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INFORME ESPECIAL

Digan whisky: la fotografía quedó fuera de foco, pero prepara su regreso

Una de las actividades que estaba última en la fila vuelve a una nueva normalidad. El creciente interés por aprender. Nuevas formas de contar historias desde una imagen. Y la reinvención de especialistas en eventos sociales.

Por Leandro Grecco – Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

El arte, en cualquiera de sus expresiones, es uno de los sectores más golpeados desde las medidas de aislamiento que se impusieron como política para hacer frente a la pandemia de Covid-19. Buscar nuevos canales para poder seguir llegando al público, a pesar de la distancia, ha sido todo un desafío que la tecnología ha apuntalado.

La fotografía es una de las disciplinas que quedó envuelta en esa telaraña, una madeja intrincada que solo se puede desentrañar a partir de la erradicación de esta pesadilla. Es que al tratarse de una actividad con un fuerte tinte presencial, poco se pudo hacer para sortear los escollos del contexto actual que, si bien tiende a flexibilizarse, aún mantiene la guardia alta por la posibilidad de rebrotes.

En el medio, un cúmulo de actores –todos principales– de una contingencia tan inédita como dolorosa: desde los establecimientos que forman a los futuros profesionales, pasando por quienes llevan adelante proyectos ligados a la investigación documental y, sin dudas, los que se desempeñan en eventos sociales. Todos, en mayor o menor medida afectados, coinciden en la necesidad de definir pautas para un escenario más previsible.

Como es habitual, LA BRÚJULA 24 realizó un sondeo con algunos de los referentes de la ciudad, quienes describieron el escenario, haciendo foco (valga la analogía) en un futuro que para el sector mantiene cierta incertidumbre, en cuanto a los plazos para el regreso a aquellos tiempos donde salir con la cámara era mucho más que un cable a tierra, por tratarse del medio de vida de profesionales destacados a nivel nacional.

La mirada de un maestro y fotógrafo de aviación militar

En la recorrida, el primero en tomar la palabra fue Sergio García Pedroche, Director de la escuela CEIBB, además de fotógrafo de aviación militar, con muchos años trabajando para editoriales y revistas del país y del extranjero. Y dejó sus impresiones, con absoluta claridad.

“Antes de la pandemia veníamos desarrollando un crecimiento sostenido en cuanto al registro de alumnos en la escuela. La prohibición en marzo del 2020 de realizar clases presenciales fue un golpe duro para el plan de estudios. Tuvimos que migrar a clases online prácticamente en una semana”, trajo al presente un desafío del pasado.

En tal sentido, García Pedroche añadió que “este aspecto no nos afectó en gran medida como escuela porque ya manteníamos cursos de manera online, pero sí afectó a los alumnos que estaban prestos para aprender de modo presencial, debieron acondicionar sus computadoras y domicilios para poder realizar las clases de forma virtual”.

“La posibilidad de desarrollar las clases a distancia nos permitió seguir con nuestro plan de estudios actualizados en los diferentes niveles. Hay muchas ejercitaciones que se tienen que desarrollar en estudio, que las pudimos realizar recién a fin de año, y las salidas grupales también se vieron afectadas desde mediados del 2020”, sentenció, respecto de las complicaciones.

En cuanto al desarrollo del plan de estudios que venían manteniendo anteriormente a la pandemia, admitió que “se tuvieron que hacer algunas modificaciones. Hoy disponemos de un plan flexible y adaptado para alumnos que te exigen que el curso sea presencial, y también para aquellos que por un tema personal o familiar desean realizar los cursos de forma virtual”.

“Recordando el año pasado el tema de los protocolos fue una improvisación absoluta por parte de las autoridades. En realidad no se sabía bien cómo se propagaba el virus, ni cuanta gente se podía mantener en un local, así que hubo muchas idas y venidas con este tema. Afectó de gran manera el desarrollo de las actividades presenciales, más que nada la actividad grupal en espacios abiertos”, reveló evidenciando que hoy eso cambió.

Sin embargo, García Pedroche acercó buenas noticias: “Este año nos mudamos a un local donde las instalaciones son tres veces más grandes, tienen mayor capacidad y hay buena circulación de aire. Se cumple con los protocolos. Son nueve aulas y hay un estudio principal donde se instalaron equipos de iluminación. Aquí también disponemos de una circulación de aire cruzada y de un espacio amplio para hacer las prácticas de retrato, bodegón, fotografía de productos, entre otros”.

“La decisión de sumarse a nuestra escuela depende de varios factores, primero están las motivaciones individuales y luego están las inquietudes y visiones que tienen de la fotografía como arte y como disciplina”, describió, al momento de trazar el perfil de los ingresantes.

Además, indicó que “algunos desean aprender fotografía para desarrollar luego una actividad comercial, o bien obtener fotos familiares de calidad como ante un nacimiento, o simplemente por hobbie. Otros incorporan la fotografía a su trabajo habitual (periodismo, criminalística, arquitectos, comercial, etc). Hoy no existe actividad que esté exenta de las imágenes que pueda entregar una cámara, y si la imagen se destaca, ese trabajo se revaloriza”.

“Cuando comienzo los cursos siempre pregunto cuáles son las motivaciones que los llevaron a iniciarlo, y he recibido muchos tipos de respuesta. A algunos les gustan las fotos que publica la escuela (hay escuelas de fotografía que no publican en las redes sociales las fotos que se generan allí adentro, algo contradictorio), otros comentan que tienen pasión por la actividad y por aprender técnicas nuevas”, dijo García Pedroche.

Asimismo, recalcó que “el tipo de enseñanza que desarrollamos se basa en la técnica y la práctica. Brindamos al alumno una estructura de conocimientos de tal modo que ante una situación fotográfica, tiene tres ó cuatro formas diferentes de resolverla”.

“También le acercamos herramientas para analizar las imágenes aplicando técnica, identificando los detalles importantes o relevantes en una imagen. Unas de las situaciones que tratamos de definir mediante la técnica son nuestros gustos. Sería bueno entonces poder entender el porqué nos gusta un rostro, una pose, un objeto o un paisaje”, sumó a su rico testimonio.

Por último, expuso que “la globalización y la conectividad permiten extender las fronteras. Formamos parte de la oferta educativa de la ciudad y si bien la mayoría de los alumnos son locales, también a nivel regional somos una buena alternativa para aquellos alumnos que quieran aprender y tengan interés en nuestros cursos especializados”.

“En un mundo cada vez más conectado y donde la toma de una imagen nos acompaña en cada tarea o trabajo que realizamos, se abre todo un abanico de posibilidades y de nuevos proyectos para todos. Por ejemplo, Canon USA observó el material generado a lo largo de estos años contratándome como creador de contenido en técnica fotográfica para su nuevo sitio de Canon Creators que será lanzado en las próximas horas”, finalizó.

El ingenio para contar historias a partir de un primer plano

Mauricio Yésari fue uno de los fotógrafos “de moda” en pandemia, logrando romper las barreras de la no presencialidad. Claro que, antes, se presentó: “Hace más o menos 30 años que me dedico a esto, comencé de la mano de Gustavo Lobos, y me dediqué a lo social desde el comienzo. En mi caso, siempre tuve un empleo estable. Y siempre que me preguntan, digo que soy fotógrafo”.

Crédito: Guillermo Armendáris Maisterrena.

“La pandemia tuvo un efecto devastador para nuestra profesión, afectando incluso a los salones de fiestas, DJ, camarógrafos, maquilladoras, modistas, etcétera. Por supuesto que me afectó en lo económico. Fiestas canceladas, postergadas, sin la posibilidad de dar los talleres de fotografía. Más allá de que continuamos de modo virtual, la matrícula se redujo muchísimo”, entendió Yésari, al responder una de las requisitorias de este diario digital.

En tal dirección, añadió: “Los profesionales que solo vivían de su actividad, se vieron realmente en un abismo. Algunos apelaron a otras habilidades: se dedicaron a la herrería, a la carpintería, o venta de productos. También surgieron opciones que antes no eran tan comunes como la fotografía de familia, de producto, o la incursión en bancos de imagen”.

“Por suerte gradualmente, con la aprobación de protocolos, la rueda se vuelve a mover. El modo de fiesta al mediodía ha tomado más fuerza. Y para después de octubre se empiezan a amontonar las fechas postergadas. Es un alivio para todos. Hoy dicto un taller con pocos alumnos, pero por el Covid, abandonó la mitad”, destacó el profesional.

Sobre los tiempos que corren para esta disciplina, consideró que “hay una movida bastante buena en la ciudad con respecto a gente que disfruta de la fotografía. Hoy más que nunca, el lenguaje pasa por las imágenes. Los celulares les pusieron a todo el mundo una cámara fotográfica en sus manos. Además, las llamadas réflex, si bien son costosas, no son inaccesibles”.

“Las redes sociales como Instagram, o Facebook son un océano de fotos en el que todos queremos aprender a nadar. También la velocidad de la vida nos lleva a buscar un momento para frenar y disfrutar de lo que nos gusta y la fotografía ofrece en esa pausa”, ponderó, aclarando que se requiere de “observar y no solo mirar”.

Crédito: Guillermo Armendáris Maisterrena.

Yésari lo ejemplificó: “Como también pasa con los grupos de running, los gimnasios o los talleres literarios, el factor común es sociabilizar y disfrutar de un par de horas de camaradería, de las mismas inquietudes y de hacernos bien, de tener un espacio propio.

“A la fotografía hay que disfrutarla, y para eso hay que aprender las técnicas para poder captar eso que nos emociona, sea un paisaje, un retrato de nuestros afectos, o los animales, o el deporte. Tuve un año y medio bastante movido buscando personas y nutriéndome de sus historias desde que decidí hacer un retrato por día”, cerró.

“La incertidumbre se adueñaba del ánimo de las personas”

Genesis es una escuela con 26 años de experiencia formando fotógrafos, con más de 3500 egresados. Su fundadora y directora es Alejandra Kappes, quien se prestó unos minutos para charlar con nosotros: “La pandemia marcó un antes y un después en el desarrollo de las clases que pasaron a ser totalmente virtuales”.

“El 2020 obligó a profesores a desarrollar rápidamente el nuevo sistema de enseñanza para que nuestros 54 alumnos, que por aquel entonces se habían anotado en marzo en el nivel 1 y adaptar también a la nueva modalidad a todos los alumnos de Nivel 2 y 3 que estaban en nuestra escuela desde el 2019”, sostuvo, a modo de desafío cumplido.

Sin embargo, reconoció que “no fue fácil ya que la incertidumbre se adueñaba del ánimo de las personas. Los profesores tratamos de generar rápidamente clases teóricas en vivo para que los cursantes pudieran participar y a su vez prácticas con ejercicios muy dinámicos para realizar en sus casas”.

“Tampoco tuvimos ningún tipo de respaldo desde el ámbito público para llevar adelante la actividad de la manera más normal posible y como escuela no fuimos encuadrados para poder dar clases presenciales”, admitió, con cierto recelo.

Consultada sobre las motivaciones para incursionar en la materia, explicó que las mismas son varias: “Ser un canal para las personas que buscan en la fotografía ver reflejado su arte. También procuramos ofrecer herramientas a los que tienen la posibilidad de viajar y quieren mejorar la calidad de sus fotos. Lo propio para quienes gustan de realizar retratos o simplemente quieren aprender a usar la cámara del celular”.

“No obstante, los que quieren aprender fotografía publicitaria para mostrar productos que comercializan, también encontrarán en nuestro curso la posibilidad de hallar los elementos que les permitan ser competitivos frente a una eventual salida laboral”, aseveró Kappes, durante el segmento final del diálogo.

Al epílogo, afirmó: “Podemos decir que en nuestro caso, por tratarse de una escuela con muchos años, trayectoria y prestigio, logramos captar no solamente a los alumnos de Bahia Blanca sino que también se integran interesados de la amplia región”.

El presente de la fotografía en eventos sociales

Para cerrar, aunque no menos importante, la visión de Octavio Garrone, quien tiene una destacada experiencia en sociales y supo innovar, haciendo pie, entre otras propuestas, en los denominados Fotolibros, una variante bien pandémica que mostró su ingenio a flor de piel.

“Desde la cuarentena, he tenido que reinventarme para la subsistencia. En principio vendí productos alimenticios orgánicos, luego comencé con impresiones digitales para estudiantes, imprimiendo y entregando a domicilio”, detalló Garrone, sin que se le caigan los anillos.

Paralelamente, contó que “en la actualidad lo sigo haciendo, con menor volumen al de 2020 dado que los centros de copiado han vuelto a su normalidad laboral. En paralelo, surgieron algunas pequeñas labores fotográficas con un caudal mínimo y con vaivenes. Si bien no alcanza para aproximarme al ritmo que traía hace un año y medio, me permite seguir adelante”.

“Antes de la cuarentena, se venía trabajando a buen ritmo, con muchas fechas reservadas. Incluso, me atrevo a decir que, en comparación con épocas anteriores, se venía evidenciando un crecimiento en cuanto a los compromisos asumidos, pero abruptamente se cortó”, se lamentó, a sabiendas de que siempre que llovió, paró.

Consultado sobre lo que se viene, destacó que “dudo que se produzca una vuelta a la normalidad. El tiempo prolongado de encierro sin soluciones nos ha perjudicado en demasía económicamente y, ante el peligro inminente, la gente lentamente vuelve a trabajar, pero solo para ganar el sustento diario, a punto tal que muchas familias optan por realizar eventos de menor magnitud”.

“En este rubro en particular, los protocolos han sido tan solo para tenernos entretenidos, haciendo y pensando en algo. Lo concreto es que no se han tenido en cuenta infinidad de actividades que están relacionadas a los eventos y la dependencia de varias familias de la normalización de los mismos”, concluyó Garrone.

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