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DE AYER A HOY

La confesión de Sandra Reñones: “Nunca me aferré a un cargo político”

Militante peronista, nació en Trelew, pero lleva casi cuatro décadas en Bahía. Su labor en los barrios y por la cultura. Y habló de su referente local: “La ciudad se perdió a un gran intendente”.

Por Leandro Grecco
[email protected] – Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

Las convicciones, cuando son firmes e innegociables, permiten crear el ambiente ideal para propiciar cambios, hasta revoluciones históricas, que tuercen el devenir de distintas sociedades. Claro que si son compartidas, su empuje es aún mayor, tanto que pueden superar las expectativas iniciales que se habían establecido a modo de objetivos.

Esos valores de los que venimos hablando son el capital que cotiza en alza en un tiempo tan convulsionado como el actual. En el mundo de la política, soslayan tanto las ideas como las conductas que permiten soñar con un futuro próspero. Esa conjunción de los recursos humanos, cuando sucede, suele ser ponderada en perspectiva, con el paso de los años.

Sandra Mónica Reñones estableció una trayectoria en distintos ámbitos, siempre desde la esfera pública, promoviendo la transformación de las realidades individuales y colectivas. Un tanto alejada del ruido cotidiano, se mantiene activa, a pesar del descenso en su nivel de exposición. En La Brújula 24, abrió su corazón y conversó sobre aspectos de su vida que no se habían ventilado. Una charla sincera y a flor de piel.

“Me considero bahiense por adopción, toda mi familia es de acá y por una circunstancia vinculada con el trabajo de mis padres, nací en Trelew. Me radiqué en la ciudad en la que resido actualmente a los 21 años. Mi mamá fue una docente muy reconocida en la capital chubutense al punto de ser inspectora de educación y mi papá trabajaba en un estudio contable”, sintetizó Reñones, en el inicio de la conversación.

Y añadió: “Cuando ambos se jubilaron, regresaron a Bahía Blanca que era el lugar en el cual se habían desarrollado y que contenía toda su historia. Mi hermana era cuatro años mayor y falleció hace un tiempo. En Rawson estudié en escuela pública, me casé y vine a trabajar acá, fruto de ese matrimonio tengo un hijo y una hija”.

“Actualmente estoy divorciada, trabajo en la Universidad Nacional del Sur, que es mi segunda casa por la gran cantidad de horas que transcurrí y aún sigo viviendo acá. Siempre fui militante política, social, gremial y cultural. Y lo seguiré siendo porque en toda mi existencia defendí causas que consideraba justas en la medida que uno recorre el trayecto de la vida”, resumió mientras peinaba su pelo enrulado con la mano izquierda.

Consultada respecto a las razones que la llevaron a ejercer una función activa en la esfera pública, aclaró: “En mi familia había raíces ideológicas socialistas muy fuertes, pero no eran militantes, más allá de que mi mamá como maestra de alguna forma desempeñaba ese rol. Ni bien empecé a trabajar en la UNS, allá por 1988, me involucré en el gremio, también me ligué desde la política a la tarea social en dos barrios como Villa Nocito y lo que era Villa Quilmes”.

“De aquella etapa recuerdo a Cecilia Larrañaga, Emilia Otharán y ‘Nacho’ Amodeo, todas personas con las que compartíamos los ideales del peronismo. El trabajo en el territorio era un sello de aquella labor, junto con ‘Mima’ Rodríguez que tiene una historia propia dentro del espacio político. Casualmente el otro día hablando por teléfono con ella recordábamos cómo se armaba el ropero popular, el merendero, las fiestas del Día del Niño”, consideró Reñones, en otro tramo de la amena charla.

No obstante, analizó que “si lo quiero transpolar con el presente, donde la comunicación ha ganado terreno, considero que lo que no cambió es esa necesidad de seguir yendo a embarrarse, evidenciando un compromiso con la causa. Lo que ocurre ahora es que las formas cambiaron porque los mensajes se pueden difundir más rápidamente a través de las redes sociales. Incluso, en Bahía Blanca hay gran cantidad de personas que trabajan de manera continua para satisfacer las necesidades que se presentan”.

“La etapa previa a la llegada de la democracia me encontró en Trelew, un lugar donde la dictadura tuvo su fuerte resistencia. En 1972 se produjo allí un fusilamiento muy recordado que terminó con la vida de 16 jóvenes peronistas, un hecho muy fuerte. La última etapa del gobierno militar me encontró en Buenos Aires, mientras estudiaba Bibliotecología, los años previos a radicarme definitivamente en Bahía Blanca, ya en un régimen democrático”, recalcó, quien años más tarde iba a tener un paso fugaz por la Cámara Alta bonaerense.

Justamente respecto a eso se refirió en el siguiente tramo: “Ocupé varios cargos en mi rol político: fui concejal, senadora por un lapso muy breve y ostenté varios puestos en el Ejecutivo de la Provincia y a nivel municipal. Dentro del Instituto Cultural bonaerense trabajé coordinando los Organismos Artísticos del Sur: la orquesta, el coro y el ballet, una tarea difícil que hoy tiene en Natalia Martiarena una excelente responsable del área”.

“Ese es un lugar interesante para generar actividades, proyectos culturales y, pese a lo que muchos pueden llegar a pensar, ésta no es una ciudad difícil porque la movida cultural es muy buena e interesante por su variedad. Uno de los proyectos que más recuerdo fue el Taller de Cultura por penales”, ponderó Reñones, en lo relacionado a una de las huellas que más la marcaron en su paso por el ámbito de toma de decisiones.

Y ahondó en esa misma dirección: “En el caso particular de la ciudad, en la Unidad Penitenciaria de Villa Floresta, una experiencia enriquecedora que se realizó con gente del Pabellón Nº 8 y donde los internos intervenían en talleres de percusión, una obra de teatro, entre otras diversas actividades culturales. Era un programa de la Provincia que se discontinuó cuando cambiaron las autoridades”.

“Lo que más disfruté fue mi paso por el Ejecutivo, el cual da la posibilidad de gestionar, un aspecto que pude profundizar mientras estuve en el área de Políticas Sociales, a partir de darle impulso a la tarjeta alimentaria que hasta ese momento era solo una bolsa negra con los productos alimenticios adentro. En ese momento se pensó para que ese monto se pueda entregar mediante una vía diferente porque dignificaba ir a comprar la mercadería en vez de recibirla”, postuló la dirigente del justicialismo bahiense.

Pero no fue lo único que subrayó: “También implementamos el cambio de paradigma tutelar con respecto a niñez, que era el sistema de patronatos, cambiándolo allá por 2006 por el Servicio de Promoción y Protección de Derechos de Niños y Adolescentes. Lo articulamos en Bahía Blanca, junto a Sandra Polak en el municipio”.

“Nunca me aferré a un cargo político, cuando tuve que irme del Ejecutivo lo hice y hasta renuncié al Concejo Deliberante habiendo sido electa, para regresar a la Universidad, donde soy Secretaria de Organización del gremio de los trabajadores no docentes, un espacio que se convirtió en familiar para mi”, afirmó, con un tono casi de declaración de principios y valores.

Pese a las tentaciones de enclaustrarse en un lugar, puso por encima sus ideales cuando tuvo que tomar decisiones: “Siempre traté de estar en contacto con la realidad concreta, sin atornillarme a un sillón para no perder nada de vista. Cuando me alejé en cierto modo de la exposición pública que genera la política partidaria lo hice para buscar algo más de tranquilidad, pero no resultó”.

“En mi caso, me tocó una etapa en la cual, tal vez por las temáticas que se trataban, tuve un perfil alto, pero también depende de cómo uno se toma las cosas porque cuando estaba en la Secretaría de Políticas Sociales regresaba a casa muy angustiada debido a que advertía que tenía que resolver rápidamente cada problemática”, reveló, aún con el brillo en los ojos de quien se sentía afectada por la realidad de los sectores más desprotegidos.

Solucionar los déficits no era nada fácil, pero –tal como aclaró Reñones– siempre había un recurso al cual apelar : “Una quería hacer más de lo que el presupuesto le permitía, iba a la oficina de Economía a golpear la puerta y ver si se podía habilitar una nueva partida. Y cuando lograba decir que me lo iba a tomar de otra manera, para transitarlo de otra forma, las cosas salían mejor, pero si te ganaba la angustia era momento de dar un paso al costado, para que personas jóvenes puedan aportar sus ideas y su fortaleza”.

“Cuando me tocó dejar el gabinete de Rodolfo Lopes, admito que en mi carta de renuncia hubo términos que pueden ser interpretados como fuertes, pero al día de hoy lo veo permanentemente y tengo una cordial relación. Incluso en aquel entonces, supimos separar lo que es lo laboral de lo personal, ambos somos compañeros de muchos años y nos respetamos”, apuntó, sobre uno de los episodios en los que su figura tuvo mayor notoriedad.

Y se mostró esperanzada: “Bahía Blanca en algún momento votó al peronismo y creo que puede volver a hacerlo, tengo muchas esperanzas de que así sea. Somos un espacio que mejora la vida de la gente de forma concreta, más allá de que entiendo que el contexto nacional del partido es complicado”.

“Sin embargo, salgo diez cuadras desde el centro de la ciudad y el auto se me rompe, si caen dos gotas no se puede transitar, sumado a la cantidad de calles de tierra que son de muy difícil acceso. Hay un sector muy amplio de vecinos que no la está pasando bien, por eso creo que el peronismo puede dar soluciones concretas a este territorio que está olvidado”, aseveró, disparando críticas al Ejecutivo actual.

“Tengo energías para seguir viniendo a Avenida Colón 80, en paralelo sigo militando activamente, siempre que los tiempos me lo permiten”

sandra reñones

No puede quedarse quieta, su vocación puede más: “Soy la Secretaria de Cultura del Partido Justicialista en esta nueva lista de unidad que se conformó, con un objetivo que me propuse junto con el resto de los compañeros: rescatar los archivos históricos del peronismo en la ciudad”.

“En la dictadura, muchos guardaban la documentación para que no se las quemen o desaparezcan, así regresa a nuestra casa, en una tarea que admito nos está costando mucho porque se trata de las primeras actas de cuando se consolidó el PJ”, advirtió Reñones, sobre el objetivo que se trazó junto al resto de sus compañeros de militancia.

Y promovió una invitación: “Ahora vamos a lanzar una campaña para que los que tengan recuerdos, material o anécdotas puedan compartir con nosotros, incluso asumiendo la responsabilidad de ir por nuestra cuenta si es necesario a la búsqueda”.

“Siempre fui, y aún lo sigo siendo, una dirigente cercana a Dámaso Larraburu, toda mi trayectoria política con él, una persona que hubiera sido un excelente Intendente, algo que la sociedad bahiense se perdió lamentablemente”, consideró Sandra, ensalzando la figura de uno de los máximos referentes de la política local y regional.

Por último, al preguntarle sobre si estaba preparada ante un llamado para asumir un papel más activo, reconoció que “estoy grande, en condiciones de jubilarme, pero cuando digo que no voy a hacer nada más, termino asumiendo una responsabilidad. Depende de cada momento en particular, saber si uno va a ser útil o reconocer cuando no es apto por la razón que fuera”.

La oficina del tercer piso de avenida Colón 80 que todos los días la ve llegar e irse se cierra. Aún queda mucho día por delante, pero sin temor a equivocarse, la entrevistada sabe que no será uno más. Tomarse 20 minutos para hacer una introspección resultó casi terapéutico, le permitió ahondar en aspectos que suelen quedar ocultos en lo profundo de la memoria. Con haber logrado desempolvarlos, esta sección queda satisfecha.

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