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Taxista se reencontró con el policía que le salvó la vida: "Dios te puso ahí"

El 17 de octubre, en pleno centro bahiense, un integrante de la Policía Local le hizo RCP a un hombre que tuvo muerte súbita. La escena quedó filmada.

Carlos Morandi se reencontró con el policía que le salvó la vida al realizarle maniobras de RCP. Foto gentileza Marina Morandi

Carlos Andrés Morandi volvió a nacer a los 53 años. Se trata del taxista que el pasado 17 de octubre sufrió un infarto en pleno centro de la ciudad. Tal como lo informó este medio, Morandi fue salvado por policías que le realizaron maniobras de RCP (Reanimación Cardio Pulmonar). Este viernes, el trabajador se reencontró con esos “ángeles” que ayudaron a extender su presencia terrenal y se emocionaron hasta las lágrimas, como no podía ser de otra manera.

Marina Morandi, hermana de Carlos, tuvo la deferencia de comunicarse con LA BRÚJULA 24. No sólo dio cuenta de ese abrazo interminable. La mujer quiso hacer extensivo el agradecimiento a los efectivos y al personal del Hospital Penna, donde recibieron una atención digna de destacar. Además, Marina recalcó que tener a su hermano tras una muerte súbita, no tiene a otro responsable que no sea Dios. Hubo una cadena de milagros que la mujer se encargó de desmenuzar en un relato cargado de emotividad.

“Los médicos no pueden entender cómo mi hermano se recuperó. La única explicación es que fue un milagro. No tenía antecedentes coronarios ni estaba medicado o bajo algún tratamiento. Sólo sintió una molestia en un brazo y en el pecho, a la cual no le dio mayor importancia esa mañana. De hecho, estuve chateando con él a las 7.40, cuando yo me iba a trabajar, y estaba lo más bien”, expresó.

“Yo hablé con el policía, José Yuri, quien me contó el paso a paso de todo, hasta que mi hermano llegó al hospital. Me dijo que él tenía ganas de ir al baño y, no sabe por qué, se quedó ahí, en Chiclana y Alsina. Yo le dije: ‘Dios te puso ahí”, amplió.

El taxista apenas si recuerda que esa mañana había una manifestación en el centro. “Ahí se le ‘apagaron las luces’ y no recuerda nada más”, comentó Marina.

“Al día 11 de tener colocado respirador artificial le hicieron una traqueotomía y agarró un virus que casi se lo lleva. Llegó a ser atendido por 5 enfermeras a la vez; fue un cuidado impresionante el que tuvieron con él y estamos agradecidos. Va a tener que cuidarse y deberá estar medicado, pero camina y lo tenemos con nosotros en franca recuperación anímica”, indicó.

Según contó la mujer, para todos fue de gran ayuda la fe que transmitía el hijo de Carlos. “Tiene de 23 años y él dijo desde el comienzo que su papá iba a salir adelante, que tuviéramos confianza. En enero de este año perdimos a otro hermano, pero de una enfermedad terminal, un resultado lamentablemente previsible. Tengo 50 años, vi la muerte de mi papá y de uno de mis hermanos; no podía perder a otro”, concluyó Marina.

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