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La palabra de Franco Baruzzi

“Evidentemente, para que vaya preso me tendría que haber matado”

El joven agredido por Rodrigo Ocampos en Monte Hermoso se quejó por el fallo de la jueza Susana González La Riva, quien lo condenó a apenas 2 años y 10 meses de prisión en suspenso.

La vida de Franco Baruzzi cambió para siempre luego de aquel 1 de enero de 2016.

La previa de un desayuno con sus amigos, después de la fiesta de fin de año, se convirtió en una verdadera pesadilla para Franco. Un simple “caño” con una pelota de rugby, generó la furia de Mariano Rodrigo Ocampos, quien se encontraba junto a otro grupo de amigos.

La certera piña de Ocampos y el posterior golpe de Baruzzi sobre un adoquín de cemento, cambiaron la vida de la víctima para siempre.

Luego, siguieron 21 días de internación, con riesgo de vida, varias intervenciones quirúrgicas, la pérdida del 28% de su audición y un cambio radical en su vida.

Esta mañana, Baruzzi recibió un nuevo golpe. Pero esta vez de parte de la justicia. La jueza en lo Correccional Nº 3, Susana González La Riva condenó a Ocampos a dos años y diez meses de prisión en suspenso, por lo que no irá preso.

“Lo que quería que pase no pasó. Es una condena muy chica. Es cierto que tiene que firmar diariamente, por lo que no se puede ir muy lejos de Bahía, pero la verdad que para mí no es suficiente”, mencionó esta tarde Franco, en comunicación con el programa Deberías Saberlo, de LA BRÚJULA 24.

A través de lo que le fueron comentando sus amigos, Baruzzi fue reconstruyendo todo lo que sucedió aquella mañana del 1 de enero de 2016.

“Estábamos por ir a desayunar con unos amigos, después de la fiesta de Año Nuevo. Este grupo de chicos nos tiró la pelota y se la devolvemos de buena manera. Al rato la volvieron a tirar y cuando vino a buscarla, le hice un caño. En ese momento, me pega una piña y caigo arriba de un adoquín de cemento”, comentó.

A partir de ese momento, Baruzzi permaneció 14 días en terapia intensiva y 7 días en sala común. Durante ese lapso, no tuvo ningún registro de Ocampos ni de su familia. De hecho, recién volvió a verlo en la primera audiencia del juicio.

“Ni él, ni la familia apareció en el hospital para ver cómo estaba o para pedir disculpas. Al menos en el juicio se hizo cargo de lo que había hecho. De todos modos, dijo que no tomó alcohol, ni consumió droga, cuando después se conocieron fotos suyas tomando alcohol. La justicia argentina es así y por más que intentemos, no vamos a cambiarla”, se quejó.

Baruzzi mencionó que antes de todo este proceso, jugaba al fútbol en Monte Hermoso y trabajaba como plomero y gasista con su papá, pero tuvo que abandonar ambas actividades, debido a que no puede realizar ningún tipo de esfuerzo físico.

Además, tampoco pudo disfrutar de la misma manera a su pequeño hijo, que en aquel entonces tenía 5 años y ahora tiene 9.

“No se puede apelar la pena porque ya pasó el cincuenta por ciento de la condena que nosotros solicitamos. Ahora lo que sigue es lo civil, donde espero que la condena sea favorable”, mencionó, al tiempo que dijo que los gastos médicos que le generó aquella fatídica trompada rondan los 200.000 pesos.

“Ya me sometí a cinco operaciones. Me pusieron una placa en el cráneo en 2016 y me duró tres meses. Me agarró infección y me la tuvieron que sacar. Y este año pasó algo parecido. Ahora estoy a la espera de una nueva placa para ver si puedo continuar con mi vida normalmente”, mencionó.

“No me había hecho muchas ilusiones respecto a la condena. Evidentemente, para que vaya preso me tendría que haber matado”, concluyó.

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