por abuso en contra del odontólogo Jorge Aldereteeso además hizo que otras chicas se animen a hablar-, quiso contar su experiencia.

En diálogo con el periodista Germán Sasso, Ana explicó que “a raíz de todo lo escuchado por la radio y los comentarios del Facebook, quise contar que yo viví una situación similar el año pasado”. Y explicó que se puso en contacto con otras víctimas del profesional.

“En los comentarios decían que era feo ir a denunciar porque era como que te miraban mal, entonces me contacté para decirles que yo pude hacerlo por un mail de la Municipalidad. Hablando con las chicas nos sentimos acompañadas y una de las cosas que más me conmovió es que ellas me pedían perdón de no haber denunciado en su momento”, relató con indignación.

Y respecto del episodio puntual, contó que “yo fui a hacerme un tratamiento en julio del año pasado, me lo hice normal y rápido, pero cuando terminaba, esperando que imprimiera el bono, me empezó a increpar con frases fuera de lugar”.

“Me decía que era muy linda, joven y atractiva. Yo le contesté que me diera el papel que me quería ir. Empezó a subir de tono, me aseguraba que podía darme sexo como nunca había experimentado, porque a mi corta edad no había vivido una amplia sexualidad. Yo en ese momento lo insulté, le dije que no podía creer lo que estaba escuchando”.

Además, Ana describió con lujo de detalles el modus operandi utilizado por el odontólogo, que es coincidente con el relato de más mujeres, también en este medio. “Él estaba obstruyendo la puerta, le pedí que me dejara tranquila y me dijo que en el expediente decía que era docente, que seguro había fantaseado con acostarme con alumnos. Después se me tiró encima, pero lo empujé y salí corriendo”.

“No había nadie en el consultorio, tuve la suerte de que me lo pude sacar de encima, creo que de alguna forma él percibió mi miedo. Mide 1,80, no había forma de sacármelo de encima, tuve suerte”, consideró.

Y remarcó la importancia de hacer la denuncia. “Yo pensé que era un caso aislado, pero cuando me enteré lo de otras chicas me convencí para hacerlo público. Denuncié por un mail que está en el municipio y me contestaron que ya lo estaba tramitando la Fiscalía. Ahora tengo entendido que podrían llegar a llamarme para declarar”.

“Lo hablé con mi psicóloga y me preguntaba yo misma qué habría hecho para que este tipo creyera que quería tener sexo. Recién después de mucho tiempo me di cuenta de que yo no tenía la culpa, este tipo es así, aunque vayas vestida de monja va a tener el mismo modus operandi”, sintetizó.

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