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INFORME ESPECIAL

Que el árbol no tape el bosque: un nuevo desafío por una ciudad más verde

Los alcances de las políticas de forestación en Bahía. La situación en el ejido urbano y los espacios verdes. La necesidad de oxigenar y promover zonas de sombra. Opinan los principales referentes.

Leandro Grecco 
[email protected] Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

En las últimas horas, el municipio informó que instrumentará a partir del próximo lunes un plan de regularización del estado de las veredas en el macrocentro con el objetivo de fomentar la forestación, pensando al mismo tiempo en la accesibilidad y, sobre todo, poniendo énfasis en la plantación de árboles, previo relevamiento de cada situación puntual e intimando a los vecinos, sin que ello implique multas económicas.

Pero no solo el ejido urbano requiere de especial atención, sino también los espacios verdes, verdaderos pulmones que oxigenan y brindan un característico color, tan sustentable como agradable a la vista, con el condicionante de un clima que no siempre es benévolo para el abordaje de estas políticas.

Especialistas se prestaron en LA BRÚJULA 24 a trazar un diagnóstico de la situación en la que se encuentra la ciudad. Proyectos, críticas constructivas y llamados a generar conciencia se conjugan en este artículo periodístico que exhibe un aspecto identitario de Bahía Blanca, la carta de presentación que se vincula, además, con el cuidado del medio ambiente, tan en boga por estos tiempos.

“En 2022 no dejaremos de plantar árboles”

Pablo Bianco es el Director de Espacios Públicos del municipio y, en diálogo con la redacción de LA BRÚJULA 24, abordó la temática en profundidad: “En todo este último tiempo se ha avanzado muchísimo en cuanto a la temática del arbolado urbano. Trabajamos sobre el ordenamiento forestal, a partir del mantenimiento y la reforestación”.

“También tenemos un plan regulador armado, donde se ordenan las tareas vinculadas con el arbolado y está presentado y aprobado el Plan Director, un documento que establece cuál es la especie acorde a cada calle, en función de las características particulares de ambas variables. Las de porte más bajo están previstas para arterias más angostas y de baja circulación; para eso tomamos como referencia la circulación peatonal y vehicular, sumado al ancho de las veredas”, resaltó, respecto a detalles de la iniciativa.

En paralelo, indicó que “se han dictado cursos de poda para el personal del área de Parques, se ha puesto hincapié en capacitaciones en seguridad e higiene y primeros auxilios, formación que consideramos importante. Otro aspecto en el que nos hemos enfocado fue en las relaciones con la comunidad, a través de la firma de convenios entre la Municipalidad e instituciones o empresas para promover la plantación y el desarrollo del arbolado.

“Estamos poniendo énfasis en la promoción de cursos para vecinos sobre arboricultura urbana. El año pasado se implementó el programa de inspectores voluntarios verdes y la idea es continuarlo este 2022”, mencionó, en otro segmento de su testimonio telefónico mantenido con este medio.

Con relación a esto último, trazó un objetivo: “La intención es formar a todos los bahienses que estaban comprometidos con el arbolado, al existir muchas denuncias en las que el problema estaba mal identificado, por eso la propuesta fue reunir a este sector de forma tal que puedan dilucidar si esos llamados eran reales. La gente se sumó más de lo que esperábamos, tuvimos casi 150 inscriptos”.

“A eso lo acompañamos con difusión para lograr que baje la poda ilegal, algo que hemos notado en este último tiempo, un poco por la conciencia y porque el cuerpo de fiscalización hizo su aporte”, analizó Bianco.

El ingeniero forestal sostuvo que “uno de los principales objetivos del área fue generar residuos cero por una cuestión pura y exclusivamente ecológica. Toda la madera que sirve para leña se destina para tal fin, siempre desde el punto de vista social”.

“La más gruesa se utiliza para mobiliario porque por estos días estamos propiciando un acuerdo con la Unidad Penal Nº4 de Villa Floresta y el Ejército para usar sus instalaciones, más precisamente las carpinterías y así confeccionar macetas, bancos, todo el mobiliario urbano que se requiera. Y con los troncos más finitos se hace chip para relleno de plazas y composta, por eso podemos decir que nada se descarta”, aclaró.

En el segmento final se explayó sobre los espacios verdes en específico: “Todos los parques tienen algún proyecto para ser ejecutado este año. En el Illia y el de la Ciudad estamos haciendo 11 módulos con bancos, mesas, sillas y fogones. En el Independencia está a punto de ejecutarse la primera etapa de toda la transformación integral. Y en el de Mayo hay infinidad de objetivos que se han cumplido, otros que están en camino a concretarse y unas cuantas propuestas que se van a hacer realidad”.

“La idea es seguir trabajando sobre el desarrollo de la infraestructura de riego, porque Bahía no tiene un clima muy benevolente, por eso es necesario profundizar en tal sentido. Tenemos presupuestada la instalación de unas diez bombas y esperamos ejecutar ese fondo antes de que aumenten su valor en el mercado”, recalcó el funcionario comunal.

Y cerró con la siguiente premisa: “En este 2022 no vamos a dejar de plantar, lo haremos en especial durante los meses de invierno y la intención es instalar todo el mobiliario en el Parque Campaña del Desierto, el cual ya tenemos en nuestro poder. Y hay casi 20 plazas en las que se a instalarán canchas de Básquet 3, promoviendo el deporte”.

Desde mi lugar propongo observar espacio público en lo que respecta a la mirada más urbana (calle-vereda) desde un punto de vista holístico. Definitivamente requiere de una respuesta cultural donde lo sociológico y antropológico es fundamental, inmediatamente política porque tiene que ver con la inversión.

La sombra de los árboles para atemperar las olas de calor

Otra voz que se sumó al artículo es la de Horacio Miglierina, reconocido especialista en planificación del paisaje y medio ambiente que acredita una amplia trayectoria en la ciudad, incluso en la función pública durante la gestión de Jaime Linares al frente del Ejecutivo, donde pudo dejar su rúbrica y marcar un camino en materia de forestación. De esto y mucho más dialogó con este portal de noticias.

“Lo que más me preocupa de la ciudad es el tema bio-climático. El confort térmico lejos está de estar resuelto, se transformó en algo feroz durante la última ola de calor en la que se ubicó a la ciudad entre las dos más calurosas, a la par de Santiago del Estero. Por lo tanto, lo único que existe para atemperar esa situación extrema es la sombra de los árboles, la cual se refleja en los ejemplares de gran copa y, por ende, con más de 15 años”, reflexionó Miglierina, al inicio de su testimonio.

Y lo argumentó: “Esto se da en ejemplares tales como los fresnos, plátanos, paraíso y jacarandaes que son las últimas generaciones que se han plantado. El tema de los nativos es más un slogan que otra cosa porque en definitiva lo que se requiere es sombra y, por otro lado, la mercantilización del espacio público, en este caso de las calles, influye en cuanto a esa premisa de avanzar positivamente en el tema”.

“Como siempre y tal como se dijo alguna vez, la ciudad está sobre-diagnosticada en lo que respecta a urbanismo. Normativas escritas hay muchas y no se cumplen y el tema del clima tan feroz se puede comparar con el Covid-19, con la única diferencia de que no afecta tan inmediatamente”, afirmó de un modo tajante y contundente.

Para ello, enfatizó que “es fundamental buscar suelos permeables, se han pavimentado todas las veredas, algo que es cultural desde el momento en el que un vecino compra una casa y cambia los árboles. Y no se resuelve con multas económicas. Se ha burocratizado desde las normativas”.

“Cuando solo se ve el árbol como elemento botánico termina siendo parte de esa miopía que se les suele dar a la formación de los forestales agrónomos. Hay algunos colegas que están haciendo bien las cosas en el municipio, muy por encima de las gestiones anteriores. El bahiense, en ese sentido, es un ciudadano crítico, pero no participativo y en los grupos que se forman es importante dejar de lado la especulación política de negociación”, recalcó durante su alocución, con la certeza de quien está seguro de lo que expone.

No obstante, reveló que “si se planta un árbol, aplaudamos, pero sepamos que se necesitan no menos de diez años para tener sombra, mientras tanto, los calores están acompañados de los cambios climáticos y siento que estamos dormidos en ese aspecto. Es un momento de reflexión a nivel general”.

Al cierre, el Ingeniero Agrónomo bahiense Cristian Konradsen realizó una lectura en esa misma dirección de la contingencia actual: “Esta región presenta amplia variabilidad climática, principalmente de precipitaciones y temperaturas. Las lluvias pueden llegar a valores extremos muy por debajo o por encima del promedio anual. La suma de estas desviaciones da lugar a la ocurrencia de varios años húmedos, secos o medianamente secos, por lo tanto los suelos de la región se caracterizan por ser poco productivos debido a su escaso contenido de materia orgánica”.

“Hay que ser coherente al momento de plantar un árbol”

“Cada ejemplar, cualquiera sea la especie, va a ocupar un lugar muy importante en nuestro hogar ya sea en nuestro patio, en la vereda, en una plaza y a largo plazo será parte de nuestra vida y de la sociedad futura. Hay que ser responsable y coherente al momento de plantar un árbol; tener en cuenta el ancho de la copa, altura, si son ejemplares caducifolios, perennes, muy leñosos, el tipo de frutos si es que los hay”, referenció Konradsen.

A partir de este postulado, agregó que “también es clave el mantenimiento que tendremos en el tiempo para lograr un árbol sano durante su longeva vida. El sistema radicular tendrá que pueda implicar levantamientos de veredas, obstrucciones de cañerías, problemas legales con medianeras entre vecinos, levantamiento de pavimento, entre otros ítems”.

“Antiguamente, Bahía Blanca tenía en los parques de Mayo e Independencia sus lugares para recreación. Hoy, se perciben más espacios verdes en proceso que se suman a los nombrados y los cuales el mismo ciudadano destruye. Los vecinos somos los primeros en quejarnos de la contaminación, la tierra, el viento y el calor, pero no hay conciencia de plantar árboles”, infirió, con relación a los lugares de esparcimiento de los vecinos.

Y expuso una crítica constructiva: “Cada vez surgen más construcciones que demoran años en edificarse y una vez concluidas, la mayoría se dan cuenta que no pusieron un solo ejemplar. Hoy, prevalece la sombra por medio de un toldo, eso no se puede concebir. Es cultural y no se deben buscar culpables porque la sustentabilidad está en nuestras manos. El sueño es ver a Bahía Blanca como un gran pulmón verde, pero para eso debemos concientizar”.

“Un árbol es una vida, es hermoso recorrerlo observando ese crecimiento, sentarse bajo esa sombra, valorar el oxigeno del que uno fue partícipe, además de convertir al ciudadano en honorable para el ambiente, transformando a la ciudad en verde”, concluyó, llamando a la reflexión.

Una ciudad verde no se construye de un día para el otro. Se deben conjugar diversos factores, incluso desde el punto de vista del cuidado, tomando en cuenta que casi a diario se producen hechos de vandalismo con ejemplares que están en pleno proceso de desarrollo y no logran alcanzar su plenitud. Por eso, más que nunca, es tiempo de pensar en oxigenar nuestro ecosistema, por el bien de las futuras generaciones.

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