La palabra de monseñor Aspiroz
Colecta anual de Cáritas: “En tiempos difíciles, hay que compartir más”
El arzobispo de Bahía Blanca aseguró que “ayudar a que crezca la dignidad del otro, hace crecer también la de uno”, por lo que llamó a dejar “atrás los miedos” y “abrir nuestras manos”
El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Aspiroz Costa aseguró esta tarde que “ayudar a que crezca la dignidad del otro, hace crecer también la de uno” y llamó a la comunidad bahiense a compartir más en “estos tiempos difíciles”.
Lo hizo al presentar la colecta anual de Cáritas, la cual se llevará a cabo este sábado 12 y domingo 13 en todo el país.
“Hoy no hay techo, trabajo ni tierra y esto genera una grieta muy grande. Después se inventan otras grietas que son un negocio para muchos. Pero la que es real es la de la pobreza que cada vez aumenta más. La falta de trabajo, de changas y de condiciones de salud para muchos”, mencionó con tono de preocupación durante una entrevista con el móvil de LA BRÚJULA 24, en el programa Nunca es Tarde.
Aspiroz dijo que las expectativas para esta colecta “son altas”, más allá del delicado contexto económico que atraviesa nuestro país.
“Ayudar a que crezca la dignidad de otra persona hace crecer la de uno. La única manera de mirar de arriba a una persona tendría que ser para tenderle una mano para que se levante, porque de alguna manera se cayó y hay que animarlo a seguir caminando”, expresó.
Con respecto a la situación de los barrios carenciados en medio de la pandemia, Aspiroz mencionó que mientras lo que sale a la luz en los noticieros es “el sálvese quien pueda”, hay también gente que, lejos de las luces, hace mucho por el otro.
“Todas las crisis tienen sus efectos y nunca nos dejan iguales. Lo que más se ve lamentablemente es lo peor y el sálvese quien pueda. Pero también existen mensajes como ‘la remamos juntos’ y estamos en la misma barca; hay lazos de solidaridad ocultos que llegan a los barrios carenciados y que las socorren todas las noches”, reflexionó.
Por eso, volvió a llamar a reflexionar y a mirar hacia los costados. “Hay que enfrentar los miedos, compartir de lo poco que uno tiene y abrir nuestras manos”, cerró.
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