Seguinos

Deportes

El Inter de Lautaro logró un agónico empate en el clásico ante Milan

El Derby della Madonnina terminó 1 a 1. El Toro no tuvo la producción deseada ante un rival, que apeló a la fortuna para conformarse con la igualdad.

El Derby della Madonnina arrancó con la tensión a flor de piel. Desde el primer minuto, el Inter y el Milan saltaron al césped del Giuseppe Meazza con una intensidad digna de un clásico. Pero el miedo a perder jugó su papel, y las defensas se impusieron en los primeros compases.

El Rossonero, con su línea de cuatro bien plantada, logró anular los intentos de Lautaro Martínez y Marcus Thuram, mientras que los remates de media distancia de Henrik Mkhitaryan y las llegadas de Hakan Calhanoglu tampoco lograban perforar la muralla rival.

El partido transcurría sin un dominador claro, hasta que un chispazo de Rafael Leão desniveló la balanza. El portugués se escapó por la banda izquierda y soltó un centro rasante que generó el caos en el área del Inter. Yann Sommer reaccionó, pero no pudo evitar que Tijani Reijnders la empujara al fondo de la red. El 1-0 golpeó al conjunto de Simone Inzaghi justo antes del descanso, dejando un clima de incertidumbre para el complemento.


En la segunda mitad, el Inter salió con otra actitud. Lautaro tuvo una ocasión inmejorable tras presionar la salida y recuperar la pelota en el área rival, pero Mike Maignan le negó el festejo con una atajada salvadora. Para colmo, el árbitro anuló un gol del capitán nerazzurro tras un supuesto empujón de Denzel Dumfries sobre Fikayo Tomori. La bronca se multiplicó cuando Yann Aurel Bisseck estrelló un cabezazo en el poste izquierdo, dejando a la hinchada del Inter al borde del infarto.

Los minutos finales fueron un torbellino de emociones. Marcus Thuram, en una aparición fantasmal, desvió un córner con el muslo y volvió a encontrarse con el poste, mientras los hinchas del Milan no podían creer la suerte que los acompañaba. Dumfries también probó de cabeza y, una vez más, la madera le dijo que no. Parecía que la victoria del Milan estaba escrita en piedra, pero el fútbol siempre guarda espacio para la sorpresa.

En el tercer minuto de adición, Nicola Zalewski sacó un centro preciso y Stefan de Vrij, con un cabezazo certero, desató la locura en la grada interista. El empate, aunque celebrado, dejó un gusto amargo en ambos equipos: el Milan perdió dos puntos en el último suspiro, y el Inter sintió que pudo haber ganado.

Con información de Infobae

Más Leídas