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Juicio al peritrucho: más adiestradores volvieron a poner en crisis las técnicas del acusado

Se suman voces expertas que aseguran que el trabajo que hacía Herrero no es compatible con procedimientos probados por la experiencia.

En una nueva jornada de juicio oral contra el peritrucho Marcos Herrero, este martes fue el turno de las declaraciones de reconocidos adiestradores caninos.

Uno de ellos fue Víctor Marcelo Sialle, un comisario retirado que estuvo 20 años a cargo de la sección canes perteneciente al Ministerio de Seguridad de la Nación.

“Del 99 hasta la fecha me he podido capacitar a lo largo y ancho de mi país con inspectores internacionales. Trabajé en muchos operativos. Dentro de la Dirección Nacional, evalué los equipos en las distintas especialidades”, sostuvo.

Y sobre el “rastro específico”, una de las supuestas técnicas de Herrero, Sialle indicó que “el rastro específico es la más compleja. Es esencial que mínimamente se conozca la última posición de la persona para poder trabajar con el olor. No puedo preparar un perro dual”. Y agregó que “el olor permanece como máximo cuatro horas”.

Luego indicó que los instructores no deben marcarle al perro qué buscar ni se deben tocar los objetos hallados: “La marcación tiene que ser clara y contundente. El instructor observa en su unidad un comportamiento previo al desencadenamiento de la conducta. Cuando llegó, levanto la mano confirmando que hubo una observación puntual, sin tocarlo. Lo único que tiene que hacer mi perro cuando encuentra es ladrar. El perro necesita independencia de trabajo, tiene que buscar solo. No es que el instructor lo tiene que mandar 15 veces”. Su explicación, una vez más, echa por tierra el particular “modo de trabajo” de Herrero.

Luego expuso José Luis Mazzei, quien actualmente trabaja en Corrientes en el Caso Loan. "Comencé como guía deportivo, después fui convocado por bomberos para trasladar esa especialidad a la búsqueda de personas, vivas o muertas, y a partir de ahí comenzó una carrera. Empezamos a trabajar y quedé como coordinador del grupo K9 de la provincia. Todavía en la Argentina no está tipificada la carrera de cinotecnia”, señaló a modo de presentación.

Luego explicó que hay dos tipos de perros para estas actividades: “Tenemos búsqueda de personas vivas y de personas fallecidas o restos humanos. El primero abarca el rastro por olor diferenciado, donde el can, basado en una impronta, únicamente busca ese olor. Después está el can de grandes áreas. En un lugar donde no se puede continuar por rastro específico, al can se lo envía suelto y ante la detección de una persona comienza a hacer una marcación activa. La otra especialidad es la búsqueda en estructuras colapsadas, que puede ser para personas vivas o muertas”.

Luego agregó que “hay algunos parámetros a respetar. Por ejemplo, el can de grandes áreas trabaja libre, a una distancia determinada. Pero sin olor de referencia, lo único que hace es detectar el olor humano y hacer una marcación activa”.

Sobre la permanencia de olor de una persona explicó que para “el can que busca en grandes áreas, el olor tiene que estar activo, es decir, la persona está en el lugar. El perro está entrenado para llegar a la persona. Ese perro no llega a un objeto, su entrenamiento siempre es con una persona que se denomina figurante, pero siempre tiene que llegar a una persona viva. El rastro por olor diferenciado es un entrenamiento que se hace con la memoria a corto plazo del can. Ahí, una vez que se le da la impronta de la persona buscada, orientado a las partículas de descamación que todos tenemos, ese can puede seguir ese rastro que vamos dejando cuando nos desplazamos. El período de latencia depende mucho de dónde están. Si estamos hablando de intemperie, está directamente relacionado con la meteorología del lugar, pero no más de 72 horas”.

Más adelante se refirió a la disciplina de la odorología: “Es otro tipo de técnica. Ahí estamos hablando de un perro que yo me permito denominarlo como forense. Es un perro al que le damos un aroma particular de algo y tiene que discriminar de algunas muestras ese olor específico. Está muy relacionado con el rastro sin la persona. En algunos lugares se han hecho vaporizaciones de una persona sospechosa y se pudo determinar entre 4 o 5 personas la referencia de ese olor, pero es una impronta en un período de tiempo muy corto, porque el olor no se mantiene por más de 72 horas”.

Luego, en otro tramo de la alocución, señaló -como tantos otros- que no conoce el término “esencia de una persona”, como utilizaba Herrero. Y agregó: “Esencia es algo concentrado, me suena a esencia de vainilla”.

Por último, analizó los videos de los procedimientos de Herrero en Origone y Gendarmería: “Veo a un perro bastante descontrolado, y no logro comprender qué está buscando. Se veía basura en varios lugares, si buscaba restos biológicos tendría que haber ido a hacer algo ahí. La verdad no entiendo el trabajo que estaba haciendo. Las actitudes de la persona que lo guía confunden. Hay dos momentos que lo insta a buscar con la mano”.

Y agregó que el descontrol del perro de Herrero “puede ser una carencia en el entrenamiento o puede ser que esté entrenado para que genere un despiste, porque el perro tiene que direccionar el hocico hacia la emanación del olor. Nunca vi algo así (por lo que observaba en los videos). Eso es totalmente ajeno a lo que conozco”.

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