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Ahora investigan al "entorno" del peritrucho: creen que no actuó solo

Mientras Marcos Herrero llega a juicio, se puso la lupa sobre posibles "socios".

El abogado y dirigente radical Luciano Peretto está cada vez más complicado ante la Justicia. Es que, como se sabe, fue uno de los impulsores de la teoría de la “desaparición forzada” en el Caso Facundo.

El letrado, que contaba con el respaldo de parte de su partido político, fue quien acercó al expediente a tres testigos mentirosos y al peritrucho Marcos Herrero.

El exconcejal de Villarino -que tenía intenciones políticas en aquel distrito- presentó a tres personas (de una misma familia) que brindaron una declaración que, con el tiempo, quedó absolutamente desvirtuada por los hechos. Esos “testigos” fueron el pie indispensable para que la causa por la desaparición de Facundo girara de la Justicia Provincia a la Federal.

Tal como se publicó en otra oportunidad, los declarantes “no pegaron una” a la hora de dar detalles de lo que decían haber presenciado: el secuestro de Facundo en plena Ruta 3.

Sin embargo, los servicios de los truchos no alcanzaban para sostener la farsa. Es así que, los ideólogos, necesitarían las truchadas de un “todoterreno” sin escrúpulos: Marcos Herrero.

El entonces policía de Río Negro hizo el trabajo más sucio de todos: plantar prueba a repetición para inventar un delito que no había existido y acusar falsamente a personas.

Gozando de impunidad política y bajo una extraordinaria cobertura mediática, el peritrucho hizo de las suyas. Envalentonado, sembró evidencias y mentiras por todos lados. En Buratovich, en Origone y en Bahía Blanca. Sus objetivos eran autos, camionetas, seccionales policiales o, directamente, en el medio del campo.

El tragicómico personaje dijo que sus perros olían a Facundo en todos lados y muchos meses después de su muerte, lo cual es técnicamente imposible (el olor de una persona perdura cómo máximo 72 horas).

Aunque todo lo que tocaba lo ensuciaba, el show era alimentado. Lo único que debió haber hecho no lo hizo: encontrar el cuerpo de Facundo. El resto se conoce, sus objetos fetiches por doquier: amuletos, pelos, huesos, etc.

Tan envalentonado estaba el hombre, que hasta por televisión anunciaba “hallazgos futuros”. De esta manera, no solo encontraba la evidencia, sino que pronosticaba lo que iba a encontrar en el futuro. Y con una exactitud de película: “en el Etios hay un elemento de Facundo”. La frase la pronunció el 3 de septiembre de 2020 en el noticiero de Canal 7 de Bahía Blanca luego de “revisar” -por primera vez- el patrullero “bajo la lupa”.

16 días después, se cumplió la profecía. El mismo auto -ahora en manos de la Gendarmería- aparecía un “elemento” de Facundo: la famosa piedra turmalina. Y como si también fuera vidente, el abogado Peretto cantó victoria antes del hallazgo. Todo muy sorprendente.

Pero el peritrucho y compañía no habían estudiado bien el guion. La turmalina que usaba Facundo no era negra, era de color lila. Ya había fracasado lo del amuleto (vaquita de San Antonio) y ahora fracasaba por berreta lo de la piedrita.

Y como no podía quedarse con la espina en el ojo, al año siguiente en la misma seccional de Origone (donde ya había “encontrado” la vaquita) ahora encontraba otra turmalina. Esta vez sí, con el color acorde.

En la Justicia Federal creen que Herrero, que será juzgado el año que viene, no actuó sólo. Y ahora parecen estar decididos a ir por sus cómplices o mandantes.

El acusado confía en que quienes saben de sus tretas “no le soltaran la mano”. Saben que, de sentirse abandonado, es una bomba de tiempo.

Por lo pronto, el peritrucho prepara su defensa y comenzó por estos días a llamar a “ex admiradores” suyos para chequear si fueron citados al debate oral y qué es lo que van a decir. Más de uno le contestó: “Diré la verdad”.

Es que los adiestradores honestos también se sienten estafados. Y a los hechos se remiten. “Nadie encontraba nada y Marcos siempre encontraba algo. Para nosotros era un ídolo, hasta que comenzamos a sospechar. Nosotros queremos y respetamos este laburo que hacemos con los perros. Pero él nos defraudó, nos usó e hizo sus negocios”, describió una persona que trabajó en uno de sus grupos.

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