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como hace 20 años

“En aquella crisis repartíamos agua con camiones regadores y en sachets que preparó el Ejercito”

Virginia Linares recordó el conflicto con la empresa Azurix y analizó las obras para garantizar el suministro. “Hoy se necesitan inversiones a mediano plazo porque Bahía ya se convirtió en un drama para la Provincia”, analizó.

La problemática del agua en Bahía Blanca data de hace décadas. Pese a que se ha profundizado con el transcurso del tiempo y ha tenido matices, corría el año 2000 cuando el tema ganaba la opinión pública y encendía el fastidio de los vecinos, en aquella ocasión, por el mal sabor al beberla.

Virginia Linares era parte del espacio que gobernaba en la ciudad y, en diálogo con LA BRÚJULA 24, no solo recordó aquella contingencia, sino también que ensayó un plan para resolverla en el mediano plazo, medidas y obras que se vienen repitiendo y no se ejecutan.

“En aquel entonces, el problema era no solo la falta de agua, sino que lo más preocupante, eran las primeras floraciones de las microalgas del embalse del Dique Paso de las Piedras. Se discutía si algunas de ellas eran neurotóxicas. Esto ocurrió porque había disminuido la cota y habíamos tenido un invierno bastante caluroso”, destacó Linares, en su charla con el periodista Germán Sasso.

Y rememoró que “lo que se hizo fue hacerle comprar agua envasada a Azurix, pero el rol importante fue el del ORAB, que estaba a cargo del contralor. El Ejército preparó sachets de agua, utilizamos los camiones regadores, además de poner en funcionamiento los surgentes, más allá de que no era jurisdicción municipal, hicimos los análisis correspondientes con científicos de la UNS que estudiaron las algas y hasta mandamos muestras a Japón para descartar la toxicidad”.

“Había mucha preocupación, no solo en el abastecimiento, sino también en la calidad del agua. Este siempre ha sido un tema recurrente en Bahía. Pasaron distintos gobiernos y como diputada nacional me he estado peleando con la gente de ABSA, que han hecho obras, pero no las necesarias. Siempre reclamamos que se arme otro acueducto, paralelo al que funciona, algo que puede parecer antipático”, sostuvo la exlegisladora en otro segmento de la entrevista radial.

Asimismo, sostuvo que “lo nuestro no era relato; estaba fundamentado en la opinión de los especialistas. La planta potabilizadora necesitaba, paralelamente, ser ampliada. Tengo entendido que, en algún momento, se evaluó esta alternativa porque la de Parque Patagonia estaba ideada para agua que venía de deshielo. En Grünbein hay una más rústica, pero retenía mejor a las algas. Lo que pasaba cuando salía de la canilla para bañarse porque no se podía tomar sin hervirla antes, salía con un olor desagradable porque al líquido le hacía el tratamiento obligadamente”.

“También se habló en su momento de Puente Canesa y, principalmente, hacer las reparaciones en las pérdidas que hay por las calles y no olvidarse de la planta depuradora. Es un tema complejo y no se resuelve con una sola medida. Se necesitan inversiones a mediano plaza porque Bahía Blanca se transformó en un drama para la Provincia. Mucha gente instaló su pileta en su casa y la situación se agrava. Las soluciones están planteadas y sobre la mesa”, finalizó Linares.

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