Venezolanos en Bahía: de la esperanza a la desolación

Por Juan Tucat, redacción de La Brújula 24 (@JuanTucat)

En el último tiempo, la realidad de Venezuela volvió a instalarse en todos los medios del mundo. Y no es para menos, porque la violencia es moneda corriente en un pueblo que siempre fue hermano. Además, las vidas perdidas no se recuperan.

En este espacio de La Brújula 24 no es la primera vez que se aborda el tema. En septiembre del 2021, por ejemplo, se publicó un informe que daba cuenta de las vivencias de los ciudadanos de aquel país radicados en Bahía Blanca.

Historias de personas que tuvieron que dejar atrás sus hogares persiguiendo una oportunidad. Su llegada a la ciudad, el trato recibido y sus ganas de salir adelante. Relatos en primera persona de una comunidad que no baja los brazos.

El domingo pasado, Nicolás Maduro se autoproclamó ganador en unas elecciones que habían generado gran expectativa, sobre todo en la oposición, y estalló el caos. Hoy la incertidumbre es total y la impotencia también. El fraude es evidente.

El periodista Jean Carlos Manzano le dijo a este medio que “no es imposible que Maduro haya ganado, pero sin transparencia, es difícil creerle”. Y agregó que “había esperanza de que se reconociera la iniciativa democrática del pueblo de un cambio y hemos visto que eso, al menos hasta el momento, no fue así”.

En definitiva, una sensación amarga ante una eventual oportunidad perdida. Una más.

Maduro se autoproclamó ganador de las elecciones, el mundo habla de fraude (Archivo)

También es importante señalar que varios países latinoamericanos, incluidos Argentina y Perú, exigieron una revisión exhaustiva de los resultados, citando las preocupaciones sobre la transparencia y el respeto a la voluntad popular del pueblo. El grupo solicitó la participación de observadores electorales independientes para asegurar la legitimidad del proceso.

Y escaló la tensión diplomática hasta que el gobierno de Lula Da Silva aceptó el pedido argentino para representar sus intereses y mantener bajo su protección a los dirigentes opositores que estaban asilados en la residencia del embajador, en Caracas.

Se trató de una decisión de enorme importancia en la agenda internacional de la Casa Rosada, ocurrida después de la expulsión de los diplomáticos que ordenó la dictadura de Maduro por el rechazo de Milei a reconocer su triunfo en las elecciones.

“Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la embajada en Venezuela. También agradecemos la representación momentánea de los intereses de la República Argentina y sus ciudadanos allí”, compartió Milei en su cuenta de X.

En la oportunidad, el testimonio le pertenece a Yurivía Díaz, quien preside la Asociación de Venezolanos en Bahía Blanca. “Es bien sabido que somos más de 8 millones los que tuvimos que salir del país y en estos momentos estamos muy conmocionados, muy molestos por toda esta situación”.

“De alguna manera, en nuestros corazones teníamos la esperanza de volver a casa, y es como que ese futuro se va postergando un poquito más”, consideró con indignación. En ese sentido, resaltó que “hay que reconocer el apoyo que se está teniendo por parte de la comunidad internacional, con más países que no han visto para otro lado”.

“Teníamos la esperanza de volver a casa, pero eso se va postergando un poco más”.

“Es muy evidente que el régimen, definitivamente, se puso del otro lado de la historia. Y si no podemos salir de este proceso en paz, evidentemente es una dictadura”, aseguró.

A modo de análisis, Yurivia señaló que “nosotros ya vivimos otros procesos electorales, pero el fraude más evidente ha sido en esta última elección. Hemos visto como, de la mano del chavismo, ese cambio que se quería para el país, no era tal. Como todos los cuerpos represivos están a favor del régimen. Están dentro del narcotráfico, lo cual es conocido por todo el mundo. Hoy todo lo manejan las cúpulas del gobierno y las fuerzas armadas”.

Yurivia Díaz es presidenta de la Asociación de Venezolanos radicados en Bahía Blanca.

Consultada respecto de sus afectos que aún están en Venezuela, indicó: “La familia está bien, pero se está viviendo ahora un clima de tensa calma, con un silencio en las calles que habla, es increíble. En Caracas, el transporte público no funciona, y la gente tiene miedo de salir a la calle. Como decimos nosotros, es piedra contra plomo porque están reprimiendo”.

“Los que se quedaron hoy están viendo la posibilidad de irse, porque dicen que sus hijos no tienen futuro”.

Y agregó, sobre su vida en Bahía: “Desde los primeros tiempos, venimos haciendo un trabajo de hormiga. Cuando te encontrabas con alguien en un supermercado, cuando escuchabas el acento y te acercabas para hablar. Hicimos campañas para aquellos que fueron llegando, de ropa de abrigo. Formamos parte de las colectividades extranjeras y participamos de las actividades”.

“A la ciudad de Bahía Blanca no tenemos más que agradecerle por abrirnos la puerta, por dejarnos seguir viviendo. No es que vamos a empezar de cero, nosotros queremos seguir viviendo. Hay una gran cantidad de profesionales aquí y eso ha servido como una dinámica. Hay médicos, músicos en la Orquesta Sinfónica. Todo eso nos ha dado un poco más de alegría, porque podemos seguir practicando nuestras costumbres”, afirmó.