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Vuelve el mejor show bahiense para “Mujeres Reales”

Tras una interrupción debido a la pandemia, María Luján Ferrandi, que nació en una familia con sobrepeso, retomó sus tradicionales desfiles para mujeres “comunes y corrientes”. Su historia.

Cecilia Corradetti – Para La Brújula 24 – [email protected]

María Luján Ferrandi tiene 52 años, es mamá de Bruno y de Joaquín y nació en Bahía Blanca en el seno de una familia con sobrepeso.

Todavía recuerda intacto a Cacho, su papá, peregrinando de un lugar a otro para poder lucir un traje de color claro para la fiesta de 15 de Viviana, su hija menor. Llegó a pesar 160 kilos y logró bajar hasta llegar a los 99 con la ayuda de la Asociación de Lucha contra la Obesidad (ALCO).

“Obesidad y sobrepeso en toda la familia pero, al mismo tiempo, una constancia admirable, sobre todo por parte de mis padres, que hoy tienen 80 y 79 años. Mi viejo mantuvo su peso y sale a caminar todos los días y mi mamá, Irene, hace gimnasia cuatro veces por semana”, cuenta María Luján en diálogo con La Brújula 24.

Con su primer embarazo, Luján subió de peso de manera excesiva. Tanto que, una vez que nació el bebé, continuó usando ropa de futura mamá. Y allí empezó la incomodidad a la hora de conseguir ropa de su talle y a pensar en dedicarse a la moda femenina.

Abrió su local hace más de dos décadas y siempre intentó enfocarse en los talles grandes.

Sin embargo, fue recién en 2011 cuando tuvo una idea superadora que tuvo gran impacto entre las muchísimas mujeres de contextura robusta y gestó una serie de desfiles denominados “Mujeres Reales”. El éxito fue rotundo porque, además, esas presentaciones tenían –y aún hoy tienen—un fin benéfico.

Salvo por la interrupción generada por la pandemia, los desfiles fueron siempre, además de exclusivos, consecutivos. Y hasta realizaba dos al año, siempre en el salón de Santa Rita, el destinatario de la obra benéfica.

Lo cierto es que, superada la pandemia, María Luján vuelve con todo a los clásicos desfiles “Mujeres Reales”, que en esta ocasión tendrá lugar el sábado 5 de noviembre a las 16.30. Las tarjetas se adquieren previamente en el Taller Protegido y Centro Santa Rita (Panamá 1795, teléfono: 4886812) o en su propio local, ML moda y accesorios, (Caronti 541, teléfono 291-5334330).

“Las que tenemos contextura física más grande se nos hace una odisea comprar ropa, poder conseguir lindos diseños, colores y salir del color negro, porque muchas veces se asocia a este color con los talles amplios”, relata la protagonista sobre sus inicios.

Desde muy pequeña, recuerda, veía a sus padres buscar ropa y no conseguir; terminar en una sedería comprando las telas y en una modista para que confeccione lo que les gustara o les quedara bien.

“Siempre pongo a mi papá como ejemplo. Llegaban los 15 de mi hermana y quería lucir un traje color claro. Obviamente, en su talle no había y terminó en una sastrería para que se lo confeccionaran”, evoca.

Años más tarde comenzó ella misma con la misma problemática. “Siendo jovencita y teniendo sobrepeso, en ese momento mi talle era el 52. Solo conseguía ropa de futura mamá que luego adaptaba a mi cuerpo”, recuerda.

Y así empezó en este rubro “maravilloso” donde desde su lugar puede entender y asesorar a la otra persona. Simplemente, porque lo vivió en carne propia.

“Hoy la moda, los diseñadores y fabricantes han cambiado mucho y se han enfocado un poco más en estos talles, aunque sigue siendo difícil. Pedís un talle 58/60, y te aclaran que te va a entrar, que es XXXL, y cuando ves el tamaño de la prenda, no corresponde al verdadero talle”, advierte.

Por eso ella siempre aconseja no fijarse en la etiqueta sino en el tamaño de la prenda.

La idea de los desfiles comenzó en el invierno de hace nada menos que 11 años. Hasta ese momento, elegía el sábado a la tarde, cuando el local estaba cerrado al público, para reunir a algunas clientas y amigas y las esperaba con algo para compartir y “chusmear” las novedades de la temporada.

“Entre charlas y buena compañía nos probábamos todo lo nuevo. Ya el lugar iba quedando chico y pensé en llevarlo a un lugar más grande, con un fin benéfico”, rememora.

Ni lerda ni perezosa le propuso a algunas de sus clientas amigas si se animaban a desfilar.

“Enseguida me apoyaron sin dudarlo; en definitiva, era hacer lo mismo que hacíamos a puertas cerradas pero con un fin solidario”, relata.

Dentro de este grupo estaba María Errasti, trabajadora social del Taller Protegido y Centro de Día Santa Rita, quien ofreció hacerlo a beneficio de esa institución y aprovechar el salón de fiestas con el que disponen”, amplía.

María Luján lo recuerda como si hubiese sido ayer: “Nos empezamos a preparar para la temporada primavera-verano 2011, porque todo lleva mucho tiempo y dedicación y lo logramos. Así empezamos y nunca más nos detuvo nada, excepto el Covid”, dice riendo.

Pero ella y su “equipazo” sabían que era momentáneo: “Acá estamos nuevamente con ‘Mujeres Reales’, un concepto para las que desfilan y para las que suelen ir a vernos. Cada una tiene una vida llena de actividades, profesión, familia. Todas nos sentimos mujer reales, verdaderamente”, sintetiza.

Como siempre, el 5 de noviembre será una tarde de amigas para contemplar una pasarela repleta de mujeres comunes y corrientes: empresarias, amas de casa, enfermeras, periodistas, que lucirán ropa para todos los momentos del día y en todos los talles. Incluso hasta el 60.

“Además degustaremos exquisiteces que prepara el servicio de catering del salón, disfrutando de un show que en esta oportunidad estará a cargo de Vocal Shows, con la colaboración de Fabiana Ungaro en la conducción”, señala.

María Luján solo tiene palabras de agradecimiento y no solo a sus clientas y amigas, sus musas inspiradoras. También hacia su familia que supo salir adelante con actitud y resiliencia.

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