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tras el incidente

“Fue casi un intento de homicidio”, dijo el inspector atropellado en un control

Daniel Alberto Cano hizo un pormenorizado relato de lo sucedido en Perú al 400. Y llamó a la población a reflexionar sobre el trabajo que realizan controlando el tránsito.

Daniel Alberto Cano es el inspector de tránsito que resultó lesionado en medio de un operativo donde Nicolás Majnach, conductor de una camioneta, bajo los efectos del alcohol, aceleró luego de dar positivo el test de alcoholemia, golpeándolo contra otro vehículo estacionado.

En diálogo con LA BRÚJULA 24, detalló: “Estoy en plena recuperación, golpeado física y emocionalmente por la situación que nos tocó pasar junto a quienes estábamos en el lugar. Es algo a lo que estamos expuestos todos los días. La mayoría de la gente repudia estos actos de violencia innecesaria e injustificada. Esto roza el intento de homicidio porque la persona sabía muy bien lo que estaba haciendo cuando yo le pedía por favor que se detuviera colgado en la puerta de su camioneta. Era un control de rutina en Perú al 400, con todos los protocolos de los fines de semana”.

“El ciudadano común que no está en este tema y no sabe cómo son los procedimientos pide mayores elementos a los funcionarios, pero nosotros tenemos todo lo que necesitamos. El inadaptado, el inconsciente o asesino, por más que le pongas lo que le pongas, no va a cambiar. Al caballero lo detuvimos para identificarlo, hizo una maniobra rara, le pedí la documentación la cual me entregó, salvo el seguro que no lo encontraba. Le avisamos que le íbamos a hacer un control de alcoholemia”, añadió Cano.

Luego, el agente continuó con la crónica de los hechos: “Estaba nervioso, pero no me daba la impresión de estar conduciendo luego de haber bebido, iba acompañado de otro joven y en el  asiento trasero iba una señorita. El primer control le dio 1,99, se le explica que a los 15 minutos le íbamos a hacer una contraprueba, le advierto que si no daba 0,5 o menos se le iban a retener el rodado y la licencia. Me pidió si podía ir a comprar una botella de agua en la estación de servicio, accedí, pidiéndole que vaya rápido y no se aleje de mi vista”.

“Regresó, le hicimos la contraprueba que dio positivo y fue allí cuando me llamó la atención porque se subió a la camioneta, puso la llave y encendió las luces de posición, tuerce el volante para el lado de la calle y puso primera. Le digo que le saque el cambio a la camioneta, que saque el freno de mano y enderece la dirección para que la grúa la pueda levantar. Me acerco a la ventanilla, le muestro los tickets que debía firmar y le indiqué que le iba a entregar copias del acta”, sostuvo en otro tramo de la entrevista radial.

Y detalló: “Siento el golpe en el brazo y la espalda cuando me engancho con el parante cuando arrancó a toda velocidad. Por mi instinto de supervivencia me agarré de donde pude porque me veía abajo de la camioneta. El mismo envión, cuando apoyé los pies hace que me choque con la cadera contra otro vehículo que estaba al lado y llegué a manotear el volante. Recién acabo de hablar con mi abogado que está yendo a la Fiscalía porque la denuncia estaba encuadrada en lesiones leves”.

“No quería soltarme para que no me pisara o caer debajo de las ruedas. Me quedé en el piso y me incorporé, la Policía lo hizo descender del vehículo, pese a que seguía acelerando en el lugar, pero no tenía lugar para avanzar. Él no me decía nada, pero vi su cara que era de una persona sacada que no sé qué le pasaba. La gente critica nuestro procedimiento o la forma de trabajar, pero cometemos errores como todos y debemos hacer algo para que estas cosas no pasen”, reflexionó el inspector, aún shockeado por la secuencia.

Pero fue aún más allá: “Nada justifica que tenga días sin poder trabajar. Mentalmente, uno se psicopatea porque estuvo en riesgo mi vida, mi mamá tiene 90 años y tengo hijas. Tratamos de ser lo más responsable posible en el trabajo y asumimos que cometemos algún error. Con la adrenalina del momento, los efectivos me dijeron si quería bajar a Fiscalía, pero les dije que se vaya. Se fue caminando, en el momento me dio lástima, pero con el correr de las horas empecé a sentir los dolores más fuertes y pensé en mis compañeros que están expuestos y no puede quedar así. En un control de tránsito no se puede actuar deliberadamente”.

“Me colocaron el cabestrillo y ahora me encuentro algunos otros traumatismos en otras partes del cuerpo y cuando me vea el doctor tendré precisiones de las lesiones. Espero que esta situación sirva para marcar un antes y un después, para que todos podamos trabajar más tranquilos en la calle. En ningún momento se acercó para pedirme disculpas, tampoco pretendía que lo hiciera en el estado en el que se encontraba. Iremos por lo legal, que sepa que no es gratis darse a la fuga y atropellar a alguien”, cerró Cano.

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