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INFORME ESPECIAL

Mitos y verdades sobre los bahienses y el cuidado de sus computadoras

La opinión de técnicos en reparación y la mirada de un vendedor de insumos revelan el comportamiento de sus clientes. La influencia de la crisis importadora. Y tips para un mejor funcionamiento.

Por Leandro Grecco
[email protected] – Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

La tecnología ha ganado terreno en cuanto a la dependencia prácticamente cotidiana de los bahienses que depositan en ella la confianza de resguardar todo tipo de información, indispensable para desarrollar sus múltiples actividades, acortando la brecha incluso con eso que requería de un soporte mucho menos funcional.

Hoy nos detenemos en el mundo informático, sea un ordenador de escritorio, notebook o tablet, capaz de brindar soluciones a un solo click, desde la comodidad de la casa. Sin embargo, el contexto macro-económico colisiona con la imperiosa necesidad de seguir al día con las nuevas ofertas que surgen en el mercado.

Dos referentes de la ciudad en reparación de las PC y el titular de un local dedicado a la venta de insumos aportaron su visión sobre la contingencia que pone en la disyuntiva a los usuarios que reconocen la vital importancia que implica contar con un dispositivo capaz de ofrecer soluciones, en un mundo que incluso en la post-pandemia, ubicó en un primer plano a estos elementos.

“La importación nos afectó mucho”

El primero de los que trabajan como service y fueron interrogados por La Brújula 24 indicó que “generalmente las máquinas que nos traen al taller presentan las mismas fallas: lentitud, problemas en el sistema operativo, o de recalentamiento en los componentes. Se trata de notebooks o netbooks que suelen tener problemas en cuanto a mantenimiento, ya sea en el funcionamiento o que los clientes usan programas puntuales tanto para estudiar o trabajar y al no tener la computadora en condiciones no pueden usarla con normalidad”.

Tal es así, que consideró que “la consulta más frecuente es como en otros rubros cuánto puede salir la reparación como también la demora que tenemos para realizar el trabajo. En nuestro caso nos destacamos por ofrecer el servicio técnico express, que consiste en realizar los trabajos en 24 horas”.

“Es fundamental tener un buen antivirus con licencia para el buen funcionamiento y rendimiento de la máquina ya que es la principal protección ante posibles amenazas. La gente y nosotros navegamos mucho en la Web y la mayoría de nuestros clientes suelen entrar a algún juego desde Internet, lo cual si no tienen una buena cobertura la computadora se infecta enseguida con los famosos troyanos”, afirmó, sobre una de las dudas más frecuentes que surgen.

Y fue aún más allá: “Estos son virus puntuales que atacan principalmente la función y rendimiento del ordenador, como también los archivos o documentos que haya almacenados. En particular trabajamos con el antivirus oficial de Windows 10 que es el sistema operativo en vigencia al día de la fecha, el cual avisa y protege sin necesidad de pulsar ningún botón ni función de la máquina”.

“El tema de la importación nos ha afectado mucho. Nuestro rubro es uno de los más golpeados ya que el 80% de los productos y repuestos vienen del extranjero. Lo más preocupante fue la notable suba del dólar ya que dependemos 100% de la estabilidad monetaria. Sin embargo, lo vamos llevando dentro de todo bien, aunque en su momento hubo bastante demanda de productos que directamente no nos dejaba importar”, lamentó.

Por último, graficó el contexto crítico actual: “Esta dificultad se percibió al momento de hacer un cambio de disco duro, ya sea en portátiles o PC de escritorio, porque hace aproximadamente tres meses hubo escasez de ese artículo puntual y no podíamos trabajar prácticamente porque quien tenía mercadería no quería vender por no saber su precio o la ofrecía a precios inalcanzables, siendo que nosotros tenemos que inevitablemente transmitir el aumento a nuestros clientes”.

“Es mejor actualizar la PC; es difícil comprar una nueva”

Otro testimonio en la misma dirección sumó condiciones sustanciales a comprender: “El lapso de tiempo en el que se sugiere hacer un service de la computadora depende del ambiente en que se utilice, ya sea por la suciedad en el área de trabajo. Por ejemplo, si es una industria textil se juntará pelusa de algodón. También influyen las calles de tierra o si está sobre el mostrador de una casa de comidas. No obstante, lo recomendable es realizar una revisión cada ocho a doce meses para evitar el sobrecalentamiento de los componentes”.

“Cada cual tiene su manual, pero la realidad es que la tarea se adapta a cada cliente. Si es una notebook debe priorizarse y no esquivar un mantenimiento profesional. No es solo tirar aire con un soplete. Eso es lo que hacen los que no saben del rubro porque pueden causar más daño que beneficio. Por eso, una notebook lleva más cuidado que una PC de escritorio”, diferenció.

Más concretamente, frente a la posibilidad de adquirir un nuevo equipo, no vaciló en revelar que “el primer consejo que se le puede dar a una persona que tiene en mente comprar una computadora es que no adquieran lo primero que el vendedor le ofrece, que lean sobre los requisitos del software que pretenden utilizar. No es lo mismo comprarse un procesador Ryzen última generación o un Intel I9 para navegar, salvo que le sobre el dinero y quiera derrocharlo”.

“Es preferible comprar calidad, por ejemplo colocar una fuente de alimentación de buena marca ya es suficiente como para dar un salto y cuidar el equipo. No obstante, siempre estilan vender poca calidad en este componente salvo que uno lo solicite”, esgrimió uno de los técnicos con más trayectoria en Bahía Blanca.

No obstante, planteó un escenario algo más alentador: “Gracias a Dios, actualmente se puede decir que no hay malos componentes como los había hace unas décadas atrás, donde los equipos se dañaban por malas fuentes, marcas de baja calidad motherboards y memorias RAM que no estaban a la altura de los requerimientos mínimos. Hay que personalizar la computadora a comprar por que los costos no tienen límites y comprar algo que no se le va a poder dar el uso no tiene mucho sentido”.

“En síntesis, si se va a navegar, tareas de estudio-oficina y un uso multimedia básico alcanza con un procesador de dos núcleos, disco sólido y entre 4 y 8 GB. de memoria. Si se utilizará para diseño grafico hay que saltar a una gama media/alta, con placa de video dedicada, disco de estado sólido y mecánico, 16 GB. de memoria RAM como mínimo, procesadores relativamente avanzados. Hay muchos modelos pero para no quedar a mitad de camino, de cuatro a ocho núcleos en marcas conocidas AMD e Intel”, detalló.

Con relación al reconocimiento de su labor, enfatizó que “lamentablemente el trabajo de técnico informático esta menospreciado desde siempre. No hay un gremio y lo que sí existen son mafias intentando representarnos, por lo que muchas veces el sueldo esta por debajo al de un empleado de comercio en el caso de tener la suerte de trabajar para alguien. Sin embargo, a aquel que trabaja independiente no alcanza para vivir, solo logra una suerte de changas”.

“La mayoría es monotributista y tiene que mantener un local, algo que no es viable por donde se lo mire. Algunos tienen suerte de entrar en empresas grandes y logran cierta estabilidad, pudiendo llegar a cobrar decentemente. Estos casos son contados con los dedos de la mano. Hay que reparar no menos de 30 computadoras por mes para lograr juntar un sueldo de empleado de comercio, se requiere de una gran rotación de clientes”, consideró, desde su taller donde pasan decenas de PC periódicamente.

Es por ello que planteó que “un gran número de técnicos suelen tener otras entradas. Hay mucho negocio turbio y mucho chanta deshonesto. Hay que tener cuidado de que no roben componentes y los cambien por otros, una práctica que algunos suelen hacer. Una muestra clara de que no cuidan al cliente, verdaderamente de terror”.

“La crisis en el rubro ya se venía sintiendo desde hace unos años. Se torna imposible presupuestar sin escuchar quejas, lloran la carta, incluso en un mantenimiento mínimo y es ahí donde se refleja el menosprecio al técnico informático. Siempre se le quiere pagar lo menos posible, pero cuando van al mecánico por un daño en el vehículo abonan sin chistar. Es un clásico, hace muchos años filtro a los clientes si toman estas actitudes. Es mejor esquivarlos por que son problemáticos”, reconoció, sobre el cierre de su relato.

La brecha cambiaria, no ayuda: “Todos los insumos cotizan en dólares desde siempre. Tenemos pseudo distribuidores que le venden a cualquiera que no sea del rubro, por eso si ensamblamos un equipo casi ya no hay ganancia como antes porque le venden a cualquier persona a ese mismo precio. Te van a decir ‘yo lo consigo más barato’, pero incumplen con las garantías reales, te dan entre seis meses y un año. En mi caso siempre que ensamblo doy mi garantía personal extendida. El riesgo lo asumo yo y es un problema porque a veces por ganar un poco se corre el riesgo de que dañen el equipo por negligencia y debas cumplir tu palabra”.

“Hoy, vale la pena cuidar un equipo y actualizarlo. Resultan muy costosos y dado el problema económico que afrontamos se hace muy difícil comprar una computadora”, cerró.

Actualizar listas de precios y no “morir en el intento”

Por último, Facundo Funes, titular del local de venta de insumos informáticos ubicado en Don Bosco al 1000, entregó sus apreciaciones a la redacción de este diario digital: “El porcentaje de personas en Bahía Blanca o la región que no invierte en tecnología cada vez es menor. La pandemia obligó a muchos a actualizarse o cambiar. Siempre está la persona mayor que no quiere modernizarse o se niega a los avances, incluso muchos adultos por lo cual, tarde o temprano se terminan aggiornando”.

“El panorama es muy complicado porque es el sistema el que se maneja en base al dólar. No actualizamos la lista de precios todos los días, ya que cambia la cotización casi permanentemente. La idea es que los clientes que a veces consultan un precio no pasen al día siguiente a comprar y se lleven una sorpresa”, destacó Funes.

Y fue aún más allá: “Sostenemos los valores todo lo que se puede. Pero todos se cubren, ya sea importadores, distribuidoras o revendedores. Ya desde el año pasado empezó a sentirse el faltante de stock y cuando no hay determinado producto, buscamos otro para reemplazarlo. Otra opción es agregar una marca para ofrecer una mayor variedad”.

“Importadoras y distribuidoras nos imponen comprar un cierto volumen de artículos para acceder a otros que resultan más difíciles de conseguir. Por lo general, no todos los meses nos los ofrecen. Por eso, cuando surge la posibilidad de stockearnos, aceptamos casi cualquier condición, para no quedar desactualizados en el mercado y dar respuesta a nuestros clientes”, agregó, en otro momento del ida y vuelta vía Whatsapp.

Respecto a la competencia, se detuvo en el comercio informal: “Muchos a diferencia nuestra no ofrecen un local físico con venta y asesoramiento al público. Sin embargo, los clientes buscan un comercio donde ver cara a cara a quien le están comprando. Muchas veces piden referencias, en nuestro caso llevamos casi 10 años en el mismo lugar y la gente nos dice que por lo general llegan por recomendaciones, también por la publicidad y redes sociales”.

“Los comercios que no tienen local son un riesgo en todo sentido. Quien compra ahí, a priori puede ahorrar algo de dinero, pero se arriesga a no tener una garantía. Son vendedores que pueden desaparecer, cambiar de número de teléfono o discontinuar su atención. En su mayoría, sus artículos no pasan por Aduana y vienen evadiendo todo tipo de carga impositiva”, aseguró Funes.

Y lo argumentó: “Por nuestra parte, para poder comprar en importadoras registradas nos piden una serie de requisitos, como estar inscriptos en AFIP, ARBA o mínimamente ser Monotributista. También indagan sobre la cantidad de empleados, opiniones a otras empresas y otros documentos ya sean de cuentas bancarias o referencias a los cuales estos negocios sin locales no pueden acceder”.

“En líneas generales, los bahienses confían en el local físico. No obstante, también es menester ofrecer una página Web, donde la gente la usa de catálogo y termina yendo al local a concretar la compra. Distinto es lo que ocurre en Buenos Aires, porque ellos están más acostumbrados a la venta online. Allá, hace tiempo que por ejemplo Pedidos Ya! llevan paquetes de casi cualquier tipo, cubriendo distancias muy grandes”, finalizó el comerciante.

Sea cual fuere la realidad de cada usuario, frente a lo imprescindible que resulta conservar el material informatizado, abrazarse a la tecnología, entendida desde el punto de vista positivo, es una salida para pertenecer, seguir siendo parte del sistema. El desafío está planteado, ya vendrán tiempos mejores…

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