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Nueva escucha

Así operaba el peritrucho para que sus farsas tuvieran impacto mediático

En exclusiva, La Brújula 24 sigue publicando audios que comprueban una vez más el accionar de Marcos Herrero.

Las aventuras del falso adiestrador Marcos Herrero siguen dando tela para cortar. Es que sus tropelías no solo han quedado expuestas en las causas penales en las que participó, sino que la investigación de la Justicia mendocina logró que fuera el propio protagonista quien revelara sus oscuras maniobras.

A través de las escuchas judiciales se puede oír como Herrero ordena hacer desaparecer material fílmico y fotográfico, todas acciones necesarias para ocultar su prolífico sembrado de pruebas durante sus rastrillajes.

Además del borrado audiovisual, Herrero en sus diálogos también cuenta cómo operaba en los medios de comunicación para que sus hazañas fueran publicadas y así ganar fama, credibilidad y dinero. Tampoco es nuevo lo que trasciende del audio, pues ya se conocen sus andanzas denunciadas por este medio desde hace años. Sin embargo, escucharlo de su propia boca se convierte en una confesión obscena.

Este embustero necesitó, de la política y de una campaña fenomenal de prensa, para vender su “pescado podrido”. Y así engañar a la opinión pública y, muchas a veces, a la Justicia.

Sin voceros -ingenuos o cómplices- que agitaran sus mentiras, ninguno de sus operativos hubiese tenido éxito. La trascendencia mediática era pieza fundamental del engranaje que se ponía en marcha cada vez que, el ahora condenado, decía encontrar la evidencia que esclarecía un caso de relevancia. En la causa Facundo, sus procedimientos eran rapidamente replicados por varios operadores, que recibían llamados de personajes cercanos al “adiestrador”.

Hoy presentamos una escucha en la que Herrero conversa con su esposa Andrea y le cuenta que está tratando de que la noticia del “hallazgo” de los huesos en una cabaña en Potrerillos (Mendoza) llegue a los medios porteños. Después de plantar un cráneo, pelos y preservativos, el peritrucho necesitaba la otra pata de su operación: el rebote mediático.

Incluso, señala que le pedirá ayuda a la madre de Facundo Astudillo Castro para que el tema “llegue” adonde tienen que llegar. El delirio es tan descomunal, que Herrero argumenta que si los huesos -que él mismo había plantado- no pertenecen a Viviana Luna, podrían ser de otras desaparecidas como María Cash o Sofía Herrera.

Se sabe, los huesos eran de un esqueleto (varón) que Herrero tenía escondido en su casa de Viedma e iba desmembrando cada vez que era convocado a alguna causa.

Además, en su diálogo, pronostica que si “el tema de los dólares” encontrados en un galpón del sur (que dijo eran de los Kirchner y eran -en realidad- billetes del estanciero) tuvo alto impacto, el caso de Mendoza debería superarlo en rating.

Huelgan los comentarios.

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