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CONTRA LAS CUERDAS

Las escuchas, uno de los pilares de la acusación del Fiscal contra Cantaro

La Brújula 24 accedió a las conversaciones que el fiscal general de licencia tuvo con Facundo Texido, su proveedor de estupefacientes y uno de los integrantes de la “banda del éxtasis”.

Las escuchas que se tuvieron en la investigación que se siguió contra el fiscal general Alejandro Salvador Cantaro fueron uno de los pilares sobre los que se basó la acusación del fiscal de juicio Gabriel González Da Silva para haber pedido esta tarde 7 años de prisión para el funcionario en uso de licencia.

Las transcripciones de las conversaciones, al menos algunas de ellas, ya habían sido publicadas por La Brújula 24. Lo que hoy se obtuvo son los audios de algunas de esos diálogos incriminatorios para Cantaro.

Resta saber la valoración de la prueba que hará el Tribunal Oral Federal pero, a priori, son indicios más que contundentes y comprometedores para quien fue el máximo responsable de las investigaciones criminales (incluyendo el narcotráfico) de Bahía Blanca, lo que convierte al caso en un hecho sin precedentes.

Diálogos entre Facundo Texido (miembro de la “Banda del Éxtasis”) y el fiscal Cantaro:

Texido: – Hola
Cantaro: – ¿Qué hacés cabeza? ¿Cómo andás? Menos mal que no lavaste el auto, boludo.
T – Sí, viste cómo llovió. Después estuvo hermoso a la tarde… Sí, igual mañana va a llover otra vez. O el lunes…
C – El lunes, el lunes. Escuchá cabeza. ¿Estás en tu casa vos?
T – Sí, pasá, pasá. Me queda media tarta de verdura.
C – Dale, dale. Resulta que me invitaron a comer un asado y resulta que era en mi casa. ¡La concha de la puta madre! Van a traer carne y todo, pero no puede faltar el pasto. Si no, no me voy a aguantar jajaja
T – Jajajaja
C – Dale, paso en un rato.

La otra conversión permite inferir que Cantaro compró estupefacientes y que Texido se la llevó como si se tratase de un delivery.

Texido: – ¿Hola?
Cantaro: – Capo.
T – Si tío.
C – ¿Vos pasaste por casa ya?
T – Sí.
C – ¿Y te llevaste la cajita?
T – Sí.
C – ¿ Yen qué me mandaste?
T – Suelta.
C – ¿Cómo suelta?
T – Sí, estaba suelta, suelta. Ahí tiene que, ¿no la encontraste?
C – Suelta, ¿en el buzón?
T – Sí.
C – ¿Suelta sin una bolsita de nylon nada?
T – No, no, o sea en una bolsita de nylon.
C – Ah, na, na porque no lo pude encontrar.
T – No, fijate que tiene que estar ahí tío, pasé ahí, ni bien te dije.
C – Blanca ¿Cómo es blanca o celeste?
T – Es negra.
C – ¿Negra?
T – Sí.
C – ¿Una bolsita negra?
T – Sí.
C – Es que metí la mano adentro.
T – Tiene que estar ahí, porque la metí ahí adentro.
C – La metiste adonde estaba la guita digamos.
T – Claro. No, no, suelta, la cajita me la llevé.
C – Sí.
T – Me costó un huevo sacarla.
C –(Risas), Escuchame, pero digo, acá la encontré. ¡La puta que te parió! Chau. boludo hasta mañana.
T – Chau (risas), chau, chau.

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