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por el acuerdo con el FMI

“Espada de Domacle” y una amenaza que se debe “afrentar”: el errático discurso de una senadora

“Ya estaba entre nosotros con su espada de Domacle”, dijo ayer la senadora oficialista Sandra Mendoza durante su discurso en la sesión que convirtió en ley el acuerdo con el FMI. El error de la tucumana se viralizó en las redes sociales. En esta ocasión, la polémica homónima chaqueña y exdiputada no tuvo nada que ver.

La senadora quiso parafrasear al presidente Alberto Fernández cuando anunció el preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional y cometió un error que se hizo viral.

“Lo primero que tenemos que considerar a la hora de evaluar los términos de este acuerdo es que cuando asumió el Gobierno de Alberto Fernández, el Fondo Monetario Internacional ya estaba entre nosotros con su espada de Domacle”.

Pero no fue el único error que Mendoza cometió durante su alocución. Es que, luego de decir que la espada de “Domacle” ya estaba “entre nosotros”, agregó: “Por definición representa el peligro inminente y cercano, es decir… una grave amenaza que se debe afrentar (sic) inexorablemente”.

QUÉ ES LA ESPADA DE DAMOCLES

“Quiero anunciarles que el Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Gobernar es un ejercicio de responsabilidad. Sufríamos un problema, y ahora tenemos una solución. Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles, y ahora tenemos un camino que podemos recorrer. Sin acuerdo, no teníamos un horizonte de futuro”, apuntó Alberto Fernández durante el discurso de casi 5 minutos que pronunció hacia finales de enero.

La historia, narrada entre el siglo IV y III a.C. aborda la vivencia sobre Sicilia cuando la ciudad fue conquistada en el año 316 por Agatocles. Fue allí cuando Timeo tuvo que exiliarse en Atenas, donde más tarde dio el puntapié inicial de la escritura. Sin embargo, Diodoro, Cicerón y Horacio en el siglo I a.C., fueron quienes concluyeron la obra por la muerte de Tauromenio.

QUÉ DICE LA LEYENDA DE DAMOCLES

Damocles era un constante adulador que se pasaba sus días envidiando los lujos y comodidades del rey Dionisio I.

Los repetidos halagos llegaron a los oídos del soberano, quien, según el texto, planeó una estrategia como escarmiento: le ofreció intercambiar los roles por una noche para que pudiera experimentar personalmente los placeres que tanto envidiaba.

Así entonces se organizó un gran banquete donde se efectivizó el cambio de roles con el goce de lujos y privilegios, ahora a título temporal.

Fernández había usado la misma expresión al anunciar el preacuerdo con el FMI.

De repente, Damocles miró hacia arriba y vio que justo sobre su cabeza había una espada afilada, la cual sólo era sostenida por una crin de caballo. Si ese delgado hilo se rompía, también rodaría su cabeza. Al darse cuenta, ya no disfrutó de las comidas, las bebidas y las mujeres. Poco después pidió terminar el intercambio.

Es por ello que esta historia y el fragmento “la espada de Damocles” suele citarse cuando como referencia a una amenaza constante que puede llevar inesperada y repentinamente a un trágico desenlace.

Fuente: Cronista / Video Infobae

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