A un mes de la trágica inundación que puso a prueba la capacidad de empezar de cero

A un mes del temporal más devastador de su historia, Bahía Blanca continúa esforzándose por salir adelante. La ciudad aún muestra señales profundas del desastre: calles destruidas, vehículos dañados --muchos de ellos en improvisados depósitos--, comercios que intentan que las ventas vuelvan a los márgenes de rentabilidad y familias que, con trabajo propio y el apoyo solidario, reconstruyen sus hogares paso a paso.

La tragedia dejó un saldo de 17 víctimas fatales, entre ellas Pilar Hecker, cuyo cuerpo fue encontrado ayer. Su hermana Delfina, de tan solo un año, continúa desaparecida. En paralelo, el canal Maldonado —cuya crecida fue el principal desencadenante del desastre— evidencia daños severos: cimientos erosionados, muros de hormigón resquebrajados y vehículos que el agua arrastró sin piedad.

Se calcula que más de 10 mil vehículos resultaron dañados. Algunos de ellos se encuentran "sepultados" en los subsuelos, en especial, del microcentro bahiense. General Cerri e Ingeniero White son las localidades en las que las secuelas del devastador y furioso paso del agua todavía se pueden observar a simple vista.

La normalidad en algunos aspectos parece volver lentamente. Prácticamente no quedan establecimientos educativos sin clases y el transporte público de pasajeros desde hoy vuelve a cobrar boleto. El Penna y el Privado del Sur fueron los hospitales con afectación parcial en algunos lugares y casi total en salas puntuales.

Mientras muchos vecinos realizan los trámites para recibir créditos bancarios, hoy llega a la ciudad la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien explicará al subsidio destinado a unas 85 mil familias que vieron ingresar agua a sus viviendas. Son 200 mil millones de pesos de entre 2 y 3 millones de pesos por residente.