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"Herrero pretendió burlarse de todos y poner en ridículo a la Justicia", señaló el fiscal Da Silva

El representante del Ministerio Público Fiscal describió los hechos cometidos por el peritrucho y sostuvo que desplegó una técnica similar a la del humorista Luis Sandrini pero, en este caso, para “hacernos llorar”.

El fiscal federal Gabriel González Da Silva solicitó esta tarde una pena de 8 años de cárcel para el peritrucho Marcos Herrero por mentir y desviar la causa por la muerte del joven Facundo Astudillo Castro

Tras un extenso alegato, el funcionario describió una a unas las maniobras desplegadas por Herrero a lo largo de la Causa Facundo (“hallazgos” de amuletos, huesos y sangre), pero también hizo un repaso por otros expedientes en donde está condenado o procesado por hacer exactamente lo mismo: plantar pruebas para incriminar falsamente a cualquier persona.

Señalo, entre otras consideraciones, que el imputado utilizó durante el juicio una técnica similar a la del recordado humorista Luis Sandrini, que “buscaba el enredo para confundir a todos. Se interrumpía él mismo al hablar. Se mostraba verborrágico. El balbuceo creaba un efecto cómico. El recurso (de Sandrini) era una torpeza entrañable. Lo de Herrero, en cambio, hace llorar con ese tipo de recurso”.

Luego sostuvo que el peritrucho siempre buscó ponerse “en el lugar de la víctima de una mafia judicial y política”. Y, como se ha descripto en este diario, sus objetivos “eran ganar fama y dinero” engañando a las víctimas como lo hacen “los curanderos que prometen resultados a personas con enfermedades terminales”. Y que todo en el “mundo Herrero tenía un aspecto mágico”.

Resumió que sus técnicas con perros no estaban validadas por nadie y que eran ridículas. Y que no tenía los conocimientos básicos que decía tener: “No supo explicarnos la diferencia entre un átomo y una molécula”.

Luego abundó en datos más que concluyentes: en los “positivos” de Herrero no hubo “doble conforme”, nunca un resultado se confirmó en laboratorio y las “tomas de olor” que utilizaba para darle a sus perros tenían un origen desconocido y sin ningún control ni cadena de custodia. O peor aún, cuando dijo que tenía sangre de Astudillo como impronta.

Que en la seccional de Origone, además de estar varios segundos a solas en el lugar donde “aparecería” el amuleto de la vaquita de san Antonio, Herrero manifestó que su perro ladraba al techo porque “sentía el umbral de muerte”, convirtiéndose en un personaje esotérico.

Que ningún experto supo describir lo que mencionaba el peritrucho sobre “esencia” de la persona buscada o “perfume”: “¿Qué buscaba Saphirus?”, se preguntó el fiscal en referencia a la fragancia que promociona Mirtha Legrand.

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