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La economía argentina se derrumbó casi un 10% durante 2020

Tras dos años consecutivos de recesión, con un nivel de actividad económica estancado desde 2011 y un PBI per cápita más bajo que hace dos décadas, la economía argentina se derrumbó 9,9% en 2020 en el marco de la pandemia. Es una caída histórica sólo superada por los peores momentos de la crisis de 2001-2002.

La dirección de Cuentas Nacionales del Indec informó esta tarde que el producto bruto interno (PBI) fue de $624.336 millones el año pasado (a precios de 2004) o $27 billones a precios corrientes. La magnitud de su achicamiento en un año sólo se vio superada en la región por lo que vivieron Perú, en una crisis sanitaria y política, y la Venezuela de Nicolás Maduro.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), un anticipo del PBI, ya había adelantado una baja de 10% en el acumulado de 2020 a fines de febrero y mostraba además que los servicios habían sufrido más que la producción de bienes. La recuperación de estos últimos también era más rápida y mostró un rebote a fines del año pasado que, sin embargo, no había superado todavía los niveles pre covid de febrero.

El presupuesto 2021, la hoja de ruta del ministro de Economía, Martín Guzmán, estima una recuperación este año de 5,5%. Sin embargo, el economista de Columbia y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, vienen anunciando públicamente que la actividad se expandirá un 7% este año. Los analistas privados consultados por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que congrega el Banco Central (BCRA) esperan un crecimiento de 6,2% en base al arrastre estadístico que deja el fin del año pasado.

En enero último, el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recibió hoy a Guzmán en Washington, revisó a la baja sus proyecciones sobre la Argentina y estimó que la economía crecerá 4,5% en 2021.

Las principales alertas del mercado están vinculados a la incertidumbre política en el marco de las elecciones de medio término y las tensiones dentro del oficialismo. Las pregunta allí es si el impacto de esos fenómenos en la definición de variables macroeconómicas -en la política tarifaria, por ejemplo- pueden impactar de lleno en el mercado cambiario.

Por otro lado, ante la falta de vacunas y la aparición de nuevas cepas en el mundo, crecen los interrogantes sobre lo que generarían nuevas restricciones a la circulación a la actividad económica, pese a que el Gobierno viene negando la posibilidad de nuevas cuarentenas. Por otra parte, son cada vez más los que cuestionan los problemas para importar insumos; los nuevos controles estatales sobre precios, ventas y stocks; y el aumento de la presión fiscal sobre el golpeado sector privado.

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