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habló la víctima

Violento asalto en el barrio Patagonia: “Mis hijas les pedían que no me maten”

La víctima relató el calvario vivido junto a sus nenas: “Los ladrones me decían que si encontraban ‘los verdes’ me pegaban un tiro”.

Juan Ignacio Rocca aún continúa en estado de shock. Más de 48 horas después del traumático episodio ocurrido en su vivienda del barrio Patagonia, conversó esta mañana con LA BRÚJULA 24 con la entereza de un hombre que debe mantenerse fuerte para apuntalar a sus pequeñas hijas, quienes vivieron el mismo calvario.

“Fui a buscar a mis hijas (8 y 10 años) a la casa de la mamá. Pasamos a hacer unas compras antes de ir a casa. Bajé de la camioneta, abrí la puerta de rejas y entré. Eran dos delincuentes que estaban en el patio y me apuntaron delante de ellas. Incluso me corrieron con pistolas, empujándome hacia adentro”, resaltó Rocca, en el inicio de su charla con el periodista Germán Sasso.

Después de confirmar que todo duró 45 minutos, añadió: “Nos precintaron a los tres en el baño mientras daban vuelta la casa. Eran dos sujetos y cuando me apuntaron, mis nenas estaban atrás mío. Fue espantoso porque hubo mucha violencia. Uno de los delincuentes se quedó conmigo y mis hijas en el baño, nos hizo arrodillar y me puso el arma en la cabeza todo el tiempo”.

“Pedían insistentemente que entregue dinero, me amenazaban, ellas les pedían que no me mataran. Luego nos separaron. A mí me mandaron a la habitación. Me pidieron la llave de la camioneta, salieron a la calle, la revisaron y hasta rompieron la gaveta”, indicó con su voz muy nerviosa por lo acontecido.

Consultado por el ex fiscal Christian Long respecto a si los malvivientes tenían un dato erróneo, la víctima aseveró: “No hice ninguna operación en estos días. Me pedían que les entregara los verdes. Me decían que si llegaban a encontrar algo me iban a pegar un tiro o me picaneaban. Terminaron de revisar todo y se fueron. Las nenas no querían que saliera a avisar, tenían muchísimo miedo”.

“A mí me pusieron una toalla en la cabeza. No estaban encapuchados, pero usaban como un tapabocas y que les cubría el rostro al igual que la capucha. Uno de ellos no hablaba, solo se comunicaba por sonido, silbando y jamás emitió palabra”, destacó Rocca, asegurando al cierre: “Un vecino me dijo que había visto algún movimiento sospechoso, pero en mi caso particular paso poco tiempo en mi casa. No detecté nada extraño en la previa”.

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