El cuidado de la boca, fundamental para la salud general

Por el Dr. Hugo Zamora, presidente de la Confederación Odontológica de la República Argentina

La odontología en su conjunto ha ido evolucionando a un ritmo sostenido en el último siglo, y eso conlleva un sinnúmero de situaciones que sería importante abordar y describir sintéticamente.

Hay algunas descripciones que hablan de los comienzos en el 200 A.C. por parte de los egipcios, utilizando métodos de cepillado dental. Así fue transformándose con el paso de los años, y descubriendo que podían tapar cavidades utilizando oro.

El ser humano ha sido muy inquieto con respecto a ir progresando, y la odontología no es una isla. Tal es así que  en 1839 se creó la primera escuela de odontología en Baltimore. En argentina el primer registro es de 1891, cuando se inauguró la primera cátedra de odontología dentro de la carrera de medicina

Todos los procesos de avances tanto en el conocimiento como en la tecnología iban en promedio en lapsos de entre 15 y 20 años, y se fueron acortando en la actualidad, donde esos tiempos llegan a meses para lo que respecta a tecnología. En cuanto al nivel académico de los profesionales argentinos, tienen una valoración altísima a nivel mundial, y por lo tanto es algo de lo que hay sentirse orgullosos.

Hoy en día los consultorios odontológicos de nuestra ciudad cuentan con estándares de bioseguridad de alto nivel. En el año 2020 nuestra profesión sufrió de manera especialmente contundente la pandemia, y del mismo modo, y gracias a los amplios conocimientos sobre bioseguridad que poseen los profesionales, se pudo hacer una rápida maniobra para ajustar los detalles de cuidado que esta requería. De esa manera se pudo retomar la atención a los pacientes de la mejor forma. No hay registros de contagios en los consultorios odontológicos en nuestra ciudad, y eso es un hecho más que destacable.

Las tecnologías son utilizadas en los consultorios de manera diaria, lo que reduce tiempos y procedimientos. Entre ellos podemos nombrar, microscopios, radiografías digitales, cámaras intraorales, laser, scanner y fresadoras, toda tecnología que ya se encuentra entre nosotros.

Las prácticas odontológicas, con el avance de los anestésicos y la tecnología, sumado a la capacitación constante de los dentistas, hacen que sea una atención amable y casi indolora. Está claro que muchas de las fobias a la atención tienen que ver con otros factores, ajenos en su mayoría a la atención en si misma.

Ya hace mucho tiempo las profesiones de la salud han dejado de ser compartimentos estancos, y se está avanzando cada vez más en el tema de enfermedades asociadas a la la boca, con evidencia científica contundente. Algunas de ellas, según evidencias científicas registradas en distintas publicaciones, son endocarditis, complicaciones durante el embarazo y el parto, neumonía e incluso ya hay estudios referentes a la periodontitis y el Alzheimer.

La descripción de todas estas situaciones que otrora no se tenían en cuenta, hace que la consulta periódica al odontólogo sea tan vital como la de cualquier otra profesión vinculada a la salud. La prevención como método debería ser algo a lo que tendríamos que aferrarnos para evitar males mayores.

Si bien las nuevas generaciones tienen un concepto mucho más claro de lo que es la prevención, debería reforzarse con programas que empiecen en el primer ciclo de escolarización. De la misma manera que aprendemos a lavarnos las manos, deberíamos hacerlo con el cepillado dental, implementado kioscos saludables en los colegios, etcétera.

En trabajos realizados por la Comisión Nacional de Prevención (CORA) se han detectado falencias enormes en el cuidado de la higiene bucal, a tal punto de encontrar familias con un solo cepillo, o ninguno.

Hay algunas razones extras a las explicadas del por qué sonreír:

-La sonrisa es contagiosa

-Sonreír alivia el stress

-Levanta la autoestima

-Al sonreír segregamos endorfinas

La consulta odontológica no debe postergarse, y el cuidado es el único camino a seguir.