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Historias de vocación: son voluntarios en los bomberos y son familia

Los relatos de dos familias unidas por el servicio.

La vocación de servicio puede ser algo individual o de familia y así lo demuestran dos historias que recopila La Brújula en el contexto de la celebración del Día del Bombero Voluntario.

Andrea Tumminello es la Jefa del Cuartel de Bomberos de Cerri y entre el equipo que dirige están sus dos hijas: Ayelen y Andrea. Ambas siguieron su ejemplo al sumarse a la institución.

"En General Cerri ver chicas en el Cuartel de Bomberos a nadie le extraña, a nadie le llama la atención. Está pasando también en el resto de cuarteles de las localidades vecinas y en todo el país", asegura Tumminello.

Relata la jefa que entró al cuartel por una compañera de trabajo que la invitó a conocerlo, se inscribió y se quedó para toda la vida: "A todos los que les preguntes te van a decir que el cuartel te va atrapando", comentó en el programa Nunca es Tarde.

Por su parte, Ayelén siguió los pasos de su madre desde muy chica. A los 8 años ingresó a la escuela de cadetes y ya adulta siguió dentro del cuartel. Ya son 21 años de actividad voluntaria y considera a su mamá como "un modelo a seguir".

Sobre cómo es participar en una actividad de riesgo con su madre, Ayelén señaló que han compartido emergencias, pero que "se rigen por grados dentro de la institución y acá adentro no es mamá es una oficial, nada de andar discutiendo nada".

"En el cuartel no somos madre e hija. Yo siempre le exigí el doble, pero todos los que tenemos familiares nos sucede lo mismo en una emergencia, el respeto a la superioridad está allí. Como mamá uno siempre tiene ese temor por el peligro, pero confío en que está bien preparada", agrega Tumminello acerca del tema.

Además de ellas dos, una tercera integrante de esta familia es bombera voluntaria. Se trata de la hermana menor de Ayelén, quien también pasó por la escuela de cadetes y ahora es su compañera.

"Con ella me mueve un poco más de estar cuidándola, yo sé que va a estar bien, pero hay un ojito pendiente de por dónde anda", apuntó Andrea.

"Es un orgullo pertenecer a la familia bomberil"

Cada 2 de junio, con la celebración del Día del Bombero Voluntario, las fibras de quienes forman parte de esa gran familia bomberil tienen una sensibilidad especial. Julia Rana, vecina de Ingeniero White, se inscribe en uno de esos casos. El papá de sus hijos fue quien sintió y comenzó con esta vocación de servicio, a sus 17 años, y hoy sus hijos abrazan ese mismo sentimiento, Kevin y Eneas ambos con 10 años ya en servicio.

Julia Rana junto a Kevin y Eneas. Fotos gentileza Julia Rana

“Los tres siguen siendo bomberos, el papá ya pasó a reserva. No tengo palabras para describir el orgullo que representa para mí esta vocación de servicio por el amor al prójimo. Me considero parte de esta familia bomberil y estoy orgullosa de pertenecer y acompañarlos”, expresó Julia a la redacción de La Brújula 24. “Cómo familia se sufre mucho, a la hora del toque de sirena porque no sabés a qué peligro se van a enfrentar”, agregó.

Este mediodía se realizó el acto formal en la vecina localidad portuaria. “Todos los años, trato de llegar a los actos. Es el momento más sublime donde se te llena el pecho de aire, la piel se pone de ‘gallina’ y dentro de las lágrimas que recorren tus ojos sale la sonrisa de tu alma con un orgullo inexplicable”, añadió.

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