WhatsApp de Publicidad
Seguinos

POR KEVIN KALISTER

Destino a España: salimos en busca de tapas

Hoy paladar negro nos muestra uno de los pocos restaurantes españoles que hay en la ciudad. Un interesante sitio que ofrece toda una experiencia.

Por Kevin Kalister / Redacción de La Brújula 24

En esta oportunidad visitamos Rosalía Da Castro, un modesto restaurante ubicado en Zapiola 58, especializado en vinos y tapas. Un lugar ideal para ir en grupo o en pareja.

Primero, debemos introducirnos en el concepto de tapas, cuando se habla de ellas, se hace referencia a pequeños refrigerios o aperitivos que usualmente se acompañan con una bebida alcohólica, y se sirven habitualmente en los bares de España.

En este sitio, a diferencia de otros, uno no elige lo que quiere comer, es más, directamente no hay carta, solo hay que seleccionar la bebida. Abonando 2700 pesos podés acceder a una degustación de distintos platillos de origen español, para ser exactos son 13, incluyendo los postres.

La comida, que está a cargo de una cocinera española, es fresca, se cocina y elabora en el momento y va variando semana tras semana. Por esto, puede suceder que para cuando usted vaya al lugar, algunas de los platos aquí mencionados ya no estén.

Si bien las tapas no siguen un orden al momento de servirse, se comienza siempre por los platos fríos seguidos de los calientes.

Aquí algunos de los más destacados:

Los montaditos de mariscos, pan tostado, exquisita crema de mariscos, queso rallado y oliva.

Las gambas al ajillo, si bien el tamaño de estas era mediano, de sabor estaba espectacular.

La famosa tortilla de patatas, a pesar de estar bien cocida (no babé), fue diferente a todas las que he probado con anterioridad; no era papa, cebolla y huevo por separado, aquí estaba todo bien amalgamado, era todo uno.

Las papas con un excelso alioli, aunque no estaban crocantes, eran compensadas por la impresionante salsa típica de la gastronomía mediterránea.

Otras de las cosas a destacar es la cocción de los mariscos, porque estaban en su punto, y muchas veces resultan ser gomosos, chiclosos o duros, este no fue el caso, muy tiernos.

Como se resaltó lo bueno, también hay que mencionar lo no tan bueno: el estofado de ternera no fue de mi agrado, si bien el caldo estaba rico y la carne se cortaba con cuchara, estaba seca.

Los postres tampoco llamaron mi atención. El clásico flan, debido a una rápida cocción o un exceso de batido tenía muchos agujeritos, los cuales no son de mi agrado. Considero que este postre debe ser cremoso, suave y sin gusto a huevo.

Las porciones en general son abundantes y más aún teniendo en cuenta que son muchos platos. Por ello, es recomendable ir con hambre.

Respecto al pan, sirven la clásica flauta de panadería, calentito y tostado con oliva. En cuanto a las bebidas, no están incluidas, hay vinos, agua y gaseosas, estas últimas presentan un valor de $150 y $200 respectivamente, tamaño pequeño.

Es un lugar interesante para ir al menos una vez, para conocer y probar un poco de lo que nos ofrece la gastronomía española, ya que es más que una simple cena, es toda una experiencia.

Sin embargo, hay que aclarar que puede que no sea para todo el público, no solo por su elevado precio (comparando con la media), sino por la comida que sirven, debe gustarte comer de todo, incluyendo mariscos y ajo, ya que estos dos son los ingredientes más utilizados en sus platos.

(Kevin Kalister, bloguero e instagramer. Creador de @bahiablancafood)

Lo más leído