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desde Kharkiv

Un argentino cuenta desde Ucrania cómo es el día a día en medio de la guerra

“La gente hace una vida normal entre comillas”, comentó Hernán desde el lugar del conflicto.

Bombardeos, falta de electricidad, servicios escasos y desinformación, forman parte de la rutina diaria en las zonas de conflicto en Ucrania, una realidad que Hernán, un argentino que está allí por razones humanitarias, relató para La Brújula 24.

“A pesar de lo que uno pueda ver a la distancia, la gente tiene que seguir yendo a trabajar, a menos que no sea una cosa extrema, la gente va a trabajar (si tiene trabajo), pero por ejemplo, escuchamos una conversación de la conductora de un trolebús que decía que tenía cinco meses sin cobrar”, señaló Hernán en el programa Nunca es tarde desde la ciudad de Kharkiv, al este del país, un frente activo de la guerra.

A poco más de seis meses de iniciada la invasión rusa a Ucrania, este argentino comentó que “también hay gente que trata de escapar del llamado a servir en las fuerzas armadas, pero como se tienen que esconder no tienen trabajo y optan por tomar esta oferta porque a pesar de los riesgos les van a pagar más”.

“La gente hace una vida normal entre comillas. Cuando nosotros recién llegamos nos asustaba cada bombazo, ver qué está pasando y la gente seguía como si nada”, relató.

Hernán contó que ha visto el vuelo de los aviones, los ataques con misiles crucero contra instalaciones de agua o plantas eléctricas.

Todas estas acciones obviamente complican una rutina que se llamaría normal y aunque por ejemplo, el transporte es gratis debido a la situación, el tema eléctrico es complicado y a su vez afecta el suministro de agua potable.

“Lo que tenés que hacer es básicamente ir a comprar al supermercado y esperar que vuelva electricidad y lo que termina pasando es que vamos todos a buscar a la máquina esta que la extrae y hay gente que también va como un surgente. Hay una cosa fundamental que uno no piensa hasta que le pasa, es que si vos no tenés efectivo y vas tarjeteando de acá para allá te quedas sin electricidad no hay cajero automático ni pago con tarjeta”, comentó.

Hernán detalló que está en Ucrania ayudando a trasladar a una persona mayor a un país de la Unión Europea, debido a que no ha logrado conseguir ayuda de las ONG o de la ONU para salir de allí. Este es su segundo viaje, en el primero brindó ayuda a una mujer embarazada y a su hija de nueve años.

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