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SIGUE EL MISTERIO

García Gurrea: ex compañeros del mercado Thompson creen que lo mataron

Empleados del centro de despacho de frutas y verduras aseguran que “Tibu” no era de faltar ni de llegar tarde.

Gabriel García Gurrea, de actuales 46 años, concurría desde muy joven al Mercado Thompson. Se puede decir que conocía muy bien cada puesto de esos inmensos galpones que están en la calle 1810.

Los trabajadores de ese centro de distribución de frutas y verduras que hoy accedieron a hablar con LA BRÚJULA 24 dijeron que “Tibu” es tan conocido como querido, y resaltaron que jamás tuvo problemas con los demás empleados en las extensas jornadas que el ahora desaparecido pasó allí.

Los domingos, García Gurrea era uno de tantos que ingresaba a la 1 o 2 de la madrugada para armar los pedidos.

Luego de algunos años dejó de trabajar en esos puestos para empezar a viajar a Punta Alta, donde atendía una frutería y verdulería. Sin embargo, la visita al mercado siguió siendo algo habitual para comprar mercadería y, de paso, verse con muchos conocidos.

Aseguraron que si algo caracteriza a “Tibu” es que jamás faltaba a su trabajo y que ni siquiera era de llegar tarde o irse antes y, por el contrario, era común mostrarse predispuesto y de buen humor a la hora de cumplir con sus obligaciones laborales.

“A veces lo venía a buscar la pareja (por Pamela Antúnez) en la EcoSport negra y bajaba la hija de la mujer. Si no, se manejaba en colectivo”, comentó un ex compañero de García Gurrea.

El hombre dijo que, lo que saben del hecho, es lo que leen o escuchan en los medios de comunicación, y que las sospechas van dirigidas a la actual pareja de “Tibu” y su entorno, es decir en el mismo sentido de la principal hipótesis que tiene la justicia que investiga el caso.

Para los trabajadores que hablaron con este medio, el temor generalizado es creer en una desaparición forzada de final aún incierto. El hecho que no llevara el teléfono celular es uno de los tantos indicios que hacen que se abone esa posibilidad.

Los relatos son coincidentes en negar no sólo el haber sido testigos de un consumo de drogas por parte de García Gurrea; también, aseguran no conocerle estados emocionales violentos o de depresión.

El sentir de los obreros del Mercado Thompson es básicamente de sorpresa, intriga e incertidumbre. Nadie lo dice pero la posibilidad de un final trágico acecha, sobrevuela el ambiente.

“Por acá venía todos los días. La última vez que lo vimos andaba con una bolsa con tomate y pidió dos plantas de lechuga porque tenía un asado. Se fue diciendo ‘nos vemos el domingo’ (siguiente al de su desaparición). Nunca más lo vimos…”, señaló el trabajador de uno de los puestos.

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