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Tras 18 años, hay un nuevo sospechoso por el crimen de Nora Dalmasso

El fiscal Pablo Jávega dará una conferencia de prensa sobre los avances en la investigación.

Tras 18 años de misterio, la causa por el crimen de Nora Dalmasso suma un giro trascendental: el Ministerio Público Fiscal confirmó que una muestra de ADN hallada en el cinto de la bata de la víctima y en su cuerpo coincide con una persona ahora identificada. Dicho descubrimiento podría reabrir esperanzas de justicia, aunque el tiempo transcurrido plantea desafíos legales.

Según las autoridades, la acción penal podría prescribir a menos que el sospechoso haya cometido otro delito durante estos años. Este hecho sería clave para evitar la impunidad en un caso que ha conmocionado al país durante casi dos décadas. El fiscal Pablo Jávega dará una conferencia de prensa para detallar los avances logrados a partir de estas pruebas genéticas.

El caso, que parecía estancado tras la absolución en 2022 del viudo Marcelo Macarrón, retomó fuerza gracias al análisis del cinto de la bata de toalla con el que Dalmasso fue estrangulada. En este elemento, los peritos habían detectado rastros genéticos que no pertenecían ni a la víctima ni a su esposo. Las pruebas recientes marcan un hito en la búsqueda de lo que la Justicia denomina la “verdad histórica”.

La investigación avanzó con un enfoque interdisciplinario liderado por el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba. Este equipo trabajó en conjunto con el National Center for Forensic Science de la Universidad de Florida, en colaboración con el Ministerio de Justicia de Córdoba. Este esfuerzo científico permitió identificar al nuevo sospechoso, acercando el caso a una resolución.

La clave siempre estuvo en el arma homicida improvisada: el cinto de la bata. Para los investigadores, este elemento contenía la pista definitiva que podía identificar al responsable del crimen. Según la reconstrucción de los hechos, antes de ser asesinada, Nora Dalmasso habría mantenido relaciones sexuales “semi consentidas”, y los rastros genéticos encontrados ahora ofrecen una oportunidad crucial para esclarecer lo ocurrido.

Con información de TN

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