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Tenis

Guido Pella, eliminado del US Open

Guido perdió por 6-3, 4-6, 7-6 (7-2) y 6-3 ante el español Pablo Carreño Busta, en la primera ronda del torneo estadounidense.

El bahiense chocó contra un tractor en el arte de la resistencia y la devolución, un español de mano caliente, más allá de que de vez en cuando pierde la compostura emocional.

En Londres, la aventura terminó frente a la regularidad del español Roberto Bautista Agut (23º), que se impuso por 7-5, 6-4, 3-6 y 6-3, en 3h6m.

En Nueva York, cayó contra otro español, Pablo Carreño Busta, de 28 años y 69° en el ranking mundial, aunque con un ranking algo engañoso. Por sus vaivenes y lesiones, quedó demasiado lejos de su verdadero lugar en el mundo, al menos, entre los 40 mejores.

Pella, 19° preclasificado, perdió por 6-3, 4-6, 7-6 (7-2) y 6-3, con una actuación despareja, con chispazos de calidad, mezclados con zurdazos sin destino fijo.

En la cancha 6, repleta por la noche, se disfrutó de un encuentro con matices, que casi siempre mantuvo el misterio, hasta que el español, sobre todo a partir del tie break del tercer parcial, tomó el control deportivo y psicológico y definió el destino. Pella pagó un precio alto a las situaciones no aprovechadas (3 de 10 en break-points) y a las equivocaciones: los 59 errores no forzados lo empujaron a la puerta de salida.

Más allá de este inesperado tropiezo, Pella disfruta de su mejor temporada en el circuito. Instalado en el puesto 20 del ranking -el mejor de su carrera-, logró su primer título, en San Pablo, en donde venció al chileno Christian Garín por 7-5 y 6-3 y, de modo instantáneo, quebró en un llanto que pareció interminable. Parte de este triunfo personal -el de los últimos tiempos- tiene relación directa con Stephanie Demner, su mujer.

“Es la persona con más intensidad que conocí en mi vida. Yo soy una persona con poca paciencia y me hace muy bien que ella sea así. Me encanta lo que le agregó a mi vida porque es distinta a mí. Cuando sufro una derrota dura o tengo un mal día, que vuelvo a casa o al hotel medio bajoneado, ella está chispita, me hace chistes, trata de levantarme el ánimo”, contó Pella, semanas atrás.

Tomó el bolso y se marchó. Esta vez, Pella cayó de pie, más allá de que el poderío actual podría haberle deparado un camino más placentero, rumbo a la segunda semana.

Fuente: La Nación.

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