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Manos que Ayudan, el programa dedicado a la asistencia a la comunidad

Cuál es la tarea que lleva adelante este conjunto que nuclea a los integrantes voluntarios de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El desarrollo con alcance mundial que se replica en la ciudad.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

El programa de Manos que Ayudan une a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y a sus vecinos para brindar atención a la comunidad. Estos voluntarios, ataviados con sus características camisetas amarillas, socorren a personas cuyas vidas se han visto afectadas por desastres naturales y otras emergencias. 

Vale resaltar que todos los voluntarios de Manos que Ayudan también se asocian con las organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro para apoyar y brindar una mejor calidad de vida a las comunidades en las que viven. El programa refleja el deseo que los miembros tienen de seguir el ejemplo de Jesucristo por medio del servicio a los demás. Esta labor recibe los recursos de los servicios humanitarios de la Iglesia, y los proyectos los coordinan los líderes locales de la comunidad.

El programa de Manos que Ayudan se estableció en 1998, y desde entonces cientos de miles de voluntarios han donado millones de horas de servicio a sus comunidades. Se inició en América del Sur, pero se ha extendido a casi cada rincón del mundo. El proteger al prójimo es una característica importante de los seguidores de Jesucristo.

Manos que Ayudan ofrece oportunidades organizadas para que los miembros de la Iglesia brinden su tiempo y talentos para bendecir a los necesitados. Además, les posibilita a los miembros la oportunidad de embellecer calles, parques, escuelas y zonas recreativas de la ciudad; también proporciona oportunidades de servir de otras maneras, mostrando que la Iglesia es amiga de la comunidad.

Por medio de Manos Mormonas que Ayudan, los jóvenes y los adultos se sensibilizan más con los desafíos que afrontan los demás. Cuando los miembros de la Iglesia siguen el ejemplo del Salvador de tender la mano y ayudar a los demás, sus testimonios se fortalecen. A nivel global ha actuado en todas las recientes catástrofes naturales, incluyendo terremotos, inundaciones e incendios en diferentes regiones.

En Bahía Blanca, vienen llevando a cabo una serie de acciones en las cuales la solidaridad se impuso, respondiendo a los preceptos del programa. Una de ellas se remonta a lo sucedido en 2011, cuando a lo largo de tres meses, diferentes grupos de voluntarios se fueron turnando para pintar diversos sectores del Hospital Penna.

Un año más tarde, un nutrido grupo de miembros de la Iglesia participó de la limpieza y el ordenamiento en el Parque de la Ciudad. En 2013, en tanto, se recogieron donaciones para colaborar con los damnificados por las inundaciones en el norte del país. Meses después, la labor se centró en realizar una descacharrización en Villa Rosario para prevenir el Dengue, una enfermedad que aún no estaba tanto en el radar, en comparación de lo que ocurre hoy.

Otro hito destacado en la historia de Manos que Ayudan fue haber estimulado un Programa de Donación de Sangre, también en el nosocomio provincial que funciona en calle Láinez. A partir de las acciones llevadas a cabo en todo ese lapso es que el mencionado programa fue declarado de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca. Por esos días, el grupo de voluntarios desplegó una interesante actividad de servicio en la Delegación Villa Harding Green, dinámica que se repitió luego en diferentes plazas y espacios públicos verdes de la ciudad.

Un momento en el que lograron una mayor visibilización fue a partir de haber participado del desfile cívico-militar por el 9 de Julio en las calles bahienses. En 2018, Manos que Ayudan se nutrió de la experiencia al sumarse a “Cultos por un Futuro Mejor”, un programa que fue promovido por la Mesa Interreligiosa y el municipio para eliminar las casas construidas de chapa y cartón para ser reemplazadas por unidades funcionales habitables en diversos barrios. Cabe aclarar que esta propuesta se extendió por los dos años siguientes.

Ya en 2024 se generó una interesante dinámica de limpieza en el Parque de la Ciudad, con el intendente municipal Federico Susbielles, algo similar a lo que se desarrolló este año en el Parque Independencia, más precisamente en el Jardín Botánico.

Un año más tarde, un nutrido grupo de miembros de la Iglesia participó de la limpieza y el ordenamiento en el Parque de la Ciudad. En 2013, en tanto, se recogieron donaciones para colaborar con los damnificados por las inundaciones en el norte del país. Meses después, la labor se centró en realizar una descacharrización en Villa Rosario para prevenir el Dengue, una enfermedad que aún no estaba tanto en el radar, en comparación de lo que ocurre hoy.

Otro hito destacado en la historia de Manos que Ayudan fue haber estimulado un Programa de Donación de Sangre, también en el nosocomio provincial que funciona en calle Láinez. A partir de las acciones llevadas a cabo en todo ese lapso es que el mencionado programa fue declarado de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca. Por esos días, el grupo de voluntarios desplegó una interesante actividad de servicio en la Delegación Villa Harding Green, dinámica que se repitió luego en diferentes plazas y espacios públicos verdes de la ciudad.

Un momento en el que lograron una mayor visibilización fue a partir de haber participado del desfile cívico-militar por el 9 de Julio en las calles bahienses. En 2018, Manos que Ayudan se nutrió de la experiencia al sumarse a “Cultos por un Futuro Mejor”, un programa que fue promovido por la Mesa Interreligiosa y el municipio para eliminar las casas construidas de chapa y cartón para ser reemplazadas por unidades funcionales habitables en diversos barrios. Cabe aclarar que esta propuesta se extendió por los dos años siguientes.

Ya en 2024 se generó una interesante dinámica de limpieza en el Parque de la Ciudad, con el intendente municipal Federico Susbielles, algo similar a lo que se desarrolló este año en el Parque Independencia, más precisamente en el Jardín Botánico.

El nombre único, por casi 200 años, ha sido La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sin embargo, una de las preguntas que a menudo deben contestar era si son mormones cristianos, algo que a todas luces parece un absurdo, aunque los ponía en el desafío de comprender que la opinión pública debe transitar por un sendero que como autocrítica deben contribuir para corregir. 

El término “mormones” les fue impuesto casi de manera despectiva durante las persecuciones del Siglo XIX por la creencia en El Libro del Mormón, un texto al que reconocen con tanta validez dogmática como a la Biblia, en el cual también creen

La Iglesia posee también una plataforma llamada SirveAhora que está abierta al uso público para toda institución o grupo de personas que desee subir proyectos de servicio y a la cual se pueden ir anotando los voluntarios, sin importar su credo, creencia o falta de ella. Las únicas condiciones son que esos proyectos no impliquen ganancia para nadie ni involucren algún tipo de proselitismo político o religioso.

Por ejemplo, el estado de California hace años que utiliza esa plataforma como su programa de voluntariado estatal. También la República de Chile acaba de firmar un convenio con la Iglesia para su uso en todo el país. El dato saliente es que en la ciudad hay un matrimonio que se encarga de promover SirveAhora.

La honestidad moral personal y cívica, generosidad y responsabilidad, son los valores de este programa con objetivos elevados en cuanto a preparación tanto académica como técnica, amor al trabajo y en especial, un lugar preferencial de la familia en la vida de los individuos y en el cimiento de la sociedad en general.

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