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Desaciertos y fuertes críticas

La serie de Maradona en el ojo de la tormenta

“Maradona: Sueño Bendito”, producción de Amazon Prime Video, en plena discusión por grandes errores, para muchos imperdonables. En La Brújula 24, te brindamos un panorama único.

Por Fernando Quiroga
Especial para La Brújula 24
Miami, Florida, Estados Unidos.

Con grandes desaciertos temporales, muchos errores de continuidad ficcional y una fuerte impronta política, la serie decepciona a muchos y llena de orgullo el corazón a otros. Es que pareciera que el mismo “Diego” mueve la varita mágica de su extrema personalidad pasional, para que cada sector se identifique hasta las lágrimas o se posicione brutalmente en contra.

Algunos estrategas (y nobles Heraldos del Diez) como es el caso de Guillote Coppola, jamás se pondrían de punta con la ficción. Con el acostumbrado discurso elegante que lo caracteriza, el ex manager de Maradona fue muy hábil al hablar de la tira de Amazon Prime: “Es una ficción, hay que tomarla como tal. ¿Te gustó? Y… Es una serie de Diego. Para mí, una serie autorizada por él no tiene críticas” y más allá de la sana obsecuencia de su amigo, el viso de realidad de estas palabras no es menor.

Cuando hablamos de Luis Miguel La Serie, hablamos de un guion con giros míticos y ficcionales que el propio Sol de México se manifiesta a favor. ¿Por qué no creer que Diego aprobó cada segmento, por más disparatado que esto resulte?

De todas maneras, hay que dividir entre la presunta atemperada dramatización que se comprende (el mismo Coppola aclaró en una entrevista con Juan Echegoyen: “La realidad fue otra, mucho más dramática…”) y los errores conceptuales.

El primero de estos (y motivo no sólo de mucho revuelo en las redes, sino de gran desaprobación en todos los sectores) es el de la cronología. Diego es presentado con nueve años entre 1969 y 1970 (eso es real), y en ese tiempo (tal cual lo describe la ficción) entró a jugar en Los Cebollitas. La inmediata escena posterior a su aprobación en el emblemático equipo infantil, es la llegada a su casa para contar la buena nueva, donde encuentra a Doña Tota (su madre, interpretada por Mercedes Morán) llorando ante la muerte de Juan Domingo Perón. Tal vez para el resto del mundo sea un dato menor, pero en Argentina sabemos fehacientemente que el fundador del Justicialismo, murió en 1974, cuando Maradona tenía catorce años.

Estas pavadas (tal lo referiría un fanático) le hacen mal a un producto cuya estética y forma no son menores, al contrario; la serie Maradona: Sueño Bendito, tal vez sea mucho más internacional que albiceleste, y esto no es un tema menor a la hora de dirimir juicios sobre su producción. Como fuere (y reafirmando el concepto) nada más cercano a Diego, que estas dicotomías forzadas que, nos recuerdan con algo de nostalgia y cierto sesgo de dolor, cuánto extrañamos su corpulenta discrepancia continua, su discurso magnético y su capacidad para ser eterno protagonista de un campo de juego donde incluso, la pelota, terminaba siendo lo de menos.

La serie hay que verla, sabiendo que toda leyenda, se sostiene en un contexto mítico, peculiar, inexorable y colectivo. Larga vida a las leyendas que dieron y dan forma a nuestra argentinidad. Larga vida, al Diego…

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