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INFORME ESPECIAL

El transporte público aspira estar a la altura de estos tiempos modernos

El servicio de colectivos en la ciudad se encuentra en plena reconfiguración. Los avances y las demandas pendientes. Un inminente incremento en el precio del boleto. Y el análisis de un especialista.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

El transporte público es un aspecto crucial para la movilidad de los habitantes. Bahía Blanca cuenta con una red de colectivos urbanos que conecta sus distintos barrios y puntos clave, como el centro, las universidades y las áreas comerciales. Estos micros son el principal medio de transporte para una gran parte de la población, especialmente para aquellos que no tienen acceso a un vehículo particular.

En los últimos años, se han realizado esfuerzos para modernizar el sistema en Bahía Blanca. Se han incorporado nuevas unidades con mejores condiciones de confort y seguridad, y se ha avanzado en la implementación de tecnologías que permiten un seguimiento en tiempo real de las unidades a través de aplicaciones móviles. Estas mejoras buscan hacer el servicio más eficiente y accesible para los usuarios, facilitando sus desplazamientos diarios.

Sin embargo, aún existen desafíos importantes. Uno de los problemas más destacados es la frecuencia y puntualidad de los colectivos, lo que a menudo genera inconvenientes para el usuario, especialmente en horas pico. Además, algunas zonas periféricas de la ciudad todavía no están bien conectadas, lo que limita el acceso de sus residentes a otros servicios y oportunidades dentro de Bahía Blanca.

A pesar de estos desafíos, los colectivos siguen siendo un pilar fundamental para la vida cotidiana en este distrito. La búsqueda de soluciones, como la ampliación de las rutas y la mejora en la gestión del servicio, es esencial para que el sistema pueda satisfacer de manera efectiva las necesidades de todos los ciudadanos, promoviendo una movilidad más inclusiva y sostenible.

En la semana que acaba de finalizar, el Departamento Ejecutivo giró al Concejo Deliberante el proyecto de aumento en el boleto para evitar que el sistema de desfinancie. Sin embargo, el tratamiento del mismo pasó para futuras sesiones en el recinto. Se trata de un incremento de $100 en la tarifa plana que solo paga uno de cada cuatro usuarios.  

Fuentes oficiales consultadas por LA BRÚJULA 24 mencionaron que “en este momento estamos trabajando en mejorar la experiencia del usuario”, al tiempo que añadieron que esta búsqueda se da “a través de un fortalecimiento en el sistema de GPS, cambios en la Web e incorporación de las paradas, para que los usuarios puedan saber dónde están ubicadas, cuáles permiten el ascenso y descenso de pasajeros y qué combinaciones se pueden hacer”.

“También estamos mejorando los controles desde el Departamento de Monitoreo de Bahía Transporte Sapem, para hacer un seguimiento de todos los coches, que estén visibles en la Web y se cumplan las frecuencias establecidas”, concluyeron a la redacción de este diario digital.

“Humildad y tirar las certezas a la basura”

Jorge De Mendonça es el Presidente Asociación Intermodal de América del Sur AIMAS y especialista y consultor en temas de transporte y logística, tomó contacto con este medio para hacer llegar su modo de pensar en esta temática. Con una mirada crítica, aunque con la humildad de quienes también reconocen los aspectos positivos, hizo un análisis del lugar en el cual estamos parados.

“Quiero advertir que estas breves líneas pretenden insinuar que podría ser muy eficiente y quizá rentable,que el transporte público local asegure cercanías a menos de 300 metros de cada parada y que, si es necesario, con combinaciones se pueda llegar a cualquier parte de la metrópoli”, resumió al comienzo de la conversación.

Y lo argumentó: “Utilizamos este término por sobre el de ciudad porque para comprender alguna solución para la movilidad se debe dejar de insistir en hablar de una pequeña porción del municipio y, menos aún, de una pequeña región si se toman en cuenta Punta Alta, Pehuen Có, Cabildo, Ingeniero White, General Cerri y propiamente Bahía Blanca en toda su extensión”. 

“Sugiero que cuando alguien comience a debatir sobre el transporte público, le pregunte a su contrincante en la discusión si tiene la SUBE. Respecto de la máxima que se suele enarbolar, postulando que con un mejor transporte se abandonaría el auto particular, quiero dejar expuesto que subir al colectivo no muerde”, destacó De Mendonça . 

Luego, lanzó un desafío: “Usted que nunca subió a un transporte público aquí, por qué lo hace en París o Río de Janeiro. La ciudadanía de esta metrópoli bahiense necesita un transporte del Siglo XXI, pero sin pensar en baterías o marcianos. Considero que las autoridades y los planificadores deben dejar de seguir reciclando las líneas deficitarias de micros que, habiendo nacido 100% privadas, familiares, eficientes, rentables, hoy son una burocracia deficiente y deficitaria que solo vive si el Estado pone dinero”. 

“Nuestro problema no son ni las calles de tierra, ni la baja densidad, ni la pobreza de aquel que no puede pagar el boleto. El inconveniente radica en que jamás resolveremos un problema repetido aplicando las mismas ideas absurdas”, aseveró, dando una receta que puede aplicar ante cualquier máxima de la vida. 

No obstante, afirmó: “A Federico Ignacio Weinhold –Técnico en Administración con Diplomatura en Logística por el departamento de la U.N.S.– y a mí (además a otros miembros de un pequeño grupo político de otros años), nos alegró que la administración hubiera descubierto que el boleto con transbordo sería un éxito. Claro, fue 10 años después de que lo habíamos propuesto. En ese momento felicité al intendente y me respondió que antes no existía la tecnología, pero internamente recordé la colección de boletos combinados de la década de 1920 que tiene un museo”. 

“Resulta muy diferente evaluar la necesidad de un subsidio al transporte como parte de un conjunto ordenado con amplia visión, a que el subsidio sea la meta en la que, luego, quizá se transporte a las personas. No es la huella de los años 90, sino fruto de una formación técnica surgida a fines de los años ’70 para que los transportes sean subsidiados, como meta, pero no como medio”, aclaró, marcando una clara diferencia. 

Sin vacilar, refirió que “a nivel local, se debe resolver el problema analizando la oferta y no la demanda. En Bahía Blanca y Punta Alta hay suficiente cantidad de técnicos que, con las consignas adecuadas, podrían solucionar el tema y planificar muy bien. Para eso, deberían expulsar del foro al que diga ‘no, eso ya está decidido así’ o al que con zoncera exprese ‘me lo dijo el consultor estrella porteño’”. 

“Es una lástima que la línea 521 fue impuesta para que no deban pagar la combi al servicio doméstico, pero el que sean dos recorridos y no uno envolvente muestra la ineficiencia del diseño, y el que fuera necesario demuestra que nos faltan líneas circulares que combinen con todas las diametrales/radiales”, fundamentó con certeza De Mendonça. 

En ese sentido, sostuvo que “siempre suponemos que el líder político debe tener todas las respuestas y se cree que todo debe salir de la boca de él. Pues bien, en materia de transporte, solo escuchamos a líderes que repiten lo que le dicen al oído los que están en el ambiente hace décadas por sí o por sus formadores”. 

“Si yo aquí escribiera todo lo que se me ocurre como solución perfecta, sería un hipócrita más de los tantos brillantes que deambulan por gabinetes, ministerios y reportajes. Lo que aprendí, es que el político, el periodista y el técnico deben sentarse frente al papel sin certezas, tan solo con preguntas: ¿Cómo hacemos para que esto funcione? Tenemos trazas ferroviarias que no molestan en lo más mínimo, salvo por los malos criterios de tránsito”, infirió. 

En paralelo, siguió enumerando que “tenemos calles y avenidas directoras. Tenemos capitales privados. Tenemos 420.000 habitantes (si hablamos de la metrópoli en su totalidad). Deberíamos resolver el hoy con lo que tenemos mientras en muy poco tiempo se evalúan múltiples alternativas sobre el tablero. Hay aplicaciones de celular con la que los técnicos podrían relevar con bastante certeza”. 
“El trabajo técnico debe costar menos que un mes de subsidio a una sola línea de colectivo. No hacerlo o repetir lo mismo, costará el subsidio de todas las líneas todos los días y el no tener transporte para el 90% de los puntaltenses-bahienses. A los técnicos locales que lo hagan tenemos que pedirles dos cosas: humildad y que tiren toda certeza a la basura”, finalizó De Mendonça.

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