Salud mental en tiempos de cuarentena: cómo impacta la “nueva normalidad”

La cuarentena y el encierro, producidos en un contexto de pandemia, han ido generando cambios de todo tipo en la vida de las personas. Algunos en mayor medida que otros, pero con un denominador común ligado al desconcierto por tratarse de algo totalmente inédito. 

Así, las constantes preocupaciones de una sociedad como la argentina van en franco crecimiento con el correr de los días -y las horas-. A una economía que ya venía golpeada se le sumó el freno obligado por cuestiones sanitarias. Y eso se convirtió en un combo muy peligroso.

El Licenciado en Psicología Hugo Kern (MP 00114) es jefe del Departamento de Salud Mental de la Municipalidad de Bahía Blanca y sabe bien de lo que habla.

Reconoce, por caso, que “ya se está hablando de una nueva pandemia”, la cual tiene que ver con las consecuencias vinculadas a la conducta humana. “La salud mental es producto de las condiciones en las que vivimos. El dinero soluciona las cosas, pero es la incertidumbre la que genera incidencia en los estados de ánimo. El encierro, por su parte, causa reacciones que podrían considerarse esperables, como puede ser la irritación”, señaló el profesional ante la consulta de la redacción de La Brújula 24.

“La primera preocupación pasa por las condiciones sociales. La enfermedad golpea a todos parejo y no diferencia sectores, pero no es lo mismo para todo el mundo. Por ejemplo, para una familia que tiene que correr el colchón o la mesa para dormir, la incertidumbre que se genera en este sentido es mayor”.

 Y si se habla de pandemia resulta inevitable mencionar al Coronavirus (Covid19). Esa enfermedad que nació en China y que, en poco tiempo, sacudió al mundo con una fuerza nunca antes vista. Al respecto, Kern recordó que “cuando una familia está en contacto con una persona enferma entra en una cuarentena intensiva o estricta. Y en el caso de descubrir el resultado positivo de un hisopado, se acumula un monto importante de estrés”, más allá de ser o no paciente de riesgo. 

“Las otras grandes inquietudes se relacionan a los diversos tipos de adicciones y problemas de convivencia, que incluyen el maltrato. Actualmente, eso se agrava porque no existen las formas de distensión que hasta hace poco estaban al alcance de la mano”.

Por eso la importancia de contar con las herramientas adecuadas, más allá de aquellas de índole sanitario. Tal como manifiesta el especialista, “los demás problemas siguen estando pese a la pandemia”. Es así que desde el ámbito público reiteran que frente a la necesidad de obtener información y/o pedir ayuda, se puede recurrir al sitio bahia.gob.ar/salud/salud-mental-y-adicciones/.

Otra de las profesionales consultadas por este medio fue la psicóloga bahiense María Rosa Giampieri (MP1288), especialista en terapia de pareja y familiar y orientación perinatal, quien además publica periódicamente parte de su trabajo y consejos en las redes sociales. 

Por ejemplo, cómo afrontar la ansiedad cuando el aislamiento preventivo nos modifica la rutina: “No todos lo canalizamos del mismo modo, algunos lo pueden tomar como una manera de conectarse con ciertas cosas que tanto tiempo deseaban, y otros como una pérdida, es decir un duelo”.

“Ansiedad y cuarentena son dos caras de una misma moneda. Debemos estar atentos a que los síntomas no interfieran en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, esta necesidad imperiosa de preocupación excesiva, inseguridad o no poder concentrarse”.

“La recomendación consiste en ordenar las rutinas. Después de tantos días de cuarentena, lo ideal es organizar todo lo que vamos a hacer, desde la comida hasta el ejercicio y el ocio”, argumentó Giampieri. 

Y explicó que “conectarse con los seres queridos con los que uno comparte la casa es algo fundamental, y también en forma virtual con todos los amigos y la familia. Este aislamiento es físico y no mental. Cada uno sabrá disponer de su tiempo”. 

¿Qué pasa con los más chicos?

Los niños también pueden verse afectados por la ansiedad, por eso Giampieri indicó que lo más importante en estos casos es prestar atención a los detalles. 

“Somos el espejo de ellos y los que debemos darnos cuenta, observando más que nada el comportamiento. A veces, con nuestras actitudes podemos exacerbar esa angustia, con exigencias o mucha sobreprotección que tienen que ver más con nuestras necesidades que con las de los chicos”. 

“En definitiva, todos los días estamos aprendiendo algo nuevo en esta hermosa tarea de ser padres”, cerró.