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La otra pandemia: clubes con respirador y en riesgo de vida por el coronavirus

Las instituciones sufren los embates de una cuarentena frente al riesgo sanitario. El acompañamiento del municipio. Los que amplían su infraestructura y las disciplinas individuales que "piden cancha".

Fotos: La Brújula 24 / La Nueva. / TenisAy.

El deporte es salud, reza una frase que tenía vigencia y era prácticamente indiscutible hasta hace algunos meses, cuando la pandemia vino a desmitificar esa idea y paralizó, entre otros hábitos de la raza humana, la actividad física por el riesgo de contagio de un virus que se instaló y para el cual no solo no existe la cura, sino que tampoco existe la vacuna que brinde inmunidad.

El panorama es desolador. Porque en el corto plazo no existe en el horizonte una luz en el fondo del túnel que permita ilusionarse con una salida rápida, para reencontrarse con esa disciplina que se había convertido en una suerte de rutina ideal para descargar tensiones y mantenerse saludable física y mentalmente. Pero claro, hoy la prioridad es otra. Y tiene que ver con cuidar vidas.

La mirada del municipio

Al respecto y en diálogo con la redacción de LA BRÚJULA 24, el subsecretario de Deportes del municipio, Bernardo Stortoni, describió el delicado escenario que pone a prueba a la sociedad, donde la responsabilidad individual, más que nunca, influye en el ámbito colectivo.

"Por estas horas, los clubes de la ciudad no atraviesan su mejor momento. No escapa a la realidad que viven por ejemplo los comercios. Por lo que he hablado con los presidentes de las distintas instituciones, han experimentado una marcada merma en sus ingresos, en especial por parte de la masa societaria que ha dejado de pagar la cuota", expuso Stortoni.

Además, agregó que "están haciendo grandes esfuerzos para mantener sus estructuras. Es complicado porque tampoco saben a ciencia cierta cuándo podrán arrancar para ofrecerle servicios a aquellos que pretendan regularizar su deuda y, así, contar con el dinero que permita pagarle los sueldos a los entrenadores y empleados en general".

"Está difícil porque llevamos 100 días de aislamiento y, si bien tratamos de hacer un acompañamiento de las instituciones, no hay un programa a nivel municipal que destine fondos para ayuda. Las partidas fueron direccionadas hacia el área de Salud y Políticas Sociales. Desde Nación y Provincia surgieron algunos beneficios pero, al menos hasta ahora, no tenemos respuesta positiva, con relación a que algún club lo haya recibido", sostuvo en otro segmento de la entrevista con este diario digital.

Y analizó las chances de regresar a la nueva normalidad para actividades como el golf o el tenis, donde el riesgo de contagio disminuye ostensiblemente:  "Hasta que no pasemos a fase 5 no se van a poder habilitar los deportes individuales, salvo que se considere a Bahía Blanca en condiciones como parte de una excepción porque para una ciudad como la nuestra resulta imposible cumplir con el requisito de los 21 días sin contagios. Hay varias disciplinas en las que el contacto entre las personas es nulo, o bien la distancia entre ellas es más que prudencial. Serviría para paliar la falta de ingresos para los profes".

Pese a esta realidad, hay algunos clubes que han logrado saltar el cerco y, lejos de echarse para atrás, encararon obras que, en su mayoría, habían sido proyectadas previo al desastre sanitario que repercute en sus arcas vacías por una economía que golpea, en especial a las entidades más chicas.

Sin cuarentena para las obras

Una de las instituciones que se animó y le dio un lavado de cara a su casa es Puerto Comercial, emblema del corazón de Ingeniero White que, de la mano de su presidente Hugo Andreanelli, el resto de la Comisión Directiva, un puñado de sponsors entre los que emerge el Consorcio de Gestión del Puerto y un grupo de colaboradores, se la jugaron invirtiendo con la mirada puesta hacia el futuro.

Luego de mostrar orgulloso la obra finalizada en la cancha auxiliar de básquet y de exhibir los avances de los trabajos en el fogón, Andreanelli sostuvo que "el porcentaje de socios que dejó de pagar la cuota social desde que se decretó la pandemia oscila el 25% y en lo que respecta al abono para quienes practican una actividad específica, el declive fue cercano al 90%".

"A partir de mediados de abril abrimos la posibilidad de que los socios paguen sus cuotas, brindando un número de CBU a los que pudieran seguir apoyando pese a que el club está cerrado. Como la adhesión fue muy baja, decidimos sacar al cobrador a la calle. Eso fue muy positivo porque recaudamos para pagar a la única empleada que tenemos y los servicios", detalló el dirigente de la institución whitense.

En esa misma dirección contó que "le estamos dando especial prioridad al pago de la luz y el gas porque, si bien sabemos que hay una legislación que impide la suspensión de los servicios, luego será imposible desembolsar todo junto para cuando esto se levante".

"No sé cuánto más podemos sobrevivir con el club cerrado. No obstante, no se nos pasa por la cabeza desaparecer. Hay mucha gente que nos ayuda a no caer y màs aún, nos alientan y apoyan para seguir creciendo".

"Los clubes están sufriendo"

Rodrigo Catini es el presidente de la Asociación Bahiense de Bochas. En diálogo con la redacción de LA BRÚJULA 24 fue tajante respecto a la nueva normalidad y el desafío que tendrán que asumir las instituciones a medida que pase el tiempo.

"Hay clubes chicos que tienen una cantina adelante y en la parte trasera una cancha de bochas y para recaudar dinero dependen mucho de la organización de cenas que hoy no están permitidas o venta de rifas. Paralelamente hay otras instituciones que son un poco más grandes y tienen algo más de espalda, pero no sé por cuánto tiempo porque no pueden abrir", manifestó Catini.

Además, consultado respecto a la mayor dificultad que afrontan, resaltó: "Hoy el tema es el pago de los servicios. Cuando esto se empiece a normalizar, muchos clubes van a tambalear y desde la Asociación intentaremos darles una mano. Hoy, todos están pagando la afiliación, son 24 y no hay ninguno que no esté al día. La van llevando bastante bien pero seguramente el panorama va a ser otro cuando se levante la cuarentena, algunos quedarán en el camino".

Por último, explicó que tiempo atrás se envió un protocolo --conjuntamente con la Provincia-- para intentar obtener la habilitación, sabiendo que hay clubes que podrán mantener sus instalaciones desinfectadas y en condiciones con todo dado para respetar el distanciamiento social, sabiendo además que se trata de un deporte que practican muchos adultos mayores que se encuentran en la franja de riesgo para el COVID-19.

La disyuntiva del tenis y el golf

Lentamente y con muy estrictas medidas, tanto el tenis como el golf picaron en punta en cuanto a las actividades deportivas flexibilizadas en el mundo. En Bahía Blanca, están en la fila, a la espera de recibir el visto bueno para --protocolo mediante-- reiniciar el año.

"Estamos en terapia intensiva", sostuvo Marcelo Martínez Gavioli, profesor de tenis en el club Pacífico, quien destacó el apoyo de los socios y la subcomisión que hace esfuerzos denodados para mantener la disciplina en pie.

Respecto a los puntos más salientes del protocolo presentado oportunamente, señaló que "somos un deporte que se practica al aire libre, con más de 25 metros de distancia entre un jugador y otro, con pelotas que deberá llevar cada uno y minimizando el tránsito por las instalaciones.

Alberto Gómez es instructor de golf en el club Palihue y aseveró que "tanto la Academia que dicta clases a sus alumnos como el Club que nuclea a los jugadores que participan de los diferentes torneos enviaron sus respectivos protocolos al municipio. No vemos criterio en abrir negocios e impedir un deporte en el que no hay contacto, pero es algo que nos excede".

"La desinfección y la disminución de la circulación de personas es uno de los aspectos que se repiten en ambos protocolos. También la anotación previa para poder ingresar al club y el cierre de espacios comunes, además de la obligación de retirarse de las instalaciones una vez de terminar con la práctica son algunos de los ítems que incluímos la solicitud", cerró.

Las urgencias son notorias y, en cierto modo, comprensibles. Mientras tanto, el mundo se debate entre continuar en la trinchera o asomar la cabeza y contemplar un mundo en el que el peligro de que, tal como ocurrió en otros países, se desate una ola de contagios y muertes que podrían evitarse.

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