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Femicidio en Villalonga

“Tenía la esperanza de llegar y que mamá estuviera internada”

Marina, una de las hijas de Patricia Ilgner, aseguró que “él amenazó a mi mamá delante de la policía pero nadie lo tomó en serio”.

Juan Pedro Recondo tenía dos denuncias por violencia de género y una restricción de acercamiento, pero el viernes pasado esperó a su exmujer en una esquina de  Villalonga y la apuñaló hasta matarla.

Marina, una de sus hijas, sintentizó todo su dolor en una oración: “Lo que más me duele es que que no pude hacer nada para salvarla”.

No alcanzaron las denuncias, las fotos, las pruebas. Hicieron hasta lo imposible pero la tragedia las alcanzó igual. Patricia Ilgner nunca salía sola porque tenía miedo. Ya no vivía con Recondo pero lo conocía bien, y sabía de lo que era capaz. “Ella vivió amenazada durante los 32 años de matrimonio”, remarcó su hija. Pero ese día lo hizo, y él apareció cuando solo había caminado dos cuadras.

Era pleno mediodía y, desesperada, la víctima trató de cruzar de vereda para refugiarse en un taller mecánico. No llegó. “La apuñaló en un segundo, no la dejó moverse”, señaló. Los empleados del local salieron en su ayuda y lograron reducir a Recondo, pero para Patricia ya era demasiado tarde. Cuando llegó la policía estaba muerta.

Marina estaba trabajando cuando la llamaron para decirle lo que le había pasado a su mamá. “Tenía la esperanza de llegar y que estuviera internada”, dice y se le quiebra la voz. Ahora le queda el dolor de haberla perdido, y bronca porque su muerte se podría haber evitado. “Él amenazó a mi mamá delante de la policía pero nadie lo tomó en serio”, sostuvo.

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