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Advierten que el derretimiento de los glaciares en la Cordillera de los Andes podría volverse irreversible

La situación hidrológica en las regiones de Cuyo y el norte de la Patagonia está en riesgo si no se toman medidas para revertir las actividades humanas que alimentan el cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero, en gran parte impulsadas por la quema de combustibles fósiles, afectan directamente los glaciares de la Cordillera de los Andes. Estos glaciares, fundamentales para el equilibrio hídrico de la región, podrían enfrentarse a una situación irreversible si no se frena el calentamiento global.

El doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, Juan Rivera, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), compartió su preocupación: “Desde 2010 empezó a nevar menos y favoreció a que los cuerpos de hielo no crecieran. Además, eso favorece al desarrollo de altas temperaturas. Es una situación de mucha presión para los recursos hídricos”.

Rivera advirtió sobre la posible irreversibilidad de esta situación y enfatizó: “De seguir la continuidad del calentamiento global como consecuencia de actividades humanas, vamos a entrar en un proceso que, por más que se frenen, se va a cruzar una línea en la que los glaciares no se van a poder recuperar como los conocimos en el pasado”.

Rivera fue galardonado con el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born por su investigación sobre las sequías hidrológicas en Cuyo y el norte de la Patagonia. Su trabajo comenzó en 2009 y ha evolucionado hasta enfocarse en los déficits de agua en los ríos andinos. Sobre esta problemática, señaló que la sequía que comenzó en 2010 continúa hasta hoy, y los impactos socioeconómicos son cada vez más evidentes. “El objeto de estudio continúa y los impactos que se generan en el plano socioeconómico son importantes”, explicó Rivera, haciendo hincapié en la necesidad de encontrar soluciones desde la ciencia.

Uno de los fenómenos que más ha afectado la región en los últimos años es la baja del caudal del río Paraná, lo cual, según Rivera, es un ejemplo claro de cómo eventos extremos deben ser analizados en detalle para comprender mejor su naturaleza y aportar respuestas científicas. En cuanto a los ríos andinos, el panorama no es alentador: se proyecta un déficit de precipitaciones que afectará a las reservas de agua futuras. "Esto es preocupante porque lo que se está consumiendo ahora son las reservas de agua para las próximas generaciones", alertó el investigador, destacando el impacto en el desarrollo socioeconómico regional.

Por último, señala TN, Rivera formó parte de un equipo internacional que analizó las olas de calor extremas registradas en Argentina en el verano de 2023, vinculándolas directamente con el cambio climático. “Se pudo llegar a una conclusión, que es algo que uno sospecha, de que hay un mayor calentamiento como consecuencia de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, con un mayor impacto en intensidad y frecuencia de las olas de calor”, detalló. La aceleración del derretimiento de los glaciares en la Cordillera de los Andes es uno de los resultados más preocupantes de este fenómeno, y Rivera enfatizó la importancia de seguir estudiando los efectos del cambio climático de manera regional.

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