La Democracia: el triunfo de la vida sobre la muerte

Por Raúl Woscoff, político y escritor

La ley 26323 estableció la conmemoración del regreso de la democracia a nuestro país para recordar la asunción del gobierno de Raúl Alfonsín. Este texto se sanciona en el año 2007. Vino a ratificar la voluntad “reparadora” propia de un gobierno que nos tomaba de la mano para salir de la noche más oscura de muerte e indignidad en la que nos había sumido a los argentinos la dictadura cívico-militar.

Restaurar es volver a un estado anterior. Modestamente creo que el sentimiento de todos no necesitaba de un texto legal que lo reafirme. Más aún para aquellos que tenemos grabados en nuestro espíritu siete años fatídicos de nuestra historia.

Las nuevas generaciones, por suerte para todos, tienen a la democracia incorporada a su ADN cívico. Y es por eso que esa vivencia originaria la transforma en un escenario común. Pero adentradas en los años lúgubres de la dictadura, comprenden que al asumir el nuevo gobierno se iniciaba “la reparación”. Incompleta, imperfecta, sin duda, pero mostrando el triunfo de la vida sobre la muerte.

Una democracia imperfecta. Como toda obra humana. Si la felonía es una condición humana, la política, una de las más humanas de las condiciones, traicionó muchas veces sus valores. El fundamento de esa arquitectura se ha visto afectado por conductas impropias,  privilegios malsanos y promesas incumplidas.

Aún así su vigencia se sobrepone a ello, a las crisis económicas y nos marca las cuestiones pendientes. Una pobreza que ya se ha quedado sin voz de tanto gritar su ignominia señala a los corruptos, y nuevos privilegiados creados a partir de la degeneración malsana de nuestro sistema. No obstante, la democracia en el aniversario de su restauración, reclama más dialogo y conciliar a los contrarios para fortalecerla definitivamente.