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INFORME ESPECIAL

Cerveza artesanal: una moda que empieza a convertirse en clásico

La alternativa que puso en jaque a las históricas e industrializadas marcas. El escollo que representa la pandemia para impulsar el consumo. Las variedades más elegidas. Y las perspectivas, en la voz de los referentes de Bahía.

Por Leandro Grecco, redacción La Brújula 24
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La cerveza artesanal es un producto que logró consolidarse como una tendencia en Argentina hace algo más de cinco años, estimativo. Un cálculo estimativo indica que coexisten alrededor de 1500 productores en el país quienes elaboran aproximadamente 25 millones de litros por año, un número para nada despreciable si se compara, por ejemplo, con la tradicional industria vitivinícola que tiene epicentro en la zona cuyana.

Un informe a nivel nacional elaborado por la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina refleja la crisis que sufre el sector y la necesidad inmediata para las 6 mil 500 familias que emplea el sector, de acciones concretas para poder así recuperar las Pymes de todo el país, fortaleciendo la industria.

Bahía Blanca no está ajena a esta problemática, más allá de la prosperidad de un rubro que da toda la sensación de no convertirse en el corto plazo en una moda como, por ejemplo, fue el boom del padel en la década del 90. Los miles de adeptos diseminados por distintos barrios de la ciudad dan testimonio de esta teoría, independientemente de los embates que recibió el sector, con un marcado retroceso en las ventas.

Es por eso que desde La Brújula 24 se elaboró un informe especial para conocer en primera persona la experiencia de quienes producen y comercializan la “birra” que le ganó la batalla incluso a marcas líderes que debieron modificar sus estrategias para no morir en el intento. Un repaso por las distintas voces de algunos de los referentes bahienses pretende zambullirse en el maravilloso mundo de quienes lograron seducir gracias a los excelsos sabores no solo al público joven, sino también a consumidores de todas las edades.

La cerveza artesanal y la sociabilización

Luciano Schiel es una de las referencias ineludibles con su cerveza Garufa, un emprendimiento que cuenta con seis empleados fijos que producen 30 mil litros mensuales en promedio. Durante un contacto que mantuvo con este diario digital, analizó la coyuntura actual, expandiendo su mirada a partir de la venta que realizan a locales gastronómicos y específicos del rubro de distintas ciudades bonaerenses y de las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa, Chubut y Santa Cruz.

“La cerveza artesanal logro captar un público que se atreve a beber un producto que nace con características diferentes a la que se elabora industrialmente, donde predomina la utilización de materias primas nobles y de calidad y sin agregados de conservantes o adjuntos que alteran la calidad de la bebida en sin misma”, mencionó Schiel, con respecto a la clave de inconmensurable éxito.

Pero fue aún más allá para explicarlo: “Además, es fundamental entender que el crecimiento en su consumo viene determinado por un boom en aperturas de lugares como bares y cervecerías que la usan como vehículo para la sociabilización, sobre todo en gente joven. Como bebida preferida para reuniones y juntadas pudo llegar en un mercado donde la gente busca lugares descontracturados y otros espacios por fuera de los boliches bailables o restaurantes de estilo clásicos”.

“Bahía Blanca no es una plaza fuerte en cuanto a la elaboración, ya que son muy pocas las fábricas que se encuentran habilitadas y con todas las normas alimenticias vigentes para poder operar. Sucede lo mismo en otras ciudades. Sin embargo, Buenos Aires, Mar del Plata o Bariloche de las más fuertes del país tanto en elaboración como consumo, En lo que respecta a este último ítem, nuestra ciudad tiene un nivel aceptable y comparable con el de otras ciudades del mismo tamaño. No es una plaza con un perfil cervecero cultural, sino más bien de “cervecero social”, agregó en otro segmento de su testimonio.

Con relación a la exponencial competencia que convive en la ciudad, consideró que “cada cervecería o bar se destaca por alguna particularidad sea a nivel gastronómico como a nivel servicios. En cuanto a la producción se compite en función de la calidad de cerveza producida. El paladar manda y evoluciona siempre exigiendo más calidad al igual que sucede como otras bebidas, como por el ejemplo el vino”.

“Nuestro éxito está determinado por apostar a realizar una cerveza de calidad, utilizando materias primas de máximo nivel, incorporando la mejor tecnología a la cual podemos acceder y capacitándonos continuamente en mejoras tanto a nivel de producción como de servicio al cliente e imagen de marca”, concluyó Schiel, una de las caras más visibles de Garufa, orgulloso de lo logrado hasta el momento.

“Las ventas cayeron muchísimo a partir de la fase 2”

Desde Gister Cervecería Independiente, Julián “Pochi” Acosta también aportó sus sensaciones a partir de varios años formando parte del selecto grupo de agentes distribuidores que se vienen superando con el transcurrir del tiempo, captando nuevos adeptos casi de manera incesante, independientemente de que el contexto pandémico y, particularmente, las nuevas restricciones de circulación golpean negativamente.

“Creo que el éxito de la cerveza artesanal reside en la cantidad de estilos de cerveza que se puede obtener mezclando solo cuatro ingredientes, la variedad hace el gusto y eso a los consumidores los atrae. Es un producto que dejó de ser una novedad; ahora hay que trabajar fuertemente en la calidad de cerveza que hacemos y vendemos. Creo que eso tarde o temprano va a hacer la diferencia”, inició su alocución.

En paralelo, Acosta reflejó respecto a la importancia que tiene Bahía en la instalación de este hábito, una idea bastante particular: “Contar con tantos locales y fábricas se convirtió en algo normal. Que la ciudad sea una de las plazas donde está explotada esta industria tiene sus ventajas y aspectos negativos, porque al haber tanta oferta el mercado se hace demasiado competitivo, sobre todo cuando emergen gigantes con mucha espalda y recursos ilimitados para hacer lo que tengan ganas de hacer”.

“Las ventas estos meses cayeron muchísimo, el contexto está difícil y más ahora con la vuelta de la fase 2. Creíamos que el verano nos iba a dar un respiro, contábamos con más personas en la ciudad pero eso no sucedió. Se liberó el turismo, la gente se fue de vacaciones durante enero y febrero y cuando volvió ya con menos dinero, comenzaron de a poco con las restricciones. La situación de las fábricas de cervezas hoy es bastante desfavorable, habrá que hacerse fuerte y aguantar hasta septiembre ú octubre”, se lamentó.

Con relación al éxito del producto que ofrecen en Gister, recalcó: “La clave es mantenernos firmes en nuestros ideales. Uno de nuestros fuertes es la variedad que hacemos y rotamos. No somos una fábrica con muchos estilos fijos, la pizarra cambia semana a semana, se adapta a los momentos, a las temporadas y al clima para no cansar a nuestros clientes. No es lo mismo una tarde de enero con 40 grados de temperatura ambiente que una noche del mes de julio. Somos innovadores, osados y eso es algo que se nos valora muchísimo”.

Punto Norte, el éxito de emplazarse en un sector estratégico

Fernando Sensini se lanzó al magnífico mundo birrero hace algunos años. Y tiempo atrás abrió su local llamado Punto Norte, donde acompaña con una completa propuesta gastronómica, ideal para acompañar una de las tantas bebidas que ofrece en su amplia carta de opciones, ganándose el corazón de los clientes de uno de los sectores donde más adeptos a esta deliciosa propuesta conviven.

“Creo que el éxito de la cerveza artesanal radica en la gran cantidad de sabores y aromas que se logran, con más cuerpo y sin aditivos. Cada fábrica pone su impronta al producto y es allí de donde proviene la identidad como marca. Nosotros tenemos nuestra boca de expendio en un barrio. Allí vimos la necesidad de los vecinos de comprar productos saludables, por eso incorporamos esa propuesta además de frutas y verduras congeladas de primera calidad. Es fundamental la inserción de la marca en las redes y ventas online para subsistir porque con la restricción horaria, la venta física cayó mucho”, destacó Sensini.

Sobre la apuesta que significó poner primera en tiempos convulsionados, explicó que “abrimos nuestro local unos meses antes de la pandemia y observamos un aumento de nuestros proveedores provocados por la suba de los insumos utilizados en la elaboración de la cerveza, que en su mayoría están ligados al valor del dólar. La pandemia agravó todo por que nuestros clientes que compraban varios litros de cerveza para reuniones y fiestas ahora solo consumen de manera esporádica e individual. Además, se perdió al no habilitarse los salones para fiestas la venta del servicio de choperas para eventos”.

La desigualdad entre pequeños y grandes productores

Conocido en el ambiente “birrero”, Luca Del Zotto, también dejó sus impresiones, a partir de la experiencia que le deja los años vinculado con el rubro. Con la deliciosa Cramer a cuestas (una de las predilectas de los bahienses) aportó su conocimiento en la materia que se transformó en un verdadero medio de vida. Y lo hizo en una amena charla con la redacción de La Brújula 24.

“Para mí, todo comienza a partir de una fuerte tendencia por el consumo mucho más consciente, de productos que tienen que ver mas con lo natural. Esto se ve acompañado de un desarrollo responsable en las técnicas de producción, lo que hace que se presenten infinidad de nuevos aromas y sabores en el producto, llegando así a una diversidad mayor de público”, aseveró Del Zotto, frente a la primera de las preguntas.

Con relación al perfil de la ciudad, en comparación con el resto del mundo, consideró que “nuestra ciudad cuenta con una gran cantidad de productores, puntos de venta y público, que sin dudas la llevan a posicionarse como un polo importante dentro del rubro. Dentro de las condiciones de mercado, lo negativo en este aspecto, es que el sector productor creció mucho en los últimos dos años, sumando fábricas grandes, lo que dificulta la supervivencia de los pequeños productores”.

“Perdurar y trascender es un desafío diario, no solo por la competencia, sino también porque trabajamos con varios insumos importados o commodities, que van atados a un precio internacional”, recalcó, al tiempo que añadió que “en estos tiempos sale a la luz la creatividad de cada uno de nosotros para poder seguir adelante”.

Por último, Del Zotto enfatizó con un cierto dejo de resignación, aunque ese estado de ánimo lejos esté de hacerlo bajar los brazos: “Las ventas bajaron en nuestro caso hasta un 50%, y un 60% fuera de temporada. Atado a la pandemia, la constante devaluación de nuestra moneda, lo que hace que la rentabilidad disminuya considerablemente. Si a esto le sumamos la creciente competencia, se enfrenta un verdadero desafío cada día. A diferencia de lo que comúnmente se cree, no solo está en la receta si no también en las técnicas que se utilizan. Creo que la verdadera clave está en la fermentación saludable”.

Molinari: “Es una bebida con gran cantidad de aromas y sabores”

El último en aportar lo suyo fue Marcos Molinari, emprendedor referente entre sus pares a partir de la excelencia que transmite con el sabor de sus productos “Tres Hileras”, que está a punto de cumplir cuatro años, surcando un exitoso camino. Desde su condición de agrónomo, comenzó con lo mínimo indispensable, hasta lograr expandirse merced a los intachables resultados obtenidos con el paso del tiempo.

“Si bien la cerveza artesanal está en auge, más del 95% del consumo total en el país corresponde a este producto pero a partir de su elaboración industrial. La razón por la que la artesanal viene ganando terreno creo que pasa por que es una bebida muy diferente a su competencia directa, de mayor calidad con una gran cantidad de sabores, aromas y variantes. Además, es elaborada generalmente a nivel local por pequeños emprendedores, y eso el consumidor lo valora”, sintetizó Molinari. A partir de esas primeras impresiones, añadió que “si bien no tengo los datos en litros, tanto en producción como en consumo estimo que Bahía Blanca sigue estando por debajo de los grandes polos cerveceros como Buenos Aires, Mar del Plata o La Plata. Sin embargo, en los últimos años se pudo ver un importante crecimiento en producción en la ciudad. Eso es bueno, porque cada vez hay más canillas locales en los bares”.

“La situación del mercado y la competencia es difícil, y más en este contexto, por lo que no sé cuanto vamos a subsistir. Pero nos gusta pensar que no es tanta la competencia entre cervezas artesanales sino que es más una competencia contra el consumo de cerveza industrial, que es la que tiene la gran mayoría del mercado”, recalcó, con una mirada optimista del porvenir, pese a la pandemia que los golpea.

En relación a la menor rentabilidad por las restricciones que generan esta segunda ola, sostuvo que “la caída de las ventas fue variando según los canales de venta de cada fábrica, en nuestro caso al tener venta directa por recargas y botellas las ventas bajaron un 40% en promedio. Pero este porcentaje es más alto en los bares que estuvieron mucho tiempo cerrados y las fábricas que abastecen a esos bares. Los precios de la cerveza han aumentado aproximadamente un 50% desde el inicio de la pandemia”.

“Los ingredientes son fundamentales. Por fortuna, prácticamente todos tenemos acceso a muy buenas maltas, lúpulos y levaduras. Por lo tanto, creo que lo que hace que una cerveza se destaque por sobre otra me parece que es la calidad y monitoreo de los procesos con los que se elabora, ya sea el control del pH, las temperaturas, perfil de sales del agua, entre otras variables”, cerró Molinari.

Las variedades más elegidas por los bahienses

“Los estilos más elegidos en la actualidad son la IPA, Golden y Honey”.

Luciano Schiel, de Garufa

“En el consumo masivo se imponen las cervezas lupuladas, las Ipas en todas sus variedades y luego vienen las Apas”

Julián Acosta, de Gistel

“Las predilectas, sin dudas, son las más lupuladas; también emerge la Honey que lleva miel en la elaboración”

Fernando Sensini, de Punto Norte

“Antes se imponían las Ipas amargas, pero actualmente prevalecen aromáticas y con presencia de sabor a lúpulo, más que amargor”

, Luca Del Zotto, de Cramer

“Lideran la dorada pampeana o golden, es decir una cerveza rubia suave y fácil de tomar”

Marcos Molinari, de Tres Hileras.

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