Los Pumas lucharon pero el bronce del Mundial es de Inglaterra

En un emocionante partido por el tercer puesto en el Stade de France, los ingleses aseguraron la medalla de bronce al vencer a Los Pumas con un marcador de 26-23.

A pesar del coraje y el amor propio que mostró, el equipo argentino no pudo alcanzar la victoria en su tercera vez en semifinales, repitiendo su posición en el cuarto lugar, como en 2015. Queda la edición del Mundial de 2007, en la que la Argentina logró el tercer lugar, liderada por Agustín Pichot.

Desde el primer minuto del partido, se hizo evidente que el equipo que se presentó en esta ocasión recordaba más al que compitió en fase de grupos que al que derrotó a Gales en los cuartos de final, con su mejor rendimiento en la segunda mitad (29-17, con un marcador parcial de 23-7 en los últimos 40 minutos). Hubo decisiones discutibles y múltiples pérdidas de balón por parte de Argentina, lo que permitió a Inglaterra aprovechar sus oportunidades, además de sus conocidas habilidades en el juego de patadas.

A los 7 minutos del encuentro, tras una mala conexión entre Isa y Rubiolo, los ingleses recuperaron el balón y anotaron un try a través de Earls, que se abrió paso entre Cubelli y González.

A los 11 minutos, después de un lineout desordenado de Argentina que fue tomado por Petti, Farrell convirtió un penal. Con un 59% de posesión, Inglaterra se imponía 13-0 a los 12 minutos, mientras que los argentinos no lograban materializar su afirmación de tener el hambre y la capacidad necesaria para competir por la medalla. El equipo argentino parecía haber comenzado frío, al igual que la noche parisina, que registraba 11 grados.

A pesar de las imprecisiones de Los Pumas, al menos lucharon por el control del balón, ya que ganaron balones en los scrums y lineouts. González destacó con robos de balón y carreras, y De la Fuente se unió a la presión al fullback Smith en un ruck, lo que resultó en un penal que Boffelli convirtió en los primeros puntos para Argentina. La puntuación era de 10-16 al final de la primera mitad.

El segundo tiempo comenzó de manera diferente, con un error de Youngs que regaló a Los Pumas un lineout. A partir de ahí, se originó una jugada en la que Santiago Carreras se destacó al enfrentarse a Dan y Genge, dos forwards ingleses, para anotar un try. Sin embargo, cometió un error al intentar un kick anunciado, que fue bloqueado por el hooker inglés, y se cobró con otro try. El marcador se mantuvo igual.

A pesar de un penal convertido por Boffelli a los 9 minutos, el partido se convirtió en un intercambio de patadas, sin que ninguno de los equipos tomara el control. Los cambios en ambos equipos no ayudaron a cambiar el rumbo del partido. Carreras cometió un error al dejar la pelota adentro en un penal a favor, lo que llevó a la entrada de Sánchez. También ingresó Creevy por Montoya, marcando el final de la carrera mundialista del hooker, que con 38 años ostenta un récord argentino de 22 partidos en Copas del Mundo, y un récord global de 108 tests.

Farrell y Sánchez intercambiaron penales, manteniendo el marcador ajustado en 26-23 a favor de Inglaterra. Los últimos diez minutos del partido se jugaron sin un claro dominador.

A los 72 minutos, el DJ del estadio hizo sonar “Maradó” de Rodrigo, seguido de un tema de las Spice Girls para mantener a la multitud entretenida. Aunque algunos estaban ansiosos por bailar, la mayoría estaba nerviosa por el resultado.

Con tres minutos restantes, Mateo Carreras ejecutó una jugada clave al sentar a Smith, lo que resultó en un penal a favor de Los Pumas. Sin embargo, Sánchez falló el tiro al primer palo. Mallía sufrió calambres y la tensión aumentó. Quedaban tres minutos en el reloj.

A pesar de los esfuerzos de ambos equipos por cambiar el marcador, Bazán Vélez cometió un knock on, desvaneciendo las esperanzas argentinas. A pesar de la mejora en el segundo tiempo, Los Pumas no pudieron asegurar la medalla de bronce, que fue a parar a manos de Inglaterra.

Con información de Olé