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Amor y paz: así fueron las últimas columnas de Natty en La Brújula 24

Deja como legado su inalterable vocación de servicio, la entrega y los innumerables gestos que forjaron la vida de miles de personas.

Natty Petrosino, una embajadora bahiense en el mundo, deja como legado una incalculable obra de ayuda a los más necesitados. Su inalterable vocación de servicio, la entrega y los innumerables gestos que forjaron la vida de miles de vecinos de la ciudad la ubican entre las ciudadanas más destacadas de la historia, por compromiso y altruismo.

“No temblemos tanto y disfrutemos el tiempo que tenemos. El miedo que nos hacen tener por distintas cosas hacen que la gente no disfrute como tendría que hacerlo. El aire es maravilloso y todavía tenemos plantas para disfrutar, a pesar de lo mal que hemos tratado a nuestro planeta. Y por supuesto, nuestra familia, ese es el mensaje más importante que podemos dar”, dijo en su último mensaje a finales de junio.

Desde octubre dejaba a la audiencia de La Brújula 24 su mensaje de amor y paz. Un mensaje de fe y esperanza en tiempos tan difíciles, atravesados por la pandemia y sus daños colaterales.

“Es una maravilla que La Brújula 24 me permita charlar un poco con los vecinos de una ciudad bendecida por Dios. Si todo esto fue posible, es porque Bahía Blanca fue elegida para dar testimonio de que si queremos, podemos. La fuerza está dentro de cada uno de nosotros”, mencionó en su primera reflexión.

“Hay gente a la que admiro mucho en Bahía Blanca. Para muchos de los que se alojaban en mi hogar, era su mamá. Y en un momento llegó a ser más la gente que traía donaciones que las que venía a buscar. Eso era fantástico”, enunció Natty en otro tramo, al tiempo que agregó: “La clave está en nunca decir que no, hacer todo lo que a uno le pedían, sea lo que fuere”.

“Voy a confesarle a Bahía Blanca, hablando de lo que más sé, que es lo que Jesús me enseñó, aunque eso no quiere decir que distintos profetas hablen del mismo Dios. Estas descompensaciones que tengo cada tanto, los bypasses, la quebradura de mi fémur, y otras cosas que este vehículo está padeciendo, son solo porque cuando me manda a empezar a despertar a la humanidad me entra un terror santo”, aseguró en su segundo mensaje a la audiencia de la ciudad.

“Yo lo escucho a Dios y le hablo, pero no es una cosa que solamente puedo hacer yo, todos podemos. Pero para eso también hay que aprender”.

Así dijo en otra de sus columnas y puso un ejemplo práctico: “Cuando todavía no sabés leer, de chico o de grande, y vas por la vida caminando, agarrás un libro ves una palabra y no te dice nada. Pero trata, cuando ya podés lees, de ver una palabra y evitar tratar de comprender lo que dice”.

“Ayudemos al reino de Dios en la tierra y a construir el nuevo mundo que ya comienza. Hay que aprender a dar”, remarcó Natty en su cuarta columna, en plena colecta solidaria que se hizo en Bahía Blanca para los Wichis en Formosa.

Una semana más tarde agradecía a la ciudad los múltiples apoyos solidarios que llegaron:

“Bahía Blanca está despertando la conciencia espiritual y vamos a cambiar el mundo. Hay una nueva humanidad y por eso estoy tan agradecida. De tanto que hemos recibido, podremos ayudar hasta a gente de Bahía Blanca y la región”, recalcó Petrosino.

El 13 de noviembre del año pasado fue un día muy especial, pues Natty Petrosino, visitó los estudios de La Brújula 24 y le puso un freno a la vorágine de la realidad, llamando a la reflexión e introspección.

“No nos damos cuenta cómo cada uno desde su lugar se va encontrando para construir la nueva humanidad y que va a salvar de la locura a este planeta. Así entraremos al ciclo superior, tomados de la mano, cantando ‘Gloria a Dios en el cielo y en la Tierra paz a los hombres’. Aquí estamos para responder como humanidad a tu llamado, Padre eterno”, dijo.

Una semana más tarde se encontraba en la Ruta camino a Formosa, donde por enésima vez tendería la mano a la comunidad wichi. En pleno camino esbozó: “Quiero agradecer la ayuda de la gente, llenando las tres cargas completas de camiones para empezar a construir esta casa del aborigen para que el enfermero que ayuda contra el COVID-19 tenga su vivienda, mientras vive en la casa de un aborigen que está debajo de un árbol a la espera”.

A punto de adentrase a la selva a seguir su labor, el mensaje fue para los políticos:

“Sin bandería política, desde lo humano y con amor, no hagamos una campaña hablando mal del otro. Que juntos podamos tapar la grieta. Esto va para todos los dirigentes del país que tienen que escuchar a Cristo. Son ellos los que tienen que juntarse para decidir qué es lo mejor, siempre desde el amor. Limar las diferencias, poniendo el hombro para que no nos destruyan. Cristo me dijo que vaya al divisadero porque Cristo me lo pidió, con ellos tomo fuerzas para ayudarlos y en paz esperar al Reino de Dios en la Tierra”.

Ella llegó manejando en su vehículo a la comunidad Wichi de Formosa, en la que vivió durante largos años de su vida. El recibimiento fue conmovedor.

Tendiéndole una mano a la comunidad Wichi, la cual vive en condiciones prácticamente inhumanas, encontró múltiples escollos para desarrollar su tarea solidaria. Desde la detención y aislamiento de su colaborador y los choferes de los camiones, hasta los desafortunados dichos de Rafael Silva (titular de la Unidad Provincial Coordinadora del Agua), un funcionario de segundo orden del gobierno de Gildo Insfran que le exigía distanciamiento y alcohol en gel, en un lugar donde la población no tiene techo ni agua potable.

Natty le envió un mensaje de audio a LA BRÚJULA 24, manifestando su descontento con la actitud del Estado provincial: “Cuando veo la actitud de Silva, de un médico tan irresponsable en estos momentos pienso qué poco se usa la mente inteligente que nos dio Dios para darte cuenta de algunas cosas. Cómo vas a venir a lugares como el Divisadero a darnos un mensaje como el que se da en Alemania y Suiza, donde la gente tiene agua, alcohol en gel y jabón”.

En pleno regreso a la ciudad, la bahiense Natty Petrosino relató en LA BRÚJULA 24 el drama que significaron estas semanas en el norte argentino, donde viajó (como hace habitualmente) para tender una mano a la comunidad Wichi, siendo perseguida por el poder político que no le permitió desarrollar su desinteresado aporte.

“Por fin estamos volviendo a mi hogar. Estoy en plena ruta porque ayer paramos a descansar porque no vengo bien de salud. Fueron dos meses muy difíciles, fue terrible. Tuve un accidente con un golpe en el rostro por correr una ambulancia que traía a una mujer con trabajo de parto. Me tropecé y sufrí lesiones en la cara”, sostuvo Natty.

En marzo de este año dejó atrás algunos problemas de salud que la tuvieron a maltraer. Aún más lejos quedó la triste persecución que sufrió en Formosa, provincia que gobierna desde hace décadas el nefasto Gildo Insfrán. Pero ella no se cansa y recién recuperada, se vuelvió a subir a un camión con donaciones para los más necesitados de aquel territorio del norte del país.

Sí, claro, la descripción anterior habla de la gran Natty Petrosino, sin lugar a dudas embajadora espiritual de Bahía Blanca. Referente y ejemplo de lucha y amor por el prójimo que con trabajo y dedicación, otra vez cargó un acoplado con elementos dispuestos para trasladar al impenetrable formoseño, donde viven los Wichis.

Desde la tierra de los wichis lanzó su mensaje: “Se me está terminando toda la mercadería que trajimos y acá la gente necesita ropa y colchones. Como ya estamos mandando a las otras comunidades que estaban como la nuestra, tenemos muy poco para pagarle a la gente que está trabajando, a los que quieren ser dignos y ganarse todo lo que consumen”.

“Acarrean de uno o dos ladrillos de una casa que se voló el viento. Es una maravilla, acá nadie quiere nada regalado, quieren trabajar y estamos contratando día a día para que cada grupo se lleve lo que necesita. Ellos se dignifican solos”, aseveró.

Regresó brevemente a Bahía y en junio, horas antes de partir nuevamente con destino al impenetrable formoseño para continuar con su desinteresada acción solidaria, renovó su contacto telefónico con LA BRÚJULA 24, como cada miércoles, aportando su mensaje de fe y esperanza.

Su último mensaje se emitió el 23 de junio y dijo:

“Usemos la conciencia superior para saber que Dios existe, somos sus hijos, parte de la creación del universo, pero no por eso nos creamos que somos Dios. Somos parte, todos nacemos para hacer nuestra tarea y partir, nacer y morir es todo uno”.

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