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La industria de las bicicletas en la ciudad aprovecha el daño colateral de la crisis

El comportamiento pendular de un rubro que gana adeptos. El testimonio de los que más saben en venta de rodados, reparación y expendio de accesorios. Sustentabilidad, salud y medio ambiente, como pilares del auge.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

Históricamente, las bicicletas se cerraron en una solución inmediata y accesible para muchos, con vaivenes positivos y negativos en relación al contexto. Según la Cámara Argentina de Comercio e Industria de Bicicletas, Partes, Rodados y Afines, aunque la tendencia de ventas en 2022 fue positiva, disminuyó en los últimos meses de ese año.

No obstante, en este 2023 pareciera existir un resurgimiento, pese a la crisis devaluatoria de la moneda nacional. En particular, en Bahía Blanca existe un fenómeno que puede percibirse a partir de la simple observación de las calles, no solamente céntricas sino también en los barrios. Quizás, el impacto en el bolsillo sea aún menor en relación a aquellos que tenían al auto y hasta la moto como el medio de transporte por excelencia.

La Brújula 24 conversó no solo con quienes comercializan estos rodados, sino también con aquellos que venden los repuestos y accesorios, como también obtuvo el testimonio de los encargados de llevar adelante las reparaciones. En Bahía Blanca, pedalear se convirtió en una opción más que válida para unir dos puntos, sea por necesidad o diversión.

Mountain Bike y Urbanas pican en punta en ventas

Susana Sabatini es hija de Juan Carlos, dueño de un histórico local ubicado en Corrientes al 200 y especializado en la venta de este tipo de rodados. Con una prolongada presencia en el mercado, han experimentado todos los vaivenes de una tendencia que ha vencido los avances en propuestas de locomoción, con modelos prácticos y accesibles.

“La demanda de bicicletas está segmentada por el tipo, principalmente se dividen en mountain bike (o todo terreno), urbanas (de paseo, híbridas, plegables), de ruta, infantiles y las de freestyle que son para practicar salto. En nuestro caso, en cuanto a la demanda, encabezan las mountain bike rodado 29 y es elegida principalmente por adolescentes que las usan como medio de transporte, en especial, para ir al colegio y demás actividades extraescolares”, señaló Sabatini, a este diario digital.

Además, resumió que “los padres encuentran en ellas una opción que ofrece independencia a sus hijos para trasladarse de una forma económica. No obstante, siempre surgen dos inquietudes que se repiten: el hecho de los robos, en primer lugar, y también el riesgo de la convivencia en la vía pública con los automóviles”.

“En cuanto a los adultos que optan por las dos ruedas, lo consideran como la opción conveniente para trasladarse en la ciudad, en el sentido de que es un vehículo que tiene costo de mantenimiento menor a otros de motor. Tampoco hay gasto de combustible, ni de patente, y la movilidad es más rápida, entre otros beneficios. En otros casos, hay personas que no consideran acudir a su trabajo en bicicleta, pero sí tienen gusto por el deporte, ecoturismo, travesías o simplemente salidas grupales o individual”, indicó, en otro segmento de la charla.

Asimismo, diferenció un último grupo: “Hay gente que no va a movilizarse diariamente en bicicleta por la ciudad, ni tampoco pretende hacer ciclismo deportivo, ni siquiera amateur, pero sí les gustaría empezar a salir, aunque sea a dar una vuelta en espacios abiertos de la ciudad, por ejemplo en Carrindanga. En este último caso es muchas veces sugerida por los propios profesionales en el marco de una prescripción médica con el objetivo de hacer alguna actividad física. Y otro caso es el de las personas de una edad media que simplemente desean tener salidas recreativas con los hijos al aire libre y acompañarlos”.

“La demanda de rodados urbanos se da por alguna necesidad o gusto más específico. Ir más cómodo de cara al resto de los vehículos, y no en la posición de las mountain en la cual la espalda va inclinada hacia adelante. También permite contar con un rodado más liviano para lidiar con el tránsito. Por lo general no cuentan con amortiguación, los neumáticos son más finos y con menos taco, haciendo menos pesado el pedaleo”, aclaró, en relación a aspectos técnicos.

No obstante, reconoció que “la bicicleta urbana puede ser de paseo (las hay de acero, de aluminio, con o sin cambios, con estética vintage, moderna, canasta y hasta portaequipaje). También son parte del mercado las plegables, donde la posición de sentado es con la espalda más recta. Esto permite circular más atento al tránsito y vestido con ropa no necesariamente deportiva”.

“Dentro de las urbanas, están las que tienen la posición de mountain bike, pero sin amortiguación, con neumáticos finos, lo que las hace más livianas para andar por la ciudad. En cuando a la demanda de bicicletas con asistencia eléctrica, son cada vez más solicitadas, aunque las marcas más reconocidas nos permitan garantizar la calidad de la batería. Actualmente no disponemos de stock por faltantes en nuestro proveedor. Son rodados aún costosos para bolsillos promedios, y no nos fiamos de comercializar marcas que no tengan una calidad razonable en las baterías”, agregó.

Al cierre, evaluó qué ocurre con las bicicletas infantiles: “Contamos con cierto nivel regular de demanda todo el año, en ocasión de cumpleaños en la mayoría de los casos. Y luego fechas en las que aumentan las ventas son el Día del Niño y Navidad, algo que se viene repitiendo desde hace 50 años”.

“Aumentó la demanda de reparaciones diarias”

A su turno, Nicolás Guzmán manifestó su parecer, desde el punto de vista de las reparaciones. En Zapiola al 700, trabaja en un comercio donde se presta dicho servicio y tiene en su mano el termómetro de los clientes que a diario lo visitan. Una de las alternativas es poner a punto los rodados para estirar el tiempo de prestación, ahorrando dinero y tiempo.

“Entendiendo a las bicicletas como un medio de movilidad muy importante que es muy elegido por los bahienses, también son primordiales para despejar la mente, sentir el aire en el rostro y hasta afrontar travesías”, planteó Guzmán, a modo introductorio.

Sin embargo, resaltó que “Luego del paso de la pandemia, las personas por un tiempo perdieron ese hábito, pero en el caso particular de nuestro negocio, ese proceso repercutió de manera positiva, de forma tal que aumentó la demanda de reparaciones diarias, permitiendo que el rodado vuelva a estar en condiciones”.

“Las reparaciones más frecuentes son los parches, services completos, y todo lo que haga que la bicicleta tenga un buen funcionamiento. Normalmente nuestros clientes eligen estas reparaciones que suelen hacerse en el momento o en un período corto de tiempo para poder dirigirse hacia su trabajo, universidad o domicilio”, desmenuzó, ante la inquietud sembrada por La Brújula 24.

Por último, aseveró que “la vida útil de un rodado de gama media en la ciudad es relativa ya que depende del trayecto habitual, el cuidado que le da la persona al material y también si la dejamos dentro o fuera de nuestro hogar”.

Repuestos impactados por la devaluación

El tercero de los entrevistados es Mariano Zabala. En su flamante local de Villa Rosas ofrece una amplia gama de accesorios, algo más lejos del centro bahiense, aunque ello no signifique que las transacciones tengan un caudal menor respecto de aquellos que están emplazados más cerca de la Plaza Rivadavia.

“Con respecto a la crisis que estamos atravesando, como en todos los rubros, también afecta directamente a las bicicleterías. Me animaría a decir que el 95% de los componentes son importados. Eso sumado al problema de importación, sin dejar de mencionar lo que nos cuesta acceder a dichos materiales”, sentenció, ante la requisitoria de este cronista.

No obstante, lamentó que “en ocasiones no se los puede reponer porque dejan de estar en el mercado por un largo tiempo y eso es bastante complicado. Lamentablemente lo poco que se fabrica en el país, que es industria nacional, tiene inconvenientes, ya sea porque no puede competir en precio y obviamente, tampoco en calidad”.

“Imagino que también para fabricar esos componentes necesitan de materia prima que proviene del exterior. Es toda una cadena que nos perjudica directamente. Si bien el precio se traslada al producto, es una cuestión lógica que después no se pueda reponer”, exclamó Zabala, en otro segmento de la charla telefónica.

Paralelamente, consignó que “los clientes en general se han ido acostumbrando a este tipo de cimbronazos, todos nos vamos habituando a la inflación creciente, al desbarajuste de los precios que hace que los precios cambien a diario, incluso en productos de primera necesidad. En estos contextos, la gente se vuelca un poco más a la bicicleta”.

“Si bien creo que esta contingencia es temporal, hasta que llegue un escenario de meseta, el ciclista durante todo el año está siempre, es el que nos da una manito a nosotros, los que trabajamos en este rubro”, apuntó, quien todos los días abre su local en Ecuador al 1500.

Al epílogo, lanzó un consejo: “Aprovecho para decirle a nuestros amigos ciclistas que viene la época de frío, la época que oscurece temprano. Es momento de pasar por los comercios especializados para adquirir los estrelladores, luces, indumentaria adecuada para hacerle frente al frío, guantes, camisetas térmicas, calzas y guardabarros para los días de lluvia”.

Las bicicletas siguen siendo una opción atractiva y amigable con el medio ambiente. En la ciudad se ha generado una fuerte conciencia a partir de campañas que permitieron comprender el cuidado del planeta en función de su nula contaminación. Lo oneroso de los otros medios de transporte es un aspecto que no se puede soslayar. La industria se ha sabido adaptar a las necesidades y cambios de los consumidores para mantener su relevancia en el mercado. En el medio, los especialistas de la ciudad en el rubro, que mantienen la excelencia para fomentar su uso.

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