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Ataque sicario

Rosario: asesinan a testigo protegido que había declarado contra un jefe narco

La frase que mejor resume este caso es la que titula la novela del gran Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”. Lo lamentable es que se trata de otro crimen en Rosario vinculado al narcotráfico. Esta vez, el escándalo sienta un precedente más grave: la víctima era testigo protegido en una causa contra Esteban Alvarado y la mataron frente a su esposa y sus dos hijos.

Carlos Argüelles, un mecánico de 46 años, fue atacado a balazos este lunes a la tarde en un taller de la zona oeste de Rosario y murió luego de haber sido internado.

Según fuentes judiciales, la víctima era testigo protegido en una causa que tenía como imputado a Alvarado, uno de los principales narcotraficantes de la provincia de Santa Fe y enfrentado a la banda Los Monos. Aunque según la Policía, Argüelles no era “testigo protegido porque nunca aceptó ingresar al programa de protección” y lo consideraban “testigo reservado”.

Como sea, el del lunes no fue el primer ataque con armas de fuego contra el mecánico. Hace poco más de siete meses había resultado ileso luego de ser emboscado cerca de su casa.

En esta oportunidad le dispararon mientras estaba trabajando en su taller ubicado en Garay al 3500. Desde allí fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) con heridas gravísimas.

El Ministerio Público de la Acusación (MPA) reportó que el hombre acribillado falleció minutos antes de las 19.

En la zona donde se produjo la balacera se montó un operativo para resguardar la escena del crimen, donde los investigadores se encontraron con un charco de sangre y vainas servidas de proyectiles como rastro de la agresión.

Argüelles estaba junto a su familia cuando los agresores llegaron al lugar a bordo de un Volkswagen Fox rojo. El auto fue hallado más tarde en el sudeste de la ciudad, a unas 50 cuadras, en el cruce de Chacabuco y pasaje Villar. La Policía detuvo a cuatro sospechosos por el asesinato (tres hombres y una mujer), que tenían en su poder una bomba molotov.

La versión preliminar sobre el crimen indica que el mecánico estaba con su pareja y sus dos hijos de 3 y 18 años.

Otra cuestión por lo menos llamativa, teniendo en cuenta la condición de testigo de Argüelles y los antecedentes, es que la víctima contaba con custodia policial fija en su casa, pero no se había adoptado la misma medida en el taller. Previamente le habían ofrecido trasladarlo fuera de la ciudad, pero había rechazado esa propuesta.

El ex colaborador de Alvarado aportó un testimonio clave en la causa provincial por la que el Ministerio Público de la Acusación (MPA) solicitó la pena de prisión perpetua para el presunto narcotraficante.

Este último fue imputado como jefe de una asociación ilícita y autor intelectual del crimen del prestamista Lucio Maldonado, entre otros delitos.

El primer atentado contra la vida de Argüelles ocurrió el jueves 28 de enero en Garay al 5500, a unas 20 cuadras de donde lo mataron este lunes.

En aquella ocasión iba a bordo de una Ford Ecosport junto a su familia cuando tres delincuentes a bordo de un auto y una moto lo interceptaron. Si bien efectuaron varios disparos, no se reportaron personas heridas.

Después de aquel episodio, el mecánico dijo al diario La Capital: “Es la tercera vez que me amenazan o bien me entero que van a matarme. Cuando tomé la decisión de declarar, en el futuro juicio a Alvarado, sabía a lo que me arriesgaba; pero creo que es un acto justo declarar y que Dios me protege (…) Sé que desde el Ministerio Público van a tomar otras medidas para cuidarme. Lo importante es que pueda estar tranquilo y con mi familia en paz. No hay muchos hombres que tomen mi decisión y lo hago porque en un momento me dije que la pesada mochila de haber sido testigo de algunas cosas la quiero dejar acá, en la tierra, y en los lugares donde se debe dejar”.

Hace casi un mes, la Justicia provincial imputó como autor intelectual del intento de homicidio a Alejandro Núñez. Según la evidencia que presentó la Fiscalía, “Chucky Monedita” encargó el ataque fallido contra el mecánico desde la cárcel de Piñero. En el plan además intervino Jorge Ojeda, un taxista que se había dedicado a seguir los movimientos habituales de la víctima.

Nada impidió que los asesinos vuelvan sobre Argüelles.

Fuente: Clarín

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