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Recordando la época dorada de los videojuegos

El paso de los 80 a los 90 representaba una eclosión de productos nuevos e innovadores, que cautivaron a muchos de los usuarios del momento.

Teniendo en cuenta el increíble impacto que tienen los videojuegos en el ocio actual, es comprensible que exista un gran número de fanáticos de estos entretenimientos y que cada uno de ellos tenga su propia opinión sobre diversos aspectos relacionados, cómo a la hora de elegir la mejor época de esta industria. Para algunos, no habrá duda de que los productos actuales, por sus cualidades técnicas, son superiores a los de cualquier tiempo pasado. Y es un razonamiento que tiene su lógica.

Pero no faltarán los nostálgicos, algunos de los que han vivido este fenómeno en décadas anteriores, que extrañan la creatividad y la frescura de antaño. Es obvio que el componente emocional existe y nos hace ver aquellos títulos con un cariño especial, por lo que aportaron en su momento. Pero resulta innegable que muchos de ellos tienen un mérito especial, por el resultado conseguido con medios muy limitados.

H2 – La tecnología deslumbrante de los 80

Si en los años 70 los videojuegos se basaban en ingeniosas formas de combinar unos pocos píxeles y la limitación del color era evidente, en la década de los 80 empezaron a aparecer títulos que resultaban especialmente atractivos y se percibían como un avance espectacular, casi de película futurista. Al principio, más que evolucionados tecnológicamente, llamaban la atención por la “jugabilidad”.

Nos referimos a productos como Pac-Man, de 1981, o Donkey Kong, en el año 1983. Y, por supuesto, el que acabaría por ser el más vendido de la historia, Tetris (1984). Pero, con el avance de la década, llegaban nuevos formatos que resultaban hipnóticos: desde el marketing de Commando (1985), basado en la famosa película de Arnold, hasta el inicio de la franquicia de Legend of Zelda (1986). Pasando por el festival de color de Bubble Bobble (1986). Era una estética totalmente diferente, que causó tanto impacto que, incluso hoy, inspiran productos muy variados, como algunos tragamonedas con bonus gratis que se encuentran en las webs de iGaming y que imitan la imagen con píxeles, los sonidos electrónicos y las animaciones. O producciones de cine recientes, como la nueva de “The Rock” con el título de Rampage, basada en el juego de 1986. 

De aquí íbamos a pasar a otros juegos con un diseño mucho más estilizado. Es el caso de Prince of Persia (1989), con movimientos bien diseñados y unas batallas a espada impensables un par de años antes. También la nueva generación de juegos de fútbol, como Kick-off (1989), que aportaban posibilidades innovadoras para los usuarios de la época. 

H2 – La explosión técnica de principios de los 90

La transición de una década a otra coincidió con un aumento en las ventas de las consolas japonesas, que en ese momento dominaban el mercado, y un auge de las computadoras domésticas, que implicaba el lanzamiento de más videojuegos para este formato. Los nuevos juegos de lucha eran impresionantes, tanto por la cantidad de funciones que tenía cada personaje como por la movilidad. Los míticos Street Fighter II (1991) y Mortal Kombat (1992) son un buen ejemplo de ello.

Las grandes sagas también empezaban a consolidarse y presentaban avances notorios en argumentos clásicos. Es el caso de Super Mario World (1990), con efectos visuales muy superiores a los de las versiones anteriores. Pero no faltaba creatividad para generar productos novedosos, como The Secret of Monkey Island (1990), una aventura gráfica que requería ingenio y mucho humor.  Y una nueva juventud para los imprescindibles juegos de naves con Wing Commander (1990).

Y, entonces, apareció Doom. Era el año 1993 y un género tan dominante en la actualidad, como el “Shooter”, llegó para quedarse. Doom era emocionante, divertido, aterrador… Sentó las bases de esta temática, con exponentes posteriores como Quake, Call of Duty, Counter-Strike y tantos otros. Un juego de disparos en primera persona y en 3D. ¿Qué más podíamos pedir?

Después llegaron muchas novedades, como las aventuras gráficas de terror, los videojuegos deportivos colaborativos y tantos otros ejemplos. Es difícil establecer una única época dorada. Pero, tal vez, la segunda mitad de los 80 y la primera de los 90 hayan pasado a la historia como algunas de las más creativas y excitantes de esta industria.

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