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INFORME ESPECIAL

Violencia infantil: el abordaje bahiense a un drama que preocupa e indigna

El caso de Lucio en La Pampa conmueve al país y plantea un nuevo debate. Cuáles son los mecanismos que existen en la ciudad para garantizar el bienestar de niños, niñas y adolescentes. La opinión de especialistas.

Leandro Grecco / [email protected]
Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

Tristemente, Lucio Dupuy se convirtió en noticia nacional a partir de una tragedia que enluta a la sociedad argentina y llama a la reflexión, intentando encontrar los motivos que expliquen su prematuro adiós, a partir de lo que investiga la Justicia, que puso la lupa desde un primer momento en la mamá de la criatura y su novia, principales sospechosas del aberrante crimen.

Episodios como el expuesto ponen nuevamente sobre la mesa el debate respecto de la crianza responsable de nuestros niños. Paralelamente, existen mecanismos alternativos donde afloran los sentimientos más nobles si hablamos de amor y contención. Espacios que vienen a dar respuestas a las necesidades básicas en un momento crucial para la formación de la personalidad en el camino a la adultez.

Las medidas de abrigo serán el eje central de este informe especial que en esta ocasión propone LA BRÚJULA 24, con el testimonio de referentes, quienes divulgarán una variante desconocida por un sector de la población y con una menor propalación que la adopción en su sentido más tradicional. Un artículo cargado de ternura e información, para encontrar una mirada optimista entre tanto dolor.

Partiendo de la base de que la Convención Internacional de Derechos del Niño plantea con claridad el concepto de interés superior de las infancias, como eje rector para cualquier decisión que se tome sobre estos y siguiendo esa tesitura, en el año 2005 se sanciona la ley 26061, de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, la cual establece medidas de adopción en casos de situaciones de riesgo.

Tres los artículos de dicha normativa determinan cómo se aplica. El primero ligado a las medidas de protección que entra en vigor comprobada la amenaza o violación de derechos. El segundo enuncia la extinción, entendiendo que las medidas de protección pueden ser sustituidas, modificadas o revocadas en cualquier momento por acto de la autoridad competente que las haya dispuesto y cuando las circunstancias que las causaron varíen o cesen. Y un tercero que contempla medidas excepcionales que son aquellas que se adoptan cuando las niñas, niños y adolescentes estuvieran temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio.

Planteado el marco teórico, la Subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Juliana Cerritelli, desmenuzó el margen de acción con el que cuenta el municipio para ejecutar la legislación vigente, con una demanda creciente y sistema que siempre está al borde del colapso, situación que no desborda gracias al trabajo denodado de quienes integran los diferentes servicios sociales de la ciudad.

“Frente a situaciones de violencia tiene participación lo que se denomina Sistema de Promoción y Protección Integral de los Derechos de las Infancias y Adolescencias, compuesto por una diversidad de actores o agentes -personas, organismos, instituciones, organizaciones, comunidades, servicios, programas- que actúan mancomunadamente en distintos niveles de implicancia con un propósito común en función de la restitución de algún derecho determinado, donde el eje de la intervención es un chico o chica que sufre y su contexto familiar o afectivo”, aclaró Cerritelli, en el inicio del contacto con este medio.

Consultada respecto a la ingerencia de su área basada en la legislación referida párrafos atrás, dispuso que “cuando se adopta la medida excepcional de abrigo se ponen en marcha dispositivos bajo dos modalidades, los del ámbito institucional y los del de referencia familiar de niños, niñas y adolescentes. Estos últimos incluye al grupo familiar ampliado o afectivo y, los primeros, configuran espacios de cuidados familiares alternativos institucionales que los alojan separados de su medio familiar en diferentes denominaciones: hogares convivenciales y casa de abrigo”.

“El municipio cuenta con cinco espacios de esta naturaleza, divididos por edades. A su vez, integran estos primeros, otro dispositivo de cuidados en familias que nuclea a grupos familiares que brindan transitoriamente cuidados a niños, niñas y adolescentes que atraviesan situaciones de vulneración de derechos: el Programa Familias Solidarias”, recalcó Cerritelli, durante otro segmento de su testimonio.

En tal sentido, sostuvo que “resulta fundamental en este punto señalar que una medida de abrigo se trata de una medida excepcional, transitoria y subsidiaria que implica la separación temporal (en principio) de su grupo familiar conviviente por circunstancias de extrema gravedad que amenazan o vulneran derechos causando perjuicio a la salud física o psíquica y a las subjetividades, dando lugar a la intervención del Estado. Asimismo la medida excepcional y especial deberá ser aplicada cuando hayan fracasado medidas integrales de protección de derechos y/o medien situaciones de extrema urgencia y gravedad que ameriten proteger el derecho a la vida, la salud o integridad”.

“Actualmente, nuestra ciudad cuenta con 120 niños, niñas y adolescentes con medida de abrigo, alojados en espacios institucionales y familiares. Las edades oscilan entre 0 a 18 años, siendo la franja de adolescentes la que prima en cuanto a la adopción de estas medidas. Resulta de importancia destacar que, desde la Subsecretaría que titularizo, se prioriza la ética de la escucha que supone reconocer estas voces, o en sus silencios, algo más que el daño y acompañar a chicas y chicos implicados a construir lógicas o configuraciones nuevas de cuidados”, cerró quien además es Licenciada en Psicología.

No menos importante es el rol de Hogares de Belén, Movimiento Familiar Cristiano que en Bahía Blanca cobija a las criaturas recién nacidas que se encuentran desamparadas o a merced de los riesgos más profundos y latentes, con necesidades insatisfechas y una inconmensurable necesidad de amor genuino, básico y primordial para garantizar una primera infancia feliz, propia de la edad.

Paula Cuadrado es coordinadora del organismo y en su charla con esta redacción aclaró que “el objetivo es brindar una familia, y una contención a niños de cero a tres años que se encuentren en situación de abandono o vulnerabilidad en sus derechos. No es la adopción convencional, conocida popularmente. Simplemente se trata de tenerlos y amarlos como si fueran hijos propios hasta que se resuelva su situación, es decir que pasen a una familia adoptiva, o bien vuelvan con su familia de origen o aquel referente afectivo dispuesto por la Justicia”.

“La selección de las familias la hace el equipo técnico, a través de entrevistas con la coordinación, una psicóloga y una trabajadora social. Buscamos hogares con valores  solidarios, que reflejen el amor hacia la familia como núcleo principal para el desarrollo de cualquier persona”, recalcó Cuadrado, respecto del mecanismo para otorgar la guarda requerida por los canales formales.

Además, consideró que “en la edad de los niños que recibimos es fundamental la contención, la buena alimentación, cuidados médicos y estimulación. Las entidades oficiales, pocas veces están preparadas para recibir niños o niñas de tan corta edad y brindar una atención tan personalizada como necesitan ellos.

“Los aspirantes deben entender que esto es solamente transitorio. Nunca sabemos cuándo llegan, ni cuándo se van por eso estamos dispuestos a recibirlos y despedirlos sin ningún tipo de injerencia en su situación. A veces son con final feliz, y otras no tanto, pero debemos aceptarlo porque solamente somos un grupo de contención en un momento de sus vidas”, afirmó, al momento de explicar la función que cumplen las familias de abrigo.

Consultada respecto a la financiación, enfatizó: “No recibimos ningún tipo de salario ni beneficio por nuestra labor, la Provincia nos envía unas becas que alcanzan para pagarle al equipo técnico y para comprar pañales, leche y los insumos más importantes, pero el resto es aportado por las familias que componen este programa.

“Los requisitos para los aspirantes son entender muy bien de qué se trata esta tarea, no estar inscriptos en el registro de adoptantes, no poseer deudas por alimentos o asistencia familiar, ni antecedentes penales. Además, que permitan ser evaluados por la psicóloga y trabajadora social. Toda la familia tiene que estar de acuerdo, ya que es un trabajo que se realiza en conjunto”, concluyó Cuadrado.

La abrumadora mayoría de la sociedad exhibe su descontento a partir de las noticias que se generan luego de episodios tales como los ocurridos en tierras pampeanas. Sin embargo, a la luz de los hechos pareciera no ser suficiente para torcer un rumbo, como si esa indignación cayera en saco roto y no resuelve el problema de fondo. Mientras tanto, criaturas inocentes volverán a quedar desamparadas, al alcance de mentes enfermas que se aprovechan de un sistema colapsado que no llega a satisfacer los requerimientos, cada vez más frecuentes y delicados.

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