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INFORME ESPECIAL

Por su labor humanitaria, distinguen a un sacerdote bahiense radicado en África

Se trata del salesiano Jorge Crisafulli. Uno de los programas que llevó adelante en Sierra Leona para rescatar a niñas que ejercen la prostitución recibirá este miércoles el premio ABC Solidario, que consiste en una suma de 40 mil euros.

Por Cecilia Corradetti, para La Brújula 24 ([email protected])

Feliz y emocionado por este reconocimiento que será destinado a las verdaderas “heroínas” de Sierra Leona, las niñas violadas y maltratadas de la calle que eligen volver a la vida, el padre Jorge Crisafulli, bahiense, radicado en África hace 30 años, dialogó con La Brújula 24 sobre su misión humanitaria y anticipó que el premio será otorgado pasado mañana miércoles 22 en Madrid.

Se trata de la XVIII edición del reconocido premio “ABC Solidario”, que distingue a los mejores proyectos solidarios del mundo y que esta vez recayó esta vez en un programa liderado por el sacerdote argentino, director de Don Bosco Fambul, organización que funciona en Sierra Leona y que protege a menores en situación de calle que ejercen la prostitución. Niñas abusadas y maltratadas.

Estos reconocimientos, patrocinados por Banco Santander y Telefónica, se otorga a entidades que, en forma silenciosa y en los lugares más complejos y junto a la población más vulnerable y excluida del mundo, luchan por construir un mundo mejor.

El programa premiado se denomina “Girls Os+” y es    desarrollado por un grupo de sacerdotes y trabajadores sociales que durante los últimos años han logrado sacar de la calle a más de 600 niñas. Poco antes de recibir la noticia del premio, Crisafulli fue destinado a Nigeria y Niger para oficiar como inspector, aunque seguirá viajando una vez por mes a Sierra Leona hasta tanto se nombre un nuevo director.

Crisafulli se radicó en África hace 30 años y siempre ejerció una misión solidaria. Desde 2016 le hace frente a la violencia sexual y a los abusos que sufren las niñas de Freetown obligadas a ejercer la prostitución para poder comer y pagarse sus estudios. Muchas, merced a la contención, educación y oficios que proporciona el movimiento, han sido rescatadas de las calles e iniciaron una nueva vida.

“Se prostituyen porque es la única manera que tienen de conseguir algo para comer y sobrevivir”

–Padre Jorge ¿Por qué ejercen la prostitución estas niñas?

— Lo hacen porque son pobres y porque es la única manera que tienen de conseguir algo para comer y sobrevivir. Pero son niñas, sienten como niñas, visten como niñas y actúan como niñas. Por la noche se transforman para aparentar ser mayores y hacer cosas que no les corresponden por su edad.

–¿Qué siente cada vez que rescata a una niña?

–Es un milagro diario volver a ver sonreír a estas niñas porque significa que han superado los traumas y son protagonistas de sus vidas. Tenemos muchas instituciones donde son contenidas, hace poco hemos abierto un nuevo centro terapéutico y de rehabilitación, denominado “Nuevo Don Bosco Fambul”, único en la región de África Occidental, que permite que las menores vivan en un entorno de seguridad para superar sus traumas y comenzar de nuevo.

–¿Qué aspecto fue el más importante del proyecto premiado?

–El programa Girls Os+ posibilitó en Sierra Leona que se decrete la Emergencia Nacional sobre el Abuso Sexual a Menores. Además, quien abuse ahora de una menor ya no quedará impune e irá directamente a prisión; la policía no podrá detener a las menores en la calle, sino llevarlas a Don Bosco Fambul. Asimismo, cualquier policía que abuse de ellas o les robe la recaudación entrará en prisión.

–¿De quién es realmente este premio?

— De las verdaderas heroínas, las chicas, su resiliencia y capacidad para soñar, ponerse de pie y salir adelante. Además, tiene una dedicatoria especial, dos beneficiarias del proyecto: Augusta y Aminata, a quienes encontré una noche lluviosa de 2016 en un centro comercial de Freetown. Ellas fueron el puntapié inicial. Las invité a salir de la calle y de la prostitución y acercarse a Don Bosco Fambul para comenzar una nueva vida. Un total de 960 niñas han pasado por nuestras casas. No todas son historias de éxito, entre el 5 y 10 % ha vuelto a las calles, sobre todo tentadas por el deseo de autonomía, libertad, y por el dinero fácil que pueden hacer diariamente. Ridículo a los ojos de Occidente: unos 10-15 contactos sexuales pueden dejarles entre 5 y 10 dólares de ganancia y a un precio muy alto, enfermedades, SIDA, embarazos no deseados, golpes, abusos impensables y hasta la muerte.

— ¿Qué siente con este premio?

— El premio es un reconocimiento a Don Bosco, a los salesianos, a una Iglesia en salida, como la llama el Papa Francisco, una iglesia que ha aprendido a llorar al ver el sufrimiento de tantas niñas que son traficadas, vendidas, abusadas, descartadas. Lo digo con mucho respeto, a veces en Sierra Leona valoran más a un perro que a una niña, a una mujer. Recibir este premio es reconocer que nuestra misión es fructífera porque ha logrado transformar al día de hoy la vida de casi mil niñas que pasaron por nuestro hogar recibiendo terapias contra las enfermedades sexuales. El 100% llega con esas enfermedades. Han recibido terapias de ayuda, de sanación interior y de sus traumas, que son muy profundas.

–El premio equivale a dinero ¿Dónde será destinado?

— Será volcado a la alimentación, medicinas, terapias, cirugías, apoyo psicológico, educación, formación profesional, reunificación, alquiler de viviendas para las desamparadas, locales y pequeños talleres para que ejerzan su profesión. Todo se aplicará en beneficio de ellas, las niñas, y nada para cuestiones administrativas. Eso quedó claro en el equipo de gestión y entre los trabajadores sociales. El dinero viene mediatizado a través de Misiones Salesianas Madrid y tendremos que presentar informes, fotos, recibos de cada gasto. Nuestro foco está puesto allí y la acción es transparente.

— ¿Cómo funcionan los programas que implementaron?

— Tenemos ocho programas para protección de los derechos del niño y la niña. Este programa, específicamente, se llama Girls Os Plus, que implica niñas en situación de prostitución. Nunca las llamamos trabajadoras sexuales o niñas prostitutas. Son niñas y se comportan como tal, y hablan y juegan como niñas. La más joven que sacamos de la calle tenía apenas nueve años. Hoy tenemos una chica de 13 que empezó a prostituirse a los 11. Se llama Kumba y es HIV positivo.

–¿Cuándo sintió el llamado de Dios?

— Hace muchos años, y fue una llamada a dejarlo todo, a darlo todo y a trabajar por los derechos y la felicidad de tantos niños. Es vivir una paternidad distinta, una paternidad espiritual que hace que muchos de ellos me llamen “papá” porque lo sienten. Siempre me he sentido profundamente amado por Dios, tocado por su misericordia y por su gracia.

Bahiense y a mucha honra

Egresado del colegio Don Bosco, Jorge Crisafulli es un amante de su ciudad de origen, donde aún conserva, además de su madre, de 90 años, a numerosos grupos de amigos, muchos de ellos de Exploradores de Don Bosco.

“Bahía Blanca es el referente de mi vida, mis raíces están en mi querida ciudad, la que me vio nacer y crecer”, reflexiona. Trae a la memoria las largas charlas con su madre, Gladys Gamberini, de 89 años, quien cuando se ordenó sacerdote, lo único que le pidió fue que no se alejara de misión.

“Hice todo lo contrario pero ella sabe que esta es mi felicidad. Amo a Africa, a su gente, pero siempre seguiré siendo argentino y bahiense y no sólo por el Papa y por Messi”, bromea.

También en Bahía Dios le reveló su rostro siendo muy joven. “Esa experiencia metafísica y religiosa es parte de mi historia”, concluye.

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