INFORME ESPECIAL
Alcohólicos Anónimos, un espacio para intentar dejar atrás una adicción
En la ciudad, existen grupos que contribuyen ante este flagelo. El concepto de “dependiente compulsivo”. El test de las doce preguntas. Y la opinión de una recuperada que hoy ayuda a salir del túnel.
Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco
Alcohólicos Anónimos es una agrupación de personas que comparte la mutua experiencia, fortaleza y esperanza para mantenerse sobrios y ayudar a otros a alcanzar ese mismo estado. En Bahía Blanca, al igual que en el resto del país, y de los más de 180 países que funciona, se reúnen en grupos donde asisten para trabajar en el programa y recibir a aquellos que necesiten saber sobre ellos.
Andrea es una de las integrantes de la organización sin fines de lucro y sirve en un grupo que se abrió en el Salón de Usos Múltiples del Departamento de Salud Mental y Adicciones, ubicado en Zelarrayán al 800. El mismo lleva el nombre “El comienzo para vos y tu familia” y se reúne los viernes a partir de las 12:30, con una guardia permanente que atiende al teléfono: (291) 464 0864.
“Desde estos grupos nos organizamos para llevar nuestro mensaje en radios, hospitales, escuelas o donde se solicite. La gente que se acerca a pedir ayuda puede ser quien cree tener problemas con el alcohol, familiares o amigos de estás personas, o profesionales, que por la naturaleza de su trabajo están en contacto con ellos”, explicó, en comunicación telefónica con este diario digital.
Y lo argumentó: “La primera herramienta es un lugar de pertenencia, de total escucha. Les contamos cómo superamos la abstinencia de las primeras etapas y, al mismo tiempo, buscamos ofrecer acompañamiento en cualquier momento que lo necesite, antes de tomar”.
“Para darse cuenta que tenemos un problema con el alcohol hace falta llegar a un fondo, esto requiere un tiempo de consolidar, por lo que la edad más temprana sería de 25 años. La mayoría llega entre los 30 y 50. Esto no quita que consulte gente antes y después de estás edades”, advirtió la entrevistada que gentilmente se prestó a este diálogo.
Consultada respecto a si esta adicción ingresa en el rango de las patologías clásicas que comunmente conocemos, desmenuzó que “el alcoholismo es una enfermedad, por lo tanto afecta a cualquiera, sin distinguir clase social, raza o sexo. No existe el seguimiento de los miembros. Permanecemos anónimos porque entendemos que el alcoholismo es crónico y el programa nos ayuda a mantener esta enfermedad bajo control. Nos acompañamos y nos sostenemos mutuamente”.
“Tal como se puede leer en nuestro preámbulo, el anonimato es la base espiritual de todas las tradiciones y recordando siempre y bajo todo concepto debemos anteponer los principios a las personalidades. Es la garantía que le damos al mundo, de que nadie utilizará el nombre de la institución para obtener beneficios económicos, prestigio o influencia”, aseguró Andrea.
“La identidad del recién llegado nunca es revelada. Algunas personas no quieren exponerse al estigma asociado al alcoholismo. Entendemos su situación, pues nosotros también la hemos atravesado. Siempre tratamos de ayudarlos y les prometemos el privado refugio del anonimato”, comentó, sobre uno de los puntos vitales que suelen generar alguna duda.
Sobre el final de la charla, señaló que “la persona que logra admitir y aceptar su alcoholismo llega a entender que la clave es la permanencia. Nos financiamos con nuestras propias contribuciones. Tradicionalmente, ponemos el valor de una copa en la canasta cada vez que vamos a una reunión”.
“Esto es suficiente para mantener nuestra oficina a nivel nacional, los alquileres de los locales de reunión, los materiales de difusión, y hasta el café y los caramelos que compartimos en nuestras reuniones. No aceptamos contribuciones externas”, dejó en claro.
Y resumió: “El alcohol es un síntoma de una enfermedad mucho más profunda que abarca lo físico, lo mental y lo emocional. Somos dependientes compulsivos. Muchos inclusive usábamos otras drogas, sean o no legales”.
¿Alcohólicos Anónimos es para usted?
La entidad cuenta con un test en el cual le preguntamos a quienes acuden a nosotros si Alcohólicos Anónimos es realmente para ellos. Son doce las preguntas, donde la primera es si le parece que el programa le puede ayudar.
La primera de ellas consulta a la persona si ha tratado alguna vez de dejar de beber durante una semana o más, sin haber podido cumplir el plazo. Luego se interroga respecto de si le fastidian los consejos de otras personas, donde dejan en claro que en el grupo no le dicen a nadie lo que tiene que hacer y si cambió de bebida para evitar emborracharse.
La cuarta apunta a si ha tenido que tomar algún trago al levantarse por la mañana para ponerse en marcha o quitarse temblores, si sienten envidia de las personas que pueden beber sin meterse en líos o si ha tenido algún problema relacionado con la bebida.
Posteriormente se pregunta si la forma de beber ha causado dificultades en casa, si trata de conseguir tragos extras en las fiestas, por temor de no tener suficiente y si persiste en decir que puede dejar de beber en el momento que quiera, pese a que sigue emborrachándose cuando no quiere.
Las últimas tres son si ha faltado a su trabajo o a la escuela a causa de la bebida, si ha sufrido las denominadas “lagunas mentales” y la más elocuente: si ha pensado que llevaría una vida mejor si no bebiera. Ese cuestionario puede definir si alguien es apto para sumarse a Alcohólicos Anónimos.
Un poco de historia
Alcohólicos Anónimos es una comunidad internacional de ayuda mutua conformada por personas en recuperación de la adicción, fundada en 1935 por William Griffith Wilson conocido como Bill W y Robert Holbrook Smith como el Dr. Bob, iniciando reuniones en Akron, Ohio (Estados Unidos). En 2018 se hallaba presente en más de 180 países, constaba de 120.300 grupos y reunía cerca de 2,1 millones de miembros.
Ambos padecían graves trastornos por su abuso de bebidas alcohólicas. Bill W. había permanecido abstinente durante seis meses, y ese día, el Dr. Bob bebió su último trago. En aquella ocasión, estos dos enfermos alcohólicos se conocieron en persona y se ayudaron para dejar de beber y alcanzar un estado de sobriedad sostenida. También por su gran ayuda al Dr. Bob y aporte a la comunidad se reconoce a la monja enfermera de las Hermanas de la Caridad de San Agustín Mary Ignatia Gavin como cofundadora.
No existe autoridad dentro del ente, excepto la que puede manifestarse a través de la conciencia de grupo. Casi todos los países cuentan con una Oficina General de Servicio la cual es responsable de proporcionar la transmisión del mensaje. Cada oficina se sostiene con sus propias contribuciones y funciona de manera autónoma.
Especulan que una bahiense sería la nueva novia de “El Turco” Naim
Borracho chocó contra un poste de luz y quiso golpear a la Policía
- mirá el video
El inesperado percance que sufrió Abel Pintos en el homenaje a Ángel Di María
- MIRÁ EL VIDEO
Así explotó el paquete que le mandaron al presidente de la Sociedad Rural
- a prestar atención
El error más frecuente al retirar dinero de los cajeros automáticos
- en redes
El pícaro cruce entre Franco Colapinto y Nicki Nicole
“Tinder en el súper”: una cadena argentina se suma a la iniciativa para encontrar pareja
- victoria 3 a 0
Argentina derrotó a Chile en una noche de golazos en el Monumental